la rigidez del extraño rango, 
que asumo como protectora cárcel. 
Me rige el sino 
de la salvifica soledad, 
que me priva 
del placentero manoseo 
de las manos suaves 
y de la puñalada trapera 
del falso amor. 
Es la gloria 
un fanal, 
una urna, 
un transparente 
muro de contención, 
que me fuerza 
a un perenne 
sobreactuar. 

No hay comentarios:
Publicar un comentario