sábado, 22 de marzo de 2014

Raíces a salvo de los rumores

Rumores que son un rumor, un arrullo con el que aprender a dormir.
No me desvelan los desvelos del envidioso que intentando amputarme floridas ramas, espera ganar la partida.
No soy lo que soy por lo que ves, soy lo que soy por lo que no ves.
Son mis raíces mi porte, tengo para tu desgracia porte hasta sin ramas.

Hambre de patíbulos

Hambre atrasada, muy atrasada.
Hambre de justicia.
De verdadera justicia.
No la de los necios que se han medido en una torturadora oposición.
Que ningún talento de justicia, empatía y conmiseración mide.
Hambre de salvación para mi y la verdad que como yo naufraga en una burocracia parásita de aviesos seres, de vidas miserables que mañana el mundo de los afectos universales olvidara.
Tengo mucha hambre de patíbulos para los que juegan  a leer torcido lo que está escrito claro, muy claro y recto.

jueves, 20 de marzo de 2014

Soldados de guerras ignotas

Soldados de guerras ignotas.
De causas ajenas.
Pero de dolores propios. 
Propinados por participar en la guerra.
Moviliza el poder a quien fácilmente a el se repliega.
Y despliega la carne de cañón en las fronteras del interés propio que defiende.
Contiendas de embaucados, embaucados por un poder que crea contiendas.

Con luz y sin luz

No pongáis luz sobre mi, porque con luz no tengo sombras.
Me ametralla el ignorante azuzado por la mano del que me envidia.
Intentáis manchar el pasado inamovible que ninguna mancha tiene.
No temo a la historia porque esta sabe leer con luz y sin luz.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Efímera y fortuita

Siento que mi sino es estar triste.
Sentir como pesa la tristeza en mis ojos.
Sentir flaqueza en los resbalones de las horas.
Siento como se me escapa de las manos la arena de la efímera y fortuita felicidad.

Internamente

He aprendido a reír mientras internamente lloro.
He aprendido a vivir mientras internamente muero.

Delicado y vulnerable

Cuando me abandonará esta angustia.
Cuando seré libre para poder volar.
Sin las ataduras de la empatía.
Es mi vida un sin vivir.
Siempre en el lugar del otro.
En el lugar del que sufre, porque siempre hay alguien que sufre.
Alguien que llora, alguien que se va, en el momento de mayor tersura y dejando tras de si una estela de colaterales daños.
Que permeable soy, que delicado y vulnerable.
Sin coraza ante la metralla del tiempo.
Sintiendo una agonía que anuda mi garganta y me impide hablar.
Solo los renglones libres me salvan del precipicio.
Me salvan de la locura de amor.
Un loco amor abstracto.
Un loco amor al drama, a la tragedia y a quien esta ahogándose en ella.
Oigo tantos auxilios que ni puedo el sueño conciliar.
No vivo por mi, no vivo para mi, vivo para sentir como ruedan por mi rostro las lagrimas de los otros.

El ciclo de la vida

Se me hacen largas las horas de paseo por las carreteras de los pinos.
Por las carreteras que cruzan las procesionarias.
Horas de sueños, ideas y pesares.
Horas de pensamientos de plomo.
Y de visiones ligeras que oreo al sol.
Casi es primavera.
Casi lloro en el incipiente color.
Casi me derrumbo en las caminatas de siesta.
Caminatas para no pensar y en las que por desgracia pienso tanto.
En los ciclos de la vida, en la vida que es un ciclo, en los ciclos que se cierran, en las vidas que se van y cierran un ciclo.

Tus pequeños tesoros

Con que rapidez pasamos pagina.
Cerramos capítulos y nos desprendemos del polvo del anterior camino.
Fotos de amor en la desolación del pudridero.
¿Dime quien te quería?
¿Dime quien tan fácilmente te olvida?
Nada somos, y para algunos somos menos que nada.
Nada atesoraste, pero tus pequeños tesoros, esas pacotillas en las que vivías, son ya pasto de la rapiña de las ratas y los alacranes.
Dejar de ser es tan fácil, de dejar de existir en el ser amado es cruel.
Con los ojos cerrados nada ves y así descansas en la paz y en el desidioso olvido de los que tu abnegado amor llamaba mis seres queridos

Metralla

Se me resiste la calma y he estallado henchido de ira.
Lanzando a mi alrededor un sin fin de corrosiva metralla.
Daño con la intensidad del daño que a mi se me ha proferido.
Herido aguijoneo a la mano que a mi me hirió. 

Se acabo la vela

Ha amanecido la mañana de plata.
Entre brotes de prunus te has marchado.
Con el aura de la ligera corona de las flores que solo duran un día.
No hay hoy roció para ti que eras nervio y alegría.
Solo sol sin nubes, para el cortejo chico en el que solo a mi me dueles.

martes, 18 de marzo de 2014

Se ha marchado hoy Cuki

El hilo de la vida es tan delicado, tan frágil.
Nos une tan poco a este mundo.
El vinculo es tan ligero y etéreo.
Se va tan rápido el último aliento.
De repente se trunca la vida y todo queda vació.
Es un peso liviano morir, desparecer en los ojos velados.
Mirada perdida y vidriosa que ya nada ve.
Se va el nervio del cobre, del torbellino de saltos.
Del ángel que un día llego a mis manos y que hoy en mis manos se ha ido.

Tanto pincha el cardo como la rosa

Cotilla y fulana como mama.
Todo se hereda.
Hermosura de instintos muy básicos.
Con el alba en las procesiones no se nota tu sarasona orondidad.
Marea el incienso y el almizcle de zorrera de tu ralea.
Precediendo a los santos, guiando a los santos corderos.
Corderos que confundidos en la patina de cal van rendidos al matadero.
Toxicas malvas, urticantes rosas.
Quien crea en vuestra falsa bondad que os escoja.
Tanto pincha el cardo como pincha la rosa.

Segadora de codicias

Todos los finales son una amputación de una inercia de linealidad.
La muerte no nos necesita, no nos quiere, solo nos usa para su fin.
Cortar hilos, sedas, brocados ricos de tornasolados orientes.
Segadora de codicias, segadora de desidias.

Tormenta de alas negras

Pierdo la calma y naufraga en el infortunio de los pensamientos de tormenta.
Aladas quimeras que con su batir de alas negras obscurecen mi día.
Chaparrón que sofoca la música del perdido sol de tregua de celeste calma.