martes, 4 de junio de 2013

Heredad de pecado

El dolor mantiene despierta la mente.
Dichosos los que sufren, porque con dolor cambiaran el mundo.
Heredad de pecado.
Salón de vicios y aires infectos.

Sol rasante

Me ciega el sol rasante del amanecer.
Los arraigados vicios.
Los desarraigados valores.
¿Como volver a arraigar.?
¿Como desarraigar.?
Sin descanso me tiene mi pensamiento.
En los andenes del retorno.
Bienaventurados los necios que no tenéis talento porque nada tenéis que rendir a Dios.
Lenguas de fuego, don de lenguas.
El cilicio me recuerda con su dolor que tengo que darlo todo por los que sufren.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Cianótico

Azul es mi sangre.
De cianótica.
De dolida por tanta vileza.
Estertores en la soledad.
Nada noble es mi drama.
Nada nobles mis enredos de cama.

Besos de espinas

Será tu áspero paladar.
Aroma de otros.
Lengua de espinas que sin sombra viene a lamer mis llagas.
No sientes culpa.
No sientes remordimientos.
Solo yo me torturo en el olor extraño.
Solo yo me martirizo en el enemigo perfume de tus besos.
Soy mi mayor rival.
Soy mi mayor tormenta.
Soy mi mayor censor.
Nada te debo y todo te lo doy.
Salario de espinas para el acerico de mi amor......................

Chirriar



"Con frecuencia la maldad hiere nuestro corazón, colapsando los caminos del alma, dañando la manzana podrida que riega nuestro ruin ingenio."

Irsia Carolain Sprimbol

Transepto

Solo creo en el vasallaje de la sangre, de mi gente, de mi hermano.
No pido razones, solo sin razón soy fiel.
Construiré sin cimbra el arco por aproximación de hileras.
Y bajo el cañón en el transepto no me rendiré.
Amparo de desamparo.
Delatan mis muñecas mis vaivenes.
Curtidas en intentos de abandono.
No me doma el mundo.
Solo me doma el afecto.
Abnegado y rendido de mi origen.
Clama la calma.
Reclama el clamor.
Sordo estoy al gentío.
No me asusta su agrio olor.
Alma mía ya estas en calma.
Sin renglones están tus papeles.
Se desmaterializa la clave y mi espíritu ligero escapa por ella.

martes, 28 de mayo de 2013

Estilita

Lloro solo, en lo alto de la columna de fuste acanalado.
Como estilita libérrimo y aislado volutivamente.
Serán los canales prescritos, los que reverdecerán mis pies. 
La oración cambia el mundo.
Estar aislado mucho más.
No hace falta estar en el mundo para ver lo torcido que esta.

Privación máxima

Tu metralla no me mata, solo me desgasta.
Es tormenta de arena que mina mi solitario disfrute.
En al fabrica de palabras, nada erosionas.
Renglones en el más allá porque en este no tengo prensa.
Persigo la aisladora opción.
Ermitaño, anacoreta.
Disfruto del sin disfrute.
De la privación máxima.
Quien de nada, ni nadie depende en este mundo agónico, ya ha alcanzado la gloria.

El salvaje color

Fíjate en mi.
Me distancio de ellos por el salvaje color.
Con el no se atreven los tibios.
Esos que viven envueltos en una densa nube de cenizas.
Esos los del halo gris.
Esos los que van siempre detrás.
Los que esperan tu tropiezo.
Esos los que nada lideran, pero viven de la nata del líder.
Afanipteros rencorosos.
Siempre vais tras los pasos del precursor, esperando zancadillear.
Ávidos usurpadores de avances, de ismos, de filones de éxito.
Zafios dolientes que lloran muertes y no defienden vidas.
Duermo rodeado de ángeles y se reconocer el aliento del tibio diablo.

El color del dolor

Es el color del dolor.
Es el color de tu ausencia.
Es la obscuridad.
Es el azabache, alhaja de luto.
No me lo puedes prohibir.
Te voy a desobedecer.
No puede ser de otro modo con este zarpazo en el pecho.
Quiero estar en estancias cerradas, donde los rojos sean negros.
Ya no surca el aire el dragón arcoiris.
Ya no suena tu risa en la brisa fresca de mayo.
Tengo la noche en el pecho.
Tengo los pies en un charco.
Tengo zozobra porque no te tengo.
Te retengo en en mi mente.
En al obscuridad te veo.
Multicolor aleteas.
Por eso necesito el negro.
Para saber que te has ido y no perder nada de lo que has dejado.

Encadenado

Los celos encadenados obligarán al líder a la forzada pernada.
Prerrogativas que son condenas, condenas que son prerrogativas.
Cúspide que dominas el llano, que de servilismo conlleva tu estatus de dominio. 
Los lideres mientras son útiles sirven, más cuando caen en desgracia y ya no sirven, son despeñados, denostados, ultrajados y escarníados por el pueblo que los encumbro.
No te acerques a la masa, a la turba, ni siquiera para ser aplaudido.
Es tan caro el aplauso y el favor, que deberías huir de el, como quien huye de la peste.
Ama y teme al vulgo, porque el es cimiento, pero nunca olvides que es el más cruel de los bichos y el más catastrófico de los terremotos.

lunes, 27 de mayo de 2013

Cercenar

En los cercenadores tropiezos.
Guijarros blancos, lechosos.
Camino en cuesta, por el que es fácil rodar.
Vilezas para enrasar.
Olor a madera fresca en el funeral de las lobas.

Divide y vencerás

Subestime el poder del charlatán y el ejercito de arpías que lidera.
Los enfadados liberan secretos.
A las furcias que huelen a furcia, no solo se las ve venir, se las huele al venir.
Impostores y otros artistas que lloráis por el pan.
Lagrimas de cocodrilo.
Nunca se camina para atrás en el camino del tiempo.
Por el charco de lodo de las pécoras se pide perdón, pero en el pasado seguirá existiendo.
El fin del mundo es el principio de algo, espero que no esteis allí.
Divide al rebaño y vencerás.

Deberíais extinguiros

En el mar de los intereses.
Cuidaré con esmero la elección de mis palabras.
Alta costura para los bajos modales.
Nada de fachadas de cristal.
Solo fachadas remedo, mimeticas y repetidoras.
Es la puntual sensación de educación.
Llamará a tu puerta una gorda zafia.
Ábrele, es tu hermana la ordinariez.
Nada plástico es sin domar tu tocino.
En los trapos sucios os pillaré.
Tenéis las manos manchadas de sangre y en algún momento os las limpiareis.
Reliquia de delito.
Recuerdo de traición.
Ratas que mordéis todo lo que os supera.
Ratas superadas por circunstancias que ya no domináis.
Es pequeño vuestro escenario.
Es grande vuestro tonelaje.
Es sucio y vulgar todo lo que en vuestras vulgares vidas acontece.
Deberíais extinguiros, pero lamentablemente todo lo nuciente permanece.

Ya no hay gloria

Gordas boñigas del infierno.
En la arrasada ciudadela.
Mientras ansiosas escarbáis buscando el botín.
Asesinaré a mis bellos hijos antes que permitir que caigan en vuestras manos.
Y en el efecto contagio sin sombra os quedareis.
Dueñas del oro y de la ciudadela de los cadáveres.
Eliminada la perfección ahora a quien remedareis.
Ya no hay gloria solo infierno, y estáis ya en el.