lunes, 24 de marzo de 2014

El cobro

No siente malestar la mano que provoca malas acciones.
Somos nosotros los que con nuestra ética sentimos ese malestar.
Duerme tranquilo el despiadado.
Y no se cobra el destino su crueldad.
Por eso no quiero ser indolente.
Quiero ser mano justa que repare la afrenta.
Que cobre gustosa, cuando llegue el momento, el daño del malhechor.
Quiero ser mano que con caricias restañe heridas.
Quiero ser mano fiera, que infrinja serena a quien a hierro hiere, el mismo dolor.

Que inteligente es el piromano

Se pierden en los incendios tantas palabras.
Se pierden en la velocidad los pensamientos.
Y ante la perdida asimilamos lo común como propio, por miedo a decir que somos pobres.
Se acomodan anchas en nuestras vidas las frases extranjeras.
Se expanden soberbias las pompas, pensamientos huecos de hambre y sed.
Se ceban en el rincón más intimo, distorsionando el fondo e hiriendo de muerte el heredado acervo.
Que inteligente es el pirómano, que en unos segundo obliga a cambiar de estado y a mudarlo todo.


domingo, 23 de marzo de 2014

Cantan con graznidos

Voces rotas que cantan con graznidos.
Pago tus méritos con las lagrimas a deshoras.
Con el revuelo de plañideras oportunistas que acuden al tufo de carroña.
Tras el pago de los palos, tras el ruido de los sables.
Tras tus logros el río revuelto donde pescar es fácil y no requiere talento.
O solo requiere el talento de agitar en los zarzales, en los punzantes enredos.
Intrigas de cortes, de cortes de necios, de cortes de sombras sin ciprés que las proyecte.

El calor del paisano

Bocanadas de aire para poder ascender.
Explota mi caja torácica con el esfuerzo.
Y el esfuerzo corona la cúspide que el vago me envidiará.
Si supieras que el placer está en el camino, no envidiarías el frío de la cumbre.
Y marcharías codo con codo conmigo, saboreando el calor del paisano.
El serpenteo sereno del camino del llano.

La ausencia genera herederos

El vacío tristemente no existe.
Si algo desaparece, algo ocupa su hueco.
El rey ha muerto, viva el rey.
Que nadie se vanaglorie de su valía.
Que nadie se entronice por eternidad de eternidades.
Que nadie piense que lo suyo permanecerá proindiviso tras su muerte.
Todo se reparte, todo se echa a suerte.
Y todo mañana, en las manos del nuevo rey tiene nuevo rumbo.
No se queda sin norte el cosmos si mañana el hombre desaparece.
El heredero agradece ausencias.
La ausencia genera herederos.

Hojas caducas que nunca vuelven

Que presentes estan las ausencias.
Que de veces pensamos en lo que hemos perdido.
Que de desasosiego genera el camino que no hemos andado.
La puerta que hace años cerramos.
El amor que por inexperiencia dejamos.
Nada vuelve, todo parece que se repite, pero es solo una ingenua sensación.
Nada se siente dos veces, ni siquiera cuando nos llega en la simultaneidad.

sábado, 22 de marzo de 2014

Raíces a salvo de los rumores

Rumores que son un rumor, un arrullo con el que aprender a dormir.
No me desvelan los desvelos del envidioso que intentando amputarme floridas ramas, espera ganar la partida.
No soy lo que soy por lo que ves, soy lo que soy por lo que no ves.
Son mis raíces mi porte, tengo para tu desgracia porte hasta sin ramas.

Hambre de patíbulos

Hambre atrasada, muy atrasada.
Hambre de justicia.
De verdadera justicia.
No la de los necios que se han medido en una torturadora oposición.
Que ningún talento de justicia, empatía y conmiseración mide.
Hambre de salvación para mi y la verdad que como yo naufraga en una burocracia parásita de aviesos seres, de vidas miserables que mañana el mundo de los afectos universales olvidara.
Tengo mucha hambre de patíbulos para los que juegan  a leer torcido lo que está escrito claro, muy claro y recto.

jueves, 20 de marzo de 2014

Soldados de guerras ignotas

Soldados de guerras ignotas.
De causas ajenas.
Pero de dolores propios. 
Propinados por participar en la guerra.
Moviliza el poder a quien fácilmente a el se repliega.
Y despliega la carne de cañón en las fronteras del interés propio que defiende.
Contiendas de embaucados, embaucados por un poder que crea contiendas.

Con luz y sin luz

No pongáis luz sobre mi, porque con luz no tengo sombras.
Me ametralla el ignorante azuzado por la mano del que me envidia.
Intentáis manchar el pasado inamovible que ninguna mancha tiene.
No temo a la historia porque esta sabe leer con luz y sin luz.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Efímera y fortuita

Siento que mi sino es estar triste.
Sentir como pesa la tristeza en mis ojos.
Sentir flaqueza en los resbalones de las horas.
Siento como se me escapa de las manos la arena de la efímera y fortuita felicidad.

Internamente

He aprendido a reír mientras internamente lloro.
He aprendido a vivir mientras internamente muero.

Delicado y vulnerable

Cuando me abandonará esta angustia.
Cuando seré libre para poder volar.
Sin las ataduras de la empatía.
Es mi vida un sin vivir.
Siempre en el lugar del otro.
En el lugar del que sufre, porque siempre hay alguien que sufre.
Alguien que llora, alguien que se va, en el momento de mayor tersura y dejando tras de si una estela de colaterales daños.
Que permeable soy, que delicado y vulnerable.
Sin coraza ante la metralla del tiempo.
Sintiendo una agonía que anuda mi garganta y me impide hablar.
Solo los renglones libres me salvan del precipicio.
Me salvan de la locura de amor.
Un loco amor abstracto.
Un loco amor al drama, a la tragedia y a quien esta ahogándose en ella.
Oigo tantos auxilios que ni puedo el sueño conciliar.
No vivo por mi, no vivo para mi, vivo para sentir como ruedan por mi rostro las lagrimas de los otros.

El ciclo de la vida

Se me hacen largas las horas de paseo por las carreteras de los pinos.
Por las carreteras que cruzan las procesionarias.
Horas de sueños, ideas y pesares.
Horas de pensamientos de plomo.
Y de visiones ligeras que oreo al sol.
Casi es primavera.
Casi lloro en el incipiente color.
Casi me derrumbo en las caminatas de siesta.
Caminatas para no pensar y en las que por desgracia pienso tanto.
En los ciclos de la vida, en la vida que es un ciclo, en los ciclos que se cierran, en las vidas que se van y cierran un ciclo.

Tus pequeños tesoros

Con que rapidez pasamos pagina.
Cerramos capítulos y nos desprendemos del polvo del anterior camino.
Fotos de amor en la desolación del pudridero.
¿Dime quien te quería?
¿Dime quien tan fácilmente te olvida?
Nada somos, y para algunos somos menos que nada.
Nada atesoraste, pero tus pequeños tesoros, esas pacotillas en las que vivías, son ya pasto de la rapiña de las ratas y los alacranes.
Dejar de ser es tan fácil, de dejar de existir en el ser amado es cruel.
Con los ojos cerrados nada ves y así descansas en la paz y en el desidioso olvido de los que tu abnegado amor llamaba mis seres queridos