Yo me despierto con un negro y amargo café.
El mundo vuela mientras yo duermo, nada para, nada me espera.
Bajo la parra la algarabía de los agapornis.
Como bellísimas damas que cuando abren la boca lo estropean todo.
Que pocas veces en el más bello envase se contiene la inteligencia.
Hoy mi día ha nacido tarde, pero no morirá más, para mi desazón se hará de noche a la misma hora.
Los días no se pierden, somos nosotros los que perdemos los días.
Hoy mejor que mañana, ayer mejor que hoy, no demores lo que quieras decir o hacer.
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