jueves, 10 de abril de 2014

Casas fuertes huecas

Me bañaré en el río de las aguas prohibidas.
En el caudal de las inexistentes sirenas.
Las de los cantos seductores como la noche.
Noche donde el alma blanca se pierde.
Me bañaré bajo la luna santa de la semana de duelos.
En las aguas de los siete puñales.
En el naciente de las aguas de zarzas.
Me bañaré para quitarme las costras de las pedradas de amigos.
La roña que se me pego en la ciudadela de fachadas.
Casas fuertes huecas que nada digno guardan.
Casas de mercadeo y negocios sobrevenidos.
Me lavaré los pies para deshacerme de todo tu polvo.
Polvo y motas que ya no son mi presente.
Me bañaré y se diluirá como un terrón de azuzar  la memoria de la ciudadela ausente.

Intervenir

Todo existe previamente a nosotros.
Nosotros nos instalamos en este mundo roturándolo, interviniéndolo, adaptándolo a nuestras necesidades y conveniencias.
Intervenir es un verbo de acción, es un verbo que deja huella, es un verbo que tilda y habla del sujeto que interviene.
Así dejamos constancia de nuestro paso por el mundo instalándonos y expresándonos sobre lo preexistente, sobre lo existente, sobre el trabajo o la obra de otros.
Seres culturales con un universo a cuestas, revisable y a revisar por los nuevos, por los que llegan ahora o por los que se van a marchar.
Una nueva lectura para la piedra acarreada en el valle, para el hueso que nos dará fuerza en las cacerías venideras, un hueso en el que a partir de muescas invocamos a la suerte, a esos imponderables que se nos escapan en este infinito horizonte que no abarcamos y que con la creatividad y la intervención intentamos abarcar.
Belleza y practicad se dan la mano en el acarreo y en el santuario del color.

Nadie olvida, pero solo algunos perdonan

Se infectan las esquirlas de la deflagración en mis manos.
Metralla para aniquilar rosales.
Llora el corazón del rico en piedades.
Y el pobre incendiario festeja el delito y la pena.
Es mi sino el ayudar.
Es mi sino tener heridas las manos.
Es mi sino sentir piedad del corazón herido.
Por eso corro al valle de los caídos.
De los que rinde el fuego.
Campo de segadas rosas.
Campo infierno.
Campos que mañana con el sudor del herido.
Campos que entre metralla.
Producirán mañana para todos trigo.

La tiña de sus noches

Es de papel la corona del pelele.
Del que oficia de hazmereir en las vacías fiestas.
Del que entretiene los días sin rumbo de los iguales.
De los que ignoran que sus risas las motiva la empatía.
El especular esperpento de sus vidas.
La tiña de sus noches.
El alambre pegado al suelo por donde caminan.
Sin riesgo, sin red, sin miedo a padecer caídas.
Coronas de sin oficio, de oficiantes de misas de sarcasmos.
Misas de laicos, con otros corderos, desollados en plaza publica.
Desollados con la inquina de la plebe.
Con la inquina de la peor de las corrientes.
La más dañina, la más asoladora, la más virulenta.
Se ríe la sombra del sol y del árbol.
Todo es risible para lo llano.
Pero aun sufrible, victoriosa es la estridencia.
El abandonar el prescrito recorrido.
Chirría el gozne con la desquiciada proeza del visionario.

miércoles, 9 de abril de 2014

Perder seres queridos

Lo más duro de la vida.
Es aprender a perder seres queridos.
Caminar perdiendo ángeles.
Caminar perdiendo luz.
Caminar al vació horizonte.
Al precipicio que nos devolverá a la luz.
Los que se van nos esperan.
Los que permanecemos desesperamos.

El que no recibe ordenes

Es tan rápida la mano cuando lo manda la mente.
La mano es mente.
La mente está en la mano.
Todo se nos escapa.
Todo se evapora.
Pero la vida da ordenes.
Mientras el que no las recibe late. 

Trenes vacíos

Ebrio de ausencia.
Me tortura el tiempo en los trenes vacíos.
En las sigilosas arrugas.
Erosión de lluvias.
De viajes sin rumbo.
De atajos para salva peligros.
¿Dónde está el que no conozco?
¿Dónde está el que conoceré?

martes, 8 de abril de 2014

Sin red

Es una recaída volverte a ver.
Rebus sic stantibus.
Se desmaya la fe.
Fatigada de tanto traspié.
Se desvanecen las ganas.
Se evapora el premio.
El dulce sabor.
Raquítico árbol. 
Sin sombra.
Sin alma.
Sin fruto.
Salto sin red.

Urticantes ramplones

Polichinelas que ni siquiera respaldáis vuestras bufonadas.
De espaldas al maridaje de los interlocutores.
Tejemanejes de alcahuetas avaras.
Ulcerosos personajes que volátiles infectan el aire.
Urticantes ramplones que abonando necedad esperan cosecha.
Mañana existe y esta escribiendo vuestra derrota hoy.

Sangre de atormentadas palomas

Duele el sol en su claridad.
Duele la verdad por clarificadora.
Duele el silencio por su ausencia.
Duele la guerra por ser amiga de la muerte.
Llevan los alguaciles los bandos de derrota.
Llevan duelos de sol.
Duelos de rubíes.
Sangre de atormentas palomas.
Gemas raras que se perdieron en el desprecio.
En la tendencia de la corriente.
En el corriente y sus excluyentes tendencias.

En el patio

Ceguera de lechosa pared.
De luz sin barreras.
De sol sin nubes.
En el patio. 
Rodeado de canes que dormitan.
Rodeado de gatos que dormitan.
De periquitos que se arrullan.
De acantos que sin sombra se agostan.
Solo se oye el campo.
Solo se oye como sestea la vida.

Palabras y heridas

Hay palabras balsámicas que evitan que sangren heridas.
Hay palabras cortantes, hirientes que producen crueles heridas.
Lenguas de dolor.
Lenguas dañinas.
Lenguas que ofenden.
Lenguas ofendidas.
Palabras con eco.
Palabras escondidas.
Frases que atan, que rinden, que matan.
Azuza la lengua a la mano.
Obedece la mano a la lengua.
Palabras piedras de puentes.
Palabras piedras de cárceles.
Lenguas de diestra.
Lenguas de siniestra.
Claves sin arco.
Arcos sin clave.




lunes, 7 de abril de 2014

Ojos que no ven

El confort de la ignorancia.
Emperadores de coronas de hojalata.
Reyes de cuatro paredes.
Reyes de cuatro palabras.
Cómodos en la desinformación.
Felices ciegos.
Satisfechos en el circulo intimo.
Olvidando que todo está imbricado.
Olvidando que ser hombre. 
No es vivir con la ignorancia de un animal.


Diadema de berilos

Diadema de berilos para la testa de oro.
Apolo diadumeno que rinde. 
En estanques de aguamarina.
Manos que desentrañan del pedernal.
La carne turgente del guerrero valiente.
El nervio de acero del diestro arquero.
La regia cabeza que nimba el berilo.
Eterno amigo de silencios de amor.
Ángel custodio, ídolo, dios.

Silencio de alma en silencio

Hay poco oxigeno en la cumbre.
Hay mucho cainita en el llano.
Aun que desfallezca rozaré las nubes.
Es sino de espíritu insatisfecho.
Deseo de estar cerca del original del que soy copia.
Nadie a solas está solo.
Solo es que la propia compañía no hace ruido.
Ruido de gresca de llano.
Ruido de bronca de teso.
Silencio en las nieves perpetuas.
Silencio de alma en silencio.