sábado, 3 de octubre de 2020

Su sombra trajo el frío


Y las alas del otoño llegaron y se desplegaron sobre el valle, y su sombra trajo el frío, el viento que convierte las lágrimas es bella escarcha. 

Los príncipes nunca lloran, su ojos ya son de escarcha, de gélido azul. 

Mirame y dime, que no sientes su pérdida, que estas alas sólo traen tiniebla.

Si mi custodio quisiera disipar tormentos, si el batir de sus blancas alas, dispersara a los cuervos negros.

El musgos se despereza en la tapia del cementerio, y espera a los nuevos lutos, que se sumarán a los viejos. 



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