sábado, 15 de febrero de 2014

Pocos, raros

Como gotas en una noche despejada de gran luna.
Escasas gotas en el firmamento sin nubes.
Luna gélida de invierno.
Raros amigos en la negra lona de estrellas.
Pocos fieles en la travesía bajo los luceros de la adversa negrura.

Barniz

El barniz de la apariencia se descascarilla.
Y aflora el invierno.
La frialdad del criminal.
Del deseo reprimido que como fiera hambrienta se abre paso.
Seda sobre los harapos.
Carísima esencia para intentar tapar el olor a miseria.

Flashazos

De vez en cuando tienes destellos.
Ráfagas de ingenio.
Titilar de conmoción.
Irritantes y geniales incursiones en el campo del talento.
No todo es esfuerzo, hay pedregales que nunca nada darán, aunque sean mil veces arados.
Y hay flashazos de necios que en sus minutos de gloria eclipsan al sol. 

La rapiña

La prisa en encontrar implica desorden.
Implica ofuscarse en el alboroto de cajones abiertos.
De heridas abiertas en la leonera que es el yacimiento que no rinde.
Desmadejada lana que no lleva a ninguna parte.
La dura verdad se resiste a ser encontrada.
Se resiste a ver el generoso crimen de sangre.
La legitima, el tercio de mejora, el de libre disposición.
Todo reparto es injusto para el que todo lo quiere.
Toda rapiña es poca para el que todo lo ansia.

Nieves perpetuas

Sentencias sin matices, frías como escarpelos.
Afiladas como hojas de decapitadoras guillotinas.
Palabras que suenan a formulas matemáticas.
Sin afecto, con distancia. 
Sepultadora avalancha de nieves perpetuas de cumbre.

La hacendosa pobreza

La hacendosa pobreza de las pocas palabras.
El pensamiento proverbial de las frases hechas.
El ingenio sin rumiar, sin arrastrar por el lodo descuartizador del raciocinio.
Sueños de escaso misterio, de llano horizonte.
Nula veleidad, miseria de imaginación y antojos.
Nada se exprime, carne y huesos que ruedan por los caminos de la escorrentia de la costumbre.
Todo está leído, todo está ya oído, todo está escrito.
Obra que aburre de tan manoseada e interpretada.
Al pie de la letra, calco de un calco, vida infinitamente calcada.
Sin cimas, sin simas.

Como alcanzar la paz

Es la felicidad el olvido.
Es el perdón la felicidad.
Perdonando se alcanza la dicha.
Olvidando se conserva el amor.

Y no es por mi

Es tan indiscreta la mirada.
Tan trasparente el azul estanque de cisnes negros.
Es tan doloroso mirar que no me miran los lagos gélidos donde naufrago.
Es tan claro que no me ves, ni reparas en el pozo de mi deseo.
Brilla tu mirada y no brilla por mi y yo desesperado en tu nitidez todo lo veo.

Cruzaré

Cruzaré palabras para leer tus besos.
Cruzaré la calle corriendo sintiendo el peligro del trafico.
Cruzaré las piernas en la espera del sabor de caramelo.
Cruzaré el aire con mis manos en la alegría de mis aspavientos.
Cruzaré las manos sobre mi pecho y rezaré porque se congelen los sentimientos.
Cruzaré la cuidad solo por darte un beso.
Beso de hierro amargo.
Beso de barro tierno.
Beso de miedo y vértigo.
Cruzaré el calvario por conseguir tus labios, fuente dulce de mis bellos besos.

Reprimir el rubor

He olvidado que se siente al sentir que reprimo el rubor.
Que se siente al evitar mirar, sin poder evitarlo.
Al latido veloz que trastoca palabras.
He olvidado que se siente al sentir los nervios del primer amor. 

Día de tiros, día de polvora

Es tan indiscreto el campo abierto.
Otea el asesino de bellos seres.
Otea y azuza a la jauría tras el reguero de sangre.
Siempre hay un desalmado que espía y espera tu espalda.
Tiros de cobarde que abate a la presa entre los perlados escaramujos, entre los melosos jarales.

viernes, 14 de febrero de 2014

Con paso lento

Me tomo con calma lo urgente. 
Me visto despacio en la prisa. 
Releo con calma lo que tanto apremia.
Prisas amigas del tropiezo. 
Velocidad enemiga del progreso.
Avanzo con paso lento y firme.

La distorsión

Juegos de niños demonizados en las calenturientas mentes de adultos.
Historia llana que el avieso hace escabrosa.
Calma chicha que el baladrón describe como inclemente oleaje.

Amor que nada pide

No creo en el amante que te ama en la frescura.
Cuando uno es apetitoso manjar.
Creo en el amor de la decrepitud.
En el amor que da sin esperar nada.
En el amor a lo arrasado.
En el amor que trae frutos a tus baldíos campos, sin esperar recoger nada de ellos.
Creo solo en el amor de la caridad.
Amor de entrega que nada pide.
Amor de ruinas.
Amor que apuntala en la amistad los muros vencidos.
Amor de muro amigo.

Lluvia de palabras

Estoy anegado en la lluvia de palabras.
En sus matices y significados.
Charco que quiero secar en el articular mis pesares.
En el formular conjuros para liberarme de las enfermedades que atormentan mis entrañas.
Pensamientos que a gritos, con las liberadoras frases, despeño por el risco de las escorrentías del desamor.