Es un malestar añadido al sufrimiento la indiferencia hacia el mismo.
Son tantos y algunos tan importantes, los que se parapetan en la teatral realidad de nuestro primer mundo, para no ver que somos actores de la desgracia del segundo.
Actores que no espectadores, porque ver la función y su dramático final no lo hacemos.
Actores ausentes en el estrepitoso fracaso.
Actores solo presentes en el desigual reparto.
Actores en las fiestas y en la bonanza.
Actores que con su no abucheo premian la calamitosa función del teatro del mundo.
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