Olvidamos tan fácilmente que el tiempo es un continuo.
Un hilo sin cortar.
Olvidamos que a las puntadas en las que nos encontramos hoy, llegamos por las puntadas pretéritas.
No hay que perder de vista el futuro, pero no hay que olvidar el pasado.
Estanque llenos que hay que aliviar.
Puntadas tuertas que hay que desandar.
Dioses a la medida de los hombres.
Hombres que se miden siendo Dioses.
Surgirá el pastor que nos guié, si le quisiéramos ver.
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