El patético circo del exceso de vanidad.
Ballenas para cinchar la cintura que va llena.
Seriedad para lo que no deja de ser el más vulgar de los brillos.
Ratas entrilladas dando zafios alaridos.
Entre orines y detritos hay algunos que hacen el ridículo ellos solitos.
Sala, salita, sarna, sarnita, tontas, tontitas.
Se arrastra a San Sebastian por la sucia barra y el más sucio diván.
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