martes, 25 de marzo de 2014
La fabrica de mi imaginario
A tientas por la casa y con cuidado para no importunar presencias.
Se desliza la luna sobre el mármol macael.
No ha sido invitada pero acude al festín del insomnio.
A esas horas de medias realidades y acuciantes sombras.
A la fabrica de mi imaginario.
A la trastienda del trastorno del arte.
Me acecha el borrón de pesadilla, en el largo pasillo.
Y las palabras altisonantes, en la ovalada mesa piden carnaza.
Piden brotar en mis labios con furia, con afilada certeza.
Detrás de la puerta del dormitorio, llora sola la cordura.
Sintiendo en sus plantas el victoriano frío de los borrachos arabescos.
Cada noche la abandono en el tálamo, donde mi locura, con ella nada consuma.
Ella sintiendo mi ausencia, y yo deambulo buscando presencias.
Pisando los pies
Es un individuo vigoroso no tipificado a tiempo.
Tiene a sus pies la bonanza.
Y su palabra desinstruida y fantasiosa cala.
Su presencia incendia el aire.
Y su ausencia genera oleaje de murmullos.
Está la fiera en casa y entro de nuestra mano.
Es la hemorragia interna que genera el traidor.
Mi perdida es su ganancia.
Mi ganancia sería su perdida.
Pero abierta la veda, está abierto el abanico de los intereses.
Corriente fresca que se magnifica y a la que uno en espuria traición apuesta.
Nada se desanda y es imposible borrar sin dejar estela.
Al personaje subyugante que hemos introducido en escena.
Tiene a sus pies la bonanza.
Y su palabra desinstruida y fantasiosa cala.
Su presencia incendia el aire.
Y su ausencia genera oleaje de murmullos.
Está la fiera en casa y entro de nuestra mano.
Es la hemorragia interna que genera el traidor.
Mi perdida es su ganancia.
Mi ganancia sería su perdida.
Pero abierta la veda, está abierto el abanico de los intereses.
Corriente fresca que se magnifica y a la que uno en espuria traición apuesta.
Nada se desanda y es imposible borrar sin dejar estela.
Al personaje subyugante que hemos introducido en escena.
lunes, 24 de marzo de 2014
Ningún orden está eternamente vigente
Codicia el ambicioso extender sus dominios.
Aumentar sus riquezas es norte de mercenario.
En la persuasión del circo y la jarana.
Diversión que compra voluntades.
Nada es en vano en este blanqueado de generoso.
Promesas para animar a descorazonados.
Y auparse en ellos a la cúspide donde se deciden designios.
Conspiración para desestabilizar al legitimo príncipe.
Aumentar sus riquezas es norte de mercenario.
En la persuasión del circo y la jarana.
Diversión que compra voluntades.
Nada es en vano en este blanqueado de generoso.
Promesas para animar a descorazonados.
Y auparse en ellos a la cúspide donde se deciden designios.
Conspiración para desestabilizar al legitimo príncipe.
Las mieles sin valía
Los usurpadores sirvientes.
Dispuestos a crear la necesidad.
Dispuestos a aligerar peso de la carga.
Que es lidiar con la tempestad de la cúspide.
Creadores de dependencias.
Obreros de una mies que ansían.
Enemigos pagos.
Porque su servicio cobran.
Y en el ofrecimiento siembran.
Para recoger en demasía las mieles sin valía.
Dispuestos a crear la necesidad.
Dispuestos a aligerar peso de la carga.
Que es lidiar con la tempestad de la cúspide.
Creadores de dependencias.
Obreros de una mies que ansían.
Enemigos pagos.
Porque su servicio cobran.
Y en el ofrecimiento siembran.
Para recoger en demasía las mieles sin valía.
La seductora y tuerta miel
El hombre se atormenta por las voces claras.
El hombre busca el placer de la mentira.
El camino tuerto vendido con las palabras de la seductora miel.
Consiente el sincero el vicio del embuste.
Porque sabe que su reino de claridad no habita aquí.
El hombre busca el placer de la mentira.
El camino tuerto vendido con las palabras de la seductora miel.
Consiente el sincero el vicio del embuste.
Porque sabe que su reino de claridad no habita aquí.
Loco de sed
La venganza no me sacia.
No aplaca mi amargo paladar.
El nudo de intranquilidad que estrangula mi sueño.
Estoy loco de sed.
Y beber no me sacia.
Nada calma el mal de la infinita sensación de sed.
Me acorta la vida el run run que araña mi alma.
Está mi paz en mi muerte y yo lo sé.
Tiene gangrena mi corazón y cortarlo es dejar de latir, vivir y sufrir.
No aplaca mi amargo paladar.
El nudo de intranquilidad que estrangula mi sueño.
Estoy loco de sed.
Y beber no me sacia.
Nada calma el mal de la infinita sensación de sed.
Me acorta la vida el run run que araña mi alma.
Está mi paz en mi muerte y yo lo sé.
Tiene gangrena mi corazón y cortarlo es dejar de latir, vivir y sufrir.
Eres tu mi catastrofe
Ya solo veo en tus ojo.
Solo a trasvés de ellos sé ver.
Nada en mi has saciado.
Me has rendido en el hambre.
En el indómito deseo de probar tu sabor.
Me has expulsado de mi casa.
Y súbdito tuyo te venero en el mezquino salario.
Que es prometer y nunca pagar.
La escasa lealtad
Con manto adornado de encajes se presentan los indignos.
Agitando malévolamente las convulsiones.
Escasa es la lealtad en el corazón de las enjoyadas ratas.
Mezquinas atesoradoras de botines.
Desprestigiados están los altos ideales.
Tormentas de primavera cuya floración interesa captar.
Flores necias que ignoran lo que es la vida,
Belleza iletrada que mece la corriente de la fácil soflama.
Agitando malévolamente las convulsiones.
Escasa es la lealtad en el corazón de las enjoyadas ratas.
Mezquinas atesoradoras de botines.
Desprestigiados están los altos ideales.
Tormentas de primavera cuya floración interesa captar.
Flores necias que ignoran lo que es la vida,
Belleza iletrada que mece la corriente de la fácil soflama.
Mi hambre de sol
Lluvia de primavera.
Se moja la impertérrita palmera.
Y se guarecen bajo el alero los gorriones.
Día de sombras sin sol.
Esclarecidas voces en el verdor.
En el llanto de las parras.
En las blancas flores del ciruelo.
Llueve de nuevo truncando el saciar mi hambre de sol.
Se moja la impertérrita palmera.
Y se guarecen bajo el alero los gorriones.
Día de sombras sin sol.
Esclarecidas voces en el verdor.
En el llanto de las parras.
En las blancas flores del ciruelo.
Llueve de nuevo truncando el saciar mi hambre de sol.
El cobro
No siente malestar la mano que provoca malas acciones.
Somos nosotros los que con nuestra ética sentimos ese malestar.
Duerme tranquilo el despiadado.
Y no se cobra el destino su crueldad.
Por eso no quiero ser indolente.
Quiero ser mano justa que repare la afrenta.
Que cobre gustosa, cuando llegue el momento, el daño del malhechor.
Quiero ser mano que con caricias restañe heridas.
Quiero ser mano fiera, que infrinja serena a quien a hierro hiere, el mismo dolor.
Somos nosotros los que con nuestra ética sentimos ese malestar.
Duerme tranquilo el despiadado.
Y no se cobra el destino su crueldad.
Por eso no quiero ser indolente.
Quiero ser mano justa que repare la afrenta.
Que cobre gustosa, cuando llegue el momento, el daño del malhechor.
Quiero ser mano que con caricias restañe heridas.
Quiero ser mano fiera, que infrinja serena a quien a hierro hiere, el mismo dolor.
Que inteligente es el piromano
Se pierden en la velocidad los pensamientos.
Y ante la perdida asimilamos lo común como propio, por miedo a decir que somos pobres.
Se acomodan anchas en nuestras vidas las frases extranjeras.
Se expanden soberbias las pompas, pensamientos huecos de hambre y sed.
Se ceban en el rincón más intimo, distorsionando el fondo e hiriendo de muerte el heredado acervo.
Que inteligente es el pirómano, que en unos segundo obliga a cambiar de estado y a mudarlo todo.
domingo, 23 de marzo de 2014
Cantan con graznidos
Voces rotas que cantan con graznidos.
Pago tus méritos con las lagrimas a deshoras.
Con el revuelo de plañideras oportunistas que acuden al tufo de carroña.
Tras el pago de los palos, tras el ruido de los sables.
Tras tus logros el río revuelto donde pescar es fácil y no requiere talento.
O solo requiere el talento de agitar en los zarzales, en los punzantes enredos.
Intrigas de cortes, de cortes de necios, de cortes de sombras sin ciprés que las proyecte.
Pago tus méritos con las lagrimas a deshoras.
Con el revuelo de plañideras oportunistas que acuden al tufo de carroña.
Tras el pago de los palos, tras el ruido de los sables.
Tras tus logros el río revuelto donde pescar es fácil y no requiere talento.
O solo requiere el talento de agitar en los zarzales, en los punzantes enredos.
Intrigas de cortes, de cortes de necios, de cortes de sombras sin ciprés que las proyecte.
El calor del paisano
Bocanadas de aire para poder ascender.
Explota mi caja torácica con el esfuerzo.
Y el esfuerzo corona la cúspide que el vago me envidiará.
Si supieras que el placer está en el camino, no envidiarías el frío de la cumbre.
Y marcharías codo con codo conmigo, saboreando el calor del paisano.
El serpenteo sereno del camino del llano.
Explota mi caja torácica con el esfuerzo.
Y el esfuerzo corona la cúspide que el vago me envidiará.
Si supieras que el placer está en el camino, no envidiarías el frío de la cumbre.
Y marcharías codo con codo conmigo, saboreando el calor del paisano.
El serpenteo sereno del camino del llano.
La ausencia genera herederos
El vacío tristemente no existe.
Si algo desaparece, algo ocupa su hueco.
El rey ha muerto, viva el rey.
Que nadie se vanaglorie de su valía.
Que nadie se entronice por eternidad de eternidades.
Que nadie piense que lo suyo permanecerá proindiviso tras su muerte.
Todo se reparte, todo se echa a suerte.
Y todo mañana, en las manos del nuevo rey tiene nuevo rumbo.
No se queda sin norte el cosmos si mañana el hombre desaparece.
El heredero agradece ausencias.
La ausencia genera herederos.
Si algo desaparece, algo ocupa su hueco.
El rey ha muerto, viva el rey.
Que nadie se vanaglorie de su valía.
Que nadie se entronice por eternidad de eternidades.
Que nadie piense que lo suyo permanecerá proindiviso tras su muerte.
Todo se reparte, todo se echa a suerte.
Y todo mañana, en las manos del nuevo rey tiene nuevo rumbo.
No se queda sin norte el cosmos si mañana el hombre desaparece.
El heredero agradece ausencias.
La ausencia genera herederos.
Hojas caducas que nunca vuelven
Que presentes estan las ausencias.
Que de veces pensamos en lo que hemos perdido.
Que de desasosiego genera el camino que no hemos andado.
La puerta que hace años cerramos.
El amor que por inexperiencia dejamos.
Nada vuelve, todo parece que se repite, pero es solo una ingenua sensación.
Nada se siente dos veces, ni siquiera cuando nos llega en la simultaneidad.
Que de veces pensamos en lo que hemos perdido.
Que de desasosiego genera el camino que no hemos andado.
La puerta que hace años cerramos.
El amor que por inexperiencia dejamos.
Nada vuelve, todo parece que se repite, pero es solo una ingenua sensación.
Nada se siente dos veces, ni siquiera cuando nos llega en la simultaneidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)