lunes, 6 de mayo de 2013

Nada espero


Es poca mi feligresía.
Amantes secretos que leen entre lineas.
Inaccesible por miedo a morir.
Diecinueve puñaladas de inmadurez.
Es continuado mi descontrol.
Es intencionada mi intención.
No hay tantos tronos.
No hay tantos reinos.
Reinos de miseria y extorsión.
Predicaré en el desierto de este rincón perdido.
Nada me defrauda, pues nada espero.

Esquivo

El sol es esquivo el día de mis oraciones.
Se desperezan los canes ajenos a todo.
Es mi cálida piel, parapeto de mi frágil salud mental.
Supinos estertores de agónico frenesí.
Atado, muy atado.
Desliado, nada liado.
Última gota.
Gota final.
Que nada precipita y nada precipitará.
Son caminos en paralelo, imposibles de simultanear.
Desear vivir.
Desear morir.
Don igual intensidad.
El fin de las glorias del mundo.
El principio de la gloria del otro.
Sin tensión.
Nada satura mi fría y cálida alma.

Ya te lo pagaré

Es tan maravilloso elucubrar.
Construir castillos de arena, de naipes, de ya te lo pagaré.
Si tuvieras olivares como tienes fantasía.
El río Manzanares a tu puerta pasaría.

Berroqueñas

Largo lo fiáis en el gris infinito.
Atolladero, sin pócimas, alhajas y liquidez.
Barro de diatomeas, fósiles del origen, capsulas de ausente vida.
Agostados líquenes en el blanco lechoso de cal.
Castillo sin puertas, atalaya de cerro.
Casa fuerte del viento, que campa ancho y libérrimo.
Abierta ruina, al este, al oeste, a todos los aires dolientes.
¿Quien te rescatará del olvido?
¿Quien te rescatará de la zarza?
¿Quien te rescatará del cardo?
Belicosa y pueril ruina de cigüeñas y lagartos.
Ruina de la relevancia.
Ruina de piedras berroqueñas e irrelevantes.

De diezmos y tributos

La demasía de vuestros pecados.
Es un cinismo nada divertido.
Os mido en las deshonestas ansias.
En vuestras maniobras para cerrar parpados.
Sin escrúpulos asestáis a vuestros hermanos golpes mortales.
Es vuestro ascenso meteórico, veloz sera vuestra caída.
Impertinentes para ni ver.
Impertinencias que es mejor no ver.
Diezmadores malditos.
Amores de oro y de tributos dorados.

Sin hombros en los que llorar

Prometedores de dádivas.
Exhibicionistas de falsas salidas..
Lavativas de ruidos que estriñen más aun.
El comedido se muerde al lengua y el desarrapado provoca pavoroso estruendo.
El fin de las glorias del mundo.
El comienzo de las algaradas sin gloria.
Lazareto de dolientes que nadie atiende ni visita.
No hay dos destinos, es un único destino para todos.
Perfume de espanto, de ovejas resignadas que van al matadero.
Macabra sumisión en este estadio sin hombros en los que llorar.

Lejos


Con el austero ajuar soy feliz.
En mi casa de piedra con tejado de paja.
En una sola estancia.
Todo lo veo, porque todo esta a la vista.
Sin dobleces, sin doblar.
Nada torcido.
Montañas escalonadas hasta el cielo.
Con el sudor de mi frente, con el sudor de mis duelos,
Sudor de mi sangre.
Terrazas de mi sustento.
Al lado del espíritu de la cordillera sagrada. 
Mi Dios el que ya solo tiene hueco en el paraje recóndito.
Y yo que vivo apegado a El, soy el lector de nubes, de raíces, de hojas.
Lejos del ruido y de la ruina del mundo yo soy feliz.

ESPAÑA

Carne de cañón azuzada por sectarios.
Expurgo de lineas para construir grandilocuentes soflamas.
Teas para incendiar bellos bosques.
Machetes para asesinar hermanos.
Es ya hoy, no es ficción.
Virus inoculados, desde las altas instancias, desde las bajas instancias, desde las zafias instancias.
Sin obedecer a razones.
Sin razones que obedecer.
Sin razonar las ordenes.
Manos sucias y enguantadas que no quieren soltar el timón.
Amigos de lo ajeno, administradores de lo ajeno, ladrones de lo ajeno.
Hipotecado presente.
Hipotecado futuro.
Turbulento mañana.
Horizonte de caza de brujas.
Servidores que se perpetúan en las poltronas, y las legan bajo el parámetro de quien es el más bufón, el mas lame culos, el que aplaude más todas mis monerías.
Ya no es nada ponderado el riesgo, con esta cohorte de remoras, de ladillas, de mosquitos palúdicos, de moscas burreras.
Deflación por saqueo, por nuciente esquilmación.
Mastodontica, elefantiasica es la clase parásita.
Es el arte de mentir, de hacer creer al enfermo que con la sangría le sanara.
Marismas infectas, camino de espinas, obligados como borregos, anulados por los falsos lideres a caminar por este desierto de ruina, cargando en nuestros lomos con improductivas piedras.
Es posible y necesario sacudirse las pulgas.
Discriminadores de pensadores, censuradores del pensamiento libre, desinstructores de masas.
Sistema vampirizante, de vampiros legatarios, comisarios, prestamistas, prestatarios, subsidiados y necrosantes arborescencias que nacen al compás de la cizaña.
Es la importancia del caos, del río revuelto.
Palabras viejas que en etapas anteriores provocaron guerras.
Ídolos de barro, como medráis y proliferáis en las lagunas del desamparo.
Becerros dorados expertos en sacar partido al desorden.
Charlatanes que repetís frases campanudas y huecas.
Que poco os duele la nación y el pueblo al que sumís en la ruina y desesperanza.
Príncipes de satrapias, cuentas del gran capitán, con las que gran capital sustraéis.
Nuevas tasas para robar más y mejor el ultimo hálito del que ya es un glorioso cadáver, ESPAÑA.

domingo, 5 de mayo de 2013

Caracolas

Sois viento que azuza incendiarias llamas.
Sois gases tóxicos.
Peligrosos y veloces.
Moriré matando en esta etapa aconfesional.
Es una larga guerra para poder desarmaros.
Pero apesar del precio la afrontaré.
Caracolas abandonadas, bellos recipientes que hoy albergan susurros y ayer contuvieron vida.
Me marcharé a las estrellas tras haberos calcinado, en la pira que purgará vuestra titiritera nuciencia.

sábado, 4 de mayo de 2013

Presión

Hacer presión.
Logros de presión.
Destrezas para lograr coronar la cúspide.
Pirámide de enemigos.
Alianzas temporales.
Temporales de lluvias, de miserias, recelos y estragos.
El precio de la altura, la presión del éxito.

Hablar solo

Es la coherencia interna de hablar solo, la que me acerca a ti.
Uno nunca se ha aconsejado lo suficiente.
Uno nunca se ha contado y recontado sus cosas lo suficiente.
Capacidad denostada la de escucharse a si mismo y saber lo que uno quiere.
Fiel hasta la tumba, y más allá de la tumba.
Fuente de caricias, aguas salvíficas.
El miedo a la locura trunca tanta brillante trayectoria.
Son parcelas contiguas.
Separadas por un lindero de aristas.
Sin desfallecer, me escucho en los grises amaneceres, en el violáceo horizonte de la desazón.
Cada puesta de sol, cada nuevo día.
Por eso te entiendo también.

Arte para naufragar

Bienal de vanidades.
Terriblemente impreso.
Terriblemente preso.
Impresión de perfección que no es perfección.
Gazpachadas de provincias donde todo cuela y es fácil colar.
Nada esta al margen.
Todo tiene un margen.
Déjá vu.
Fútil, cansino, agotador.
Lanzarse al vació.
Nada destilado.
Nada alambicado.
Todo muy, muy obvio.
Cataclismos digitales sin pudor.
Arte para el naufragio de la Europa del bienestar.

viernes, 3 de mayo de 2013

Mi escaso celo

Vuelvo a tropezar victima de mi escaso celo.
Sin haber sido asediado ya estoy rendido.
Pusilánime actitud que me acarrea mil ocupaciones, mil desocupaciones.
Me duele todo, todo me daña.
La vapuleada vida del débil, la fortaleza fingida del fuerte.
Demasiado empático para ser feliz...............

jueves, 2 de mayo de 2013

Temo

Temo las radicales caricias.
El ruido de la crisis y sus soflamas..
Temo lo fácil que es incendiar un bosque hambriento.
Las avalanchas de la muchedumbre.
El ruido de los machetes, de los gritos y el olor de la pólvora..
Temo y el temor me desordena.
Me da miedo el servidor que así mismo se sirve y olvida al servicio de quien está.
Temo las manos sucias y con guantes blancos, que no sienten dolor al robar de la boca del hambriento el mendrugo de pan que le iba a alimentar.
Temo tantas cosas, que tanto temor me agarrota, en este estadio de crisis de moral.

Al ras

Que indiscretas son las ventanas que dan a la calle.
Justo al ras, a la pata la llana.
A pie de calle.
Para ser vistos en un gesto de gratuito exhibicionismo.
A pie de calle los duelos.
A pie de calle el amor.
A pie de calle la pequeña disputa.
A pie de calle la gran batalla campal.
Con discretos visillos, nada nobles, nada tupidos.
Sin sosiego en el trasiego de la verbena de la calle.
Juicios zafios de alcahuetas.
Puertas abiertas hasta la corrala.
Saloncito de gritos y aspavientos.
Casa de habitantes nada discretos.
Ruido de matracas, sartenes y baños.
Ventana ante la que no sufrir, ni pasar con descalabros.