Siempre se odia a quien se ha ofendido.
Muros para impedir que entre el amor.
Muros para impedir que el amor escape.
Presos de honor.
Honor de presos.
Petición, cadena de favores que desfavorecen al justo e injustamente favorecen a la lacra indigna de desilustrados.
Gleba de emisarios pedigüeños.
No hay guerra sin robo.
Ni orden sin interés.
No hay batalla que no sea emprendida con el fin de un botín.
Condenado a la misma página.
Condenado al mismo comienzo.
Condenado a los ya memorizados mismos renglones.
Nada altisonante.
Nada susurrado.
Todo va en llano.
Y el abocado e hilado fin.
Sencillo, lineal, predecible, sin orografía y estridencia, olvidable, apacible, sin frescura y llano.....................
Sin cuentas pendientes.
Sin números rojos.
Escritura cruzada para maximizar tiempo y espacio.
No hay nada más infalible que el fiel.
Fluir de líquidos.
Acomodaticios, lamedores.
Escurridizos me envolvéis con la precisión y la suavidad de la última y amorosa mortaja.
Mi pecho no opondrá resistencia a la trayectoria de la daga.
Todos juntos para siempre en el virado naranja.
Instantánea de ayer cuasiperfecto.
Idealizado y estanco.
Punzante presencia que recuerda ausencias.
Cuando todo era feliz y nadie ni por asomo imaginaba la gran tormenta.
En el embutido de mármol tu nombre eterno.
En el transito de la nave mayor.
Camino de los que portan la paz.
Bajo el lucernario.
Chispas de magnánima curia.
Envidiada gloria que provoca chispas.
Nada debe temer el que ante el temor no se desordena.
Sitio de sitiales.
Demandadas primeras filas.
Filas de tropas.
Tropas que rompen filas.
Defendiendo en ciego vasallaje los enterramientos primerísimos y antiquísimos de las primeras filas.
De la nave única, de la única nave.
Solo Nuestra Señora del Buen Varón sabe y atisba de lo que soy capaz.
Afectos de zaguán.
Afectos de fachada.
No conocéis ni mi cámara , ni mi recámara.
Ni siquiera el retrete donde ideo mis tormentas...............
Moda, actualidad y mil tonterías. Si lo parece lo es.
El pedante no es consciente de su pedantería.
El tonto no es consciente de sus tonterías.
No todo es arte aunque el árbol arte consienta y permita el crecimiento a sus pies de mil una ortigas.
Si es malo es que lo es , si sabe a mierda, TE LO JURO ES PORQUE ES MIERDA.
Entre ecce homo, zarrios y colillas, en arco la calidad del arte por ausencia brilla.
Si en lugar de arte usted ve mamarrachadas es porque no esta hecho el manjar para usted sino para mamarrachos.
En los nuevos tiempos, los nuevos tontos, las nuevas tonterías.
Chisporreteantes sandeces de elevados precios.
Arte falso para desoficiados y absurdos sin tildar.
Enfatizando la tontería de tontos, catetos sin sagradamente estigmatizar.
En el universo cómico y ramplón del esperpento todo vale y todo cabe.
Ve a que te tomen el pelo en arco, regio y banal pelo de rata pelona.
Respira feliz si ves como yo realidad mediocre y no estas ATURDIDO POR EL DEBERÍAS VER.
En la onda o fuera de onda , donde estas tu.
Algún día el esperpéntico gigante del arte sera derribado por la onda del pequeño David.
Péndulo de amor y odio.
Te quiero en la presencia.
Te quiero en la ausencia.
Buscando en la calle lo que no tengo en casa.
Casa de silencios.
Casa en duelo sin cadáver que velar.
Calles de títere y perversión, de sexo sin hogar.
Te lameré si tienes sitio..
O acompañado dormiré en soledad el el gran tálamo.
Elecciones simultaneas e incompatibles de vicios de alcoba y calor de hogar.
A oscuras libare con fruición y ansia tu néctar.
Y con el amargo paladar soñaré.
Laberintos de fantasía y de tormentas fantásticas.
La conveniencia, lo conveniente.
La complacencia, lo complaciente.
Mortero de arena y cal.
Dos manos para dispares caricias.
Balanza de bienes.
Balanza de males.
Y el sosegado y centrado fiel.
Te quiero en mis llantos.
Te quiero en mis risas.
Saber permanecer.
Saberse marchar.
Altar de altaneras palabras.
Que en vuestros rezos y suplicas me confundís.
Equivocarse acertando.
Acertar equivocándose.
Y se y te lo perdono, que como dermesto acudirás a mi defunción.
Mujer de tascas.
Tendente a la tabarra.
Vocera y con virajes de utilitaria modestia y mesura.
Sin sitial y sin sitio.
Teniendo el fin por principio.
Nadie te ha susurrado al oído que por esa vía ya no pasa el tren.
Nadie te cabalga y eso te descabalga,
Elación alambicada de electa afectación y distancia.
Bruma de gradiente afectivo.
Me dolerá el cerril zarpazo como mordisco de fiera y tras el daño, la mortal infección de las infectas babas de tu amasijo de maldades.
La clarificadora falta de claridad, La claridad de lo que no se clarifica.
En los besos del ladrón, en las caricias del pedigüeño.
Banalidad de formalismos, de fechas en rojo y el resto del calendario sin nada.
La casa de Dios.
El dios de la casa.
Si cegadora es la oscuridad, cegador es el exceso de luz.
Empalagoso frite de palabras melifluas.
Que vana es la banalidad.
En el pensil frenaré la usura, parapetado del benéfico estratega.
Tu galeote de temperamento eréctil en tempestuosas galernas me socorrerás en mi venial ventisca que no rompe olas.
En el espejo veré como campea en tu pecho una sauvástica y me paralizara el atroz gerval.
Hoy he salido a mendigar.
A imploras justicia.
A pedir al radiante sol que se cebe iluminando las calumnias.
He rogado a la verdad que se desvista de gala.
Que luzca sin temor en la plaza desnuda.
Segura de su triunfo.
He salido a mendigar que se apueste y crea en la única verdad.
En el cerro de las vidas adyacentes, bosque de animas, vericueto de empolvadas caracolas.
Sera el sufragio de poemas portavoz de tus huestes.
Amorosísimo pensamiento de prudente emperador.
Inmersión de favores.
Crestas cortantes de corales de ira.
Cara oculta, letanía de ocultaciones.
Larga enumeración de sombras.
Interrogante falsario envuelto en delicada ternura.
Dignisima estafa de cárcavas inmisericordes.
Bienaventurados los que mueren en silencio, sin dar guerra al mundo.
Tras ser hipnotizado dices la verdad.
Todo se ha demorado tanto, que no ofrendaré tu rendición a los vasos canópicos del bello ser que ultrajaste.
Por encima del bien y del mal gravita mi amor.
El paralizante dolor me varó muchos años, pero ya libre practico la limosna de amor.
Altísimo señor protegeme de las merodeadoras.
En el amorosísimo pensamiento esta mi salvaguardia.
De la devastadora y cruel carnicería que acontece bajo mis pies mantenme lejos, que ni sus yemas puedan rozarme.
Languidez de gozos robados
Láquesis que en las hilaturas de lana insertas sangre y oro, que el precio de su traidor oro sea rojo, rojísimo y terrible.
Caudal de turbios tesoros, mancha sus manos tiznalas de vergüenza.
Ruego que sea emparedada su esforzada majestad en hediondo calabozo.
La topografía del rendido, mil golpes, mil magulladuras, mil escarnios.
Espabilaré el pabilo.
Romperé los sellos de lacre.
Soltaré la cadena que esclaviza a la fiera.
Borraré los cauces.
E imploraré mil torrenciales lluvias.
Y sin cauce, vial y norte esperaré que la escorrentía todo lo arrase.
Que las mil lluvias de lagrimas laven la afrenta de las zorras sin alma.
Entradas
