lunes, 2 de diciembre de 2013

Buceando en si mismo

Niebla lechosa que hace desaparecer colosos.
Voces graves y gorjeos de control.
Granada cerrada que se seca sin abrirse en gesto de inteligente ensimismamiento.
Sin amor uno termina buceando en si mismo.

El hambre del visionario

Es la locura el punto de inflexión.
El hambre del visionario.
Su estigma y lacra.
Montaña de nieves perpetuas.
Fuente de agua clara.
Olvidáis fácilmente que en los neveros solitarios del precursor están los recursos del mundo.
El visionario irriga el valle que cuando da frutos le da la espalda.

Rostros enjalbegados

Fachada de uno mismo.
Rostros enjalbegados.
En los lebrillos de la cal.
En aras de los marcados estamentos.
Por los sitios de los siglos.
Los puestos heredados.
Los bancos con nombre.
Las calles derechas.
Las estéticas impuestas.
Y la asimilación indisoluble del ser y el padecer.
Las fachadas de los míos.
El estatus que me han legado.
A base de muchas capas de protectora cal.

El mañana de mis palabras

Son mis palabras un laberinto.
Son un espinoso zarzal.
Hoy no entendéis mis palabras y con ellas hacéis burlas.
Mañana serán oráculo de premonición.

Tropiezo de fe

Es el cerco que dejan las manchas.
Es la discreta cicatriz de la certera puñalada.
Es un tropiezo en la suave piel.
En la tersura de lo perfecto.
Es un tropiezo de fe.
De crédulo.
Un tropiezo de quien creía que recibiría lo que el daba. 

Bocado del alma

Yo no soy pan para el hambre de tu cuerpo.
Yo soy bocado del alma.

Ancha de botijo

Ole y ole dice el barbilindo de cadera ancha de botijo, como la tita y la mama.
Ole y huele a tocino frito y morcilla.
Huele y huele a manteca indómita y a sobaco de pajaruco.
Ole y ole como berrean y ladran.
Huele a sarna, a tiña, a raña.
Huele entre oles a zafios bordoneros.
A rapiña, a daño, a carroña que se podre entre las uñas de las zarpas de la pellejas zorras.

Electas zorras

Pirámides sin faraón.
Colosales mausoleos para gloria eterna de efímeros ediles.
Magníficos monstruos programados para ser tumbas de aire.
Cámaras mortuorias saqueadas antes de ser construidas y selladas.
Electas zorras que cuidan las gallinas de los huevos de oro.

Sabor a sapo

Es infalible el idioma del paladar.
Papilas que detectan cadáveres bajo toneladas de azúcar.
Endulzadoras de maldades.
Furcias que caramelizáis carroña.
Dignificadoras de fortunas del robo.
Meliflua amoralidad.

Huele a humo

Queman matorrales y maleza en los patios.
Huele a humo.
Arde la hiedra que todo lo abraza.
Pero que se resiste a abrazar el fuego.
Tabula rasa para la nueva hojarasca.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Todo produce reflejos

Todo produce reflejos.
Todo aunque escaso tiene algo de brillo.
El brillo de la ausencia.
El escaso brillo de la presencia.
Brillantes perdidas.
Perdidas brillantes.
Lo opaco que es vivir.
Lo brillante que es morir.

Rabilargos

El último y acre tufo a miseria.
Antes de marchar aspiraré el viciado aire.
Frente a los columbarios.
Mi nueva morada.
Angosta y soleada.
En la ciudad de silencio.
Donde los intereses no existen.
Donde solo existe el silencio.
De urracas, rabilargos y cuervos.

El torrente dinero

Ojos cerrados con oro.
Corazones cerrados a la benevolencia.
A quien medra nada le importa.
Sordos a la queja.
Así pescan los ladrones.
Esparciendo migajas.
Redes clientelares.
Oficiadores del sin oficio.
Verbos para embaucar.
Los estómagos satisfechos no protestan.
Todo crimen se lava en el torrente dinero.
Escorrentía de olvidos.
De indultados saqueos.
Raposos que festejan la caza del ratón.
Mientras su líder mete en la despensa el robado león. 


Escarpada cuesta

A merced de las indómitas y sus artes en el garrote vil.
Mi sacrificio me redime, pero a un alto precio.
Precio de escarpada cuesta en este pesaroso bache.
Fácil caer, duro ascender.

Callos al caminar

Caminos al andar.
Callos al caminar.
Sobrevivir es hacerse más fuerte.
Me adaptaré.
Zurciré mis harapos y volveré a peregrinar por los parajes inhóspitos.
Los zarpazos rompieron mi abrigo pero no lesionaron mi cuerpo.
Mil abrigos existen para guarecerme.
Seguiré en la fría intemperie, rodeado de humanos deshumanizados.