miércoles, 30 de diciembre de 2020

Mudar


Mudamos nosotros y muda el placer.
Todo fluye y en ese fluir el cortante placer se hace romo.
Varían los disfrutes, apaciguados por la perdida de brío.
Robles sin follaje, en los que ya no anida el amor.
Almíbar insípido, proezas sin gloria.
Ya nada eriza mi piel. 
Y el temor que gravita sobre todo y siempre, me impide correr fútiles riesgos.
Acastillada es la calma, cuartel sin sorpresas.
Nada busco, nada encuentro, nada ya a mi cansado corazón le sobresalta.



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