viernes, 30 de octubre de 2020

Aquiescencia



No tiene mi consentimiento el día para amanecer.
No me consultan las tormentas para irrumpir en mi vida.
No tiene mi beneplácito el amor, para incendiar mis sueños. 
Tantas cosas gratas ocurren sin permiso.
Tanto ingrato momento ha sido consentido.
En manos de las olas, que acarician y desgarran.
Mecido por el si quiero que abre la puerta a tanto malestar.

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