Café frío entre eternos periquitos.
Café amargo entre recuerdos que olvidan.
Café a oscuras en el cementerio de afectos.
No tiene ya el horizonte deseos.
Todo es estanca vitrina.
Remolino de retazos.
La cascara de las caricias.
Ella vive entre tinieblas.
Preservando de la mordiente luz los tesoros de su finiquitada vida.
Como sacarla de allí.
Como separarla de su expuesto camino por el mundo.
Como llevarla al frío pudridero del asilo.
Donde la fuercen a comer.
Obligándola a vivir un día más.
En el extrañamiento de una sala blanca.
Sin el calor de sus rancias fotografías.
Sin el polvo amigo.
Sin las corrientes de su anciana casa.
Una casa grande como su corazón.
Una casa con sus mismos achaques.
Una casa que la vio nacer y quiere verla morir.
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