En el hospital de la caridad, donde se da ejemplo.
Sintiendo tus postrimerías como las mías, agarrando tu mano en el último suspiro
Mi talento es infinito y mi tiempo no, obligado a elegir, a decidir y vivir en lo elegido.
Ni se vive en el himpas.
Sera mi sudor el que cimente la torre.
No quiero ser su dueño, ni asentar en ella ninguna cátedra.
Mi discurso ni es lejano, ni tiene amplio auditorio.
No pido tu satisfacción, pido la satisfacción del otro y ya llegara la tuya.
No se dice donde se esta, se esta.
Y el fruto anónimo, frutos dará.
Sin primeras filas no existirán las últimas, más si existirán los últimos en entrar en la gloria.
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