El paciente y zalamero.
El compañero que ni un segundo pensó dejarnos.
Pensó cambiarnos por un mejor salario.
Su vida estuvo a nuestros pies.
Amor fiel incluso en el más allá.
Siempre velando nuestros sueños y lamiendo nuestras a veces desagradecidas manos.
Amor de amigo para el que nosotros eramos su único amigo.
Perros ángeles de la eternidad, que quisimos que estuvieran con nosotros más allá de su vida.
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