Lideres enfermos que enfermáis un país, intentado desmembrar partes de un todo.
Caines y Abeles es siempre la historia.
Mareas negras que aunque no existan se crean.
En la división esta el rédito de pocos, esos pocos que lideran borregos al esquileo de su hacienda.
Cain enfrenta y vence y luego el pueblo pena la cainita contienda.
Tras el perdón ya nada debe removerse y quien lo remueve busca revuelo y cazar a traición por envidia a Abel.
Analistas de altísimo calado que en bajezas os entretenéis no enredéis en la herida, pues hurgar en las llagas provoca sangrado otra vez.
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