jueves, 26 de septiembre de 2013

Cal a mansalva

Alfeñique que con urdimbres filibusteras pescas en el pantano.
Teme al fondo turbio y cenagoso.
Allí se esconde tu perdición.
Para él no es coraza tu parapeto de embustes.
Es el cieno, limo fértil, el que en la primavera engulle con floresta castillos. 
Hombre necio que en la cal a mansalva ciegas, teme a quien ve lo que ocurre en tu corral de altas y blanqueadas tapias.
Nada escapa el control del barro y del hacedor de hombres de barro.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Rosario de tropiezos

Sin medida en la crisis.
Sin medida es mi entrega.
Más me mides en la recompensa.
Con el rastrero salario.
Del desprecio al esfuerzo.
Sin palabra acertada.
Sin hambre saciada.
Marcho al exilio del monte abierto.
Del cielo abierto.
De la ausente carga.
Presto me preparo para otro desafortunado vuelo.

Fácil aplauso

Estímulos imposibles.
Relámpagos de miseria.
Circunvalando islas de enredo.
Ferias de locas vanidades.
Glorias ya ajadas en el mismo momento de haber salido a la luz.
Baúles de ajuares de circo.
En la plaza a la luz de los truenos.
Enmascararé con las argucias de prestidigitador la falta de talento.
Talante de necios que cualquier ruido aplauden.

sábado, 21 de septiembre de 2013

La histrionica muerte

Dueños de arena.
Jardines estériles.
Histrionicos farsantes.
Dádivas de ciego y necio.
Luchas de subordinados con infulas de lideres.
Arena, montones de arena.
Sin briznas.
Sin rosas.
Sin fértiles amapolas de muerte.
Lo que nunca ha estado vivo nunca muere.
Saludos desde el limbo de la histrionica muerte.

El lago de tus delitos

Méritos para desfallecer.
Méritos para rendirse.
Salvo de carne de cañón.
Narrativa didáctica de teselas de sangre.
Columnas helicoidales que cobijan la miseria de los yelmos.
Los escarificadores estratos.
Alma que no soportas el roce de la miseria prepárate apara desaparecer.
Terrones en el océano.
Ni soy David para enfrentarme a Goliat.
Como vadearé el lago de tus delitos.
Pido calma, más no inactividad.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Sal sin medida

Caminos de acero abandonados.
Ojos enormes de puentes vacíos.
Ladrones de agua que flanquean caminos.
Enormes terrenos de aluvión.
Árbitros de contiendas que nacen no por pan, sino por poder.
Asuntos magnificados desde la injusticia.
Sal que sin medida hace yermo mi fértil valle.
Virgen negra que ves más que yo sálvame.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Amores de luna

Luna presa en los charcos.
Brillo de guerra.
Alcazaba de sombras.
Altares de tinieblas.
Me rinde el sueño en las furtivas salas.
En la sombra de la espera.
En el adarve del viento.
En las puertas cerradas.
En los nudillos pelados de tanto hacer ruido.
Ruido de hambre.
Hambre de hombre.
Hambre de amor oscuro.
Amor de luna.
Enredo de hilo de luna.
De laberinto de estrellas.
De ceguera de vicio.
De dolor de desdén en las aceras.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Limo siliceo

HOY A MI LADO TRANSCURRE UN RIÓ.
Dónde está el ángel que me hacia reír.
Como no sentir que hay en la sala mucho más aire.
No existe el vació, todo hueco con urgencia es ocupado.
Urgencia de merodeadores.
Lame la corriente el obstáculo, con la certeza de que será limo mañana.

Sin tregua de panico

Pánico en el edén.
El el protector regazo.
En la mueca del otro.
En el tajo del otro en el que nunca se escarmienta.
Cilicio que no redime, ni purga.
Solo con gran dolor nubla y estrangula.
Torres de ajedrez que no defienden ningún cuartel.

No solo en el lejano cielo

Preservados para la vida eterna.
Con la zonación de lo efímero.
Son las clases del más allá.
Ricos aderezos para las bellas descomposturas.
Como si fuesen a volver, acicalo sus cuerpos.
Alhajas de gabinete de curiosidades. 
Mártires que nos recuerdan que el más allá no solo esta en el lejano cielo.

Me dicen tus brazos

Me dicen tus brazos que el dolor te puede.
Me dice tu pecho que hoy te engañas.
Me dicen las palabras de tu piel que fácilmente olvidas.
Yo sin hierro en la piel se de quien soy.
Y sin hierro muero.
Mas se quien me mata y por quien me muero.

Cenizas de hambre

Llanos de amarillos infinitos, victimas de agosto.
Bosques abiertos de sol.
Sed en septiembre.
Sed de estío.
Cuando lloverá sobre mi apergaminada piel.
Piel de plomo que impide el vuelo.
Picor de pajas.
Cenizas de hambre de lluvia.

No acepto como vienes o como te vas

Envidio a los superficiales.
Envidio la llaneza del simple.
Su nulo dolor de cabeza.
No se enreda el que un solo camino ve y conoce.
No se dispersa el que encerrado en una pequeña sala solo mira al frente.
Me ofusco en las puertas que no abro, en los caminos que abandono.
En los cuerpos que no elijo.
En las vidas que no vivo.
Envidio la simpleza del simple y su ausencia de trauma y dolor.
Todo esta bien como viene.
Todo esta bien como y cuando se va.

Trastiendas de amor profano

Me embriago en el olor confuso.
En la perdición de los cien almizcles.
Vivo rápido en los desfiladeros.
En el rápido mundo de las partidas, de las llegadas.
Sorbos sin palabras.
Lametones sin luz.
Sin nombre.
Solo el impulso de la urgencia.
El azar del choque.
El rápido olvido en los brazos del otro.
Siguiente en la cuesta del empinado vicio.
Sin alcobas, entre flores secas y miradas de iguales en perdición.
Solo perdura el olor, el tufo a farfulla, a agrios y empalagosos besos de relámpago.

Mil manos

Sorbos de palabras susurradas.
Brazos que por mil en el abrazar se multiplican.
Sin un palmo de piel por acariciar por ti.
Infinito beso que con su escorrentía me derrite.
Más en tus manos es más que más.
Disfrutaré el vencido hoy, que mañana ya lamentaré.