viernes, 16 de mayo de 2014

El reo a veces es la victima

Deja cerco la mancha.
Deja siempre rastro la pólvora.
Tras los incendios está el incendiario.
Tras el verdugo está el dedo que señala.
El reo a veces es la victima.
La victima a veces es el reo.
Todo se puede dar la vuelta.
A la vuelta de cualquier esquina puede estar tu sentencia.
Las semillas que con mano secreta esparces dan frutos notorios y públicos.
Se sabe la primera ficha que se derriba.
Se desconoce cual será la última en caer.


La marea alta del luto

Buscamos la guerra.
Buscamos la bronca.
Acentuamos las diferencias.
Nos empeñamos en detestarnos.
Solo escuchamos soflamas de odio.
Todo se repite, todo vuelve.
Nada se perdona, nada se olvida.
Es vulnerable la armonía.
Es delicado el concierto.
Sembradores de rencor.
Regadores de cizañas.
Parteros de la asesina envidia.
Nada está a salvo.
Nada se salva. 
Cuando la marea alta del luto llega a la tranquila playa.

Los zigzagueos de tus concesiones

Te deseo y te detesto con idéntica fuerza.
Con fuerza indómita y primigenia.
Apenas frenada por el duro pedernal por el que discurre.
Sin cauce pero buscando el camino rápido.
Urgencia de amor.
Amor urgente.
Bálsamo, tabla salvífica.
Nada controlo, nada decido.
Soy rápida torrencialidad sin redención.
Sujeta solo a los reveses de tus negaciones.
A los zigzagueos de tus concesiones.

jueves, 15 de mayo de 2014

Dulces venenos

Mentiras envueltas en miel.
Venenos dulces.
Zafiedad enfundada en un Chanel.
Sin pestañear me contarás que solo posees stras.

Famélica de tanto descuido

Entraré en el lupanar con lujoso atavió.
Coronado con el laurel del olvido.
Resistiendo el viento de las calumnias.
No me tizna el entorno.
No me tilda mi aura.
Con nada me arredro.
A nada me ciño.
Serviré sin olvidar al señor que me sirve.
Campea en mi pecho el rubí del estigma.
Quema mi frente la pedrada del necio.
Entre estípites está la demacrada pureza.
Famélica de tanto descuido.

Ahogo mi alma

Ahogo mi alma con palabras.
Ahogo mi alma con empalagosos combinados.
Melifluos alcoholes.
Sé que ya no me quiero.
Sé que ya no me quieres.
Miel de opiáceos para tragar sinsabores.
Vivo entre espinas.
Vivo entre laceraciones.
Vivo sin querer ya vivir.
Es la quemazón de tantos años de sed.
Sed por ti que nunca sacie.

Aventar

Vislumbro que moriré por un exceso de curiosidad.
No soporto las copas opacas que impiden ver el color de lo que bebes.
No soporto las puertas cerradas que esconden escabrosidades.
No soporto la pulcritud de las que aventan chismes.
Saber es complicado.
Saber te complica la vida.
No soporto engañar.
No soporto ser engañado.

Detrás de todo siempre hay un interés

Princesas dolidas.
Princesas con los pies doloridos.
Princesas de oficios a deshoras.
Reinas tiranizadas por la ceguera.
Por la marea que las arrastro a esa extraña costa.
De extraños náufragos.
Heridos por el infortunio de la disociación.
Por una lucrativa vorágine que crea cautivos.
Adictos servidores de la sombra.
Esclavas de antiguo oficio.
Esclavos demandadores de psicotrópicos y complacientes esclavas.
Detrás de todo siempre hay un interés.
En tus vicios y necesidades alguien está interesado.

Las guerras intestinas

Obligados a transitar por estrechos pasillos.
Embarcaderos de destinos inciertos.
Agresivos espacios donde es imposible girar.
Fácilmente en la angostura se enzarzan nuestras cornamentas.
Yo no soy tu enemigo, yo no soy tu rival.
Yo no he creado el sistema que nos ciñe y comprime, impidiéndonos virar.
Son las guerras intestinas la más eficaz de las armas para en el sistema nada cambiar.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Derribada a tus pies


Al gallo más valeroso, los cobardes en grupo le pican la cresta.
Sobresale el talento, pero es hundido por la marea de los mediocres. que nacieron sin él.
No se puede ocultar una torre, si está en pie.
Pero se pueden desdibujar sus escombros, si está derribada a tus pies.

Debo ser sombra

Soy ya un adversario sin voluntad. 
Que se rinde cansado en el lecho de las viboras.
Con las fuerzas menguadas.
Con los lazos rotos.
Con las manos desatadas.
Extenuado para seguir avanzando.
Cerraré los ojos entre los enemigos.
Saciaré mi sed entre las alimañas que me han hundido.
Sellaré mis llagas en el aire hostil.
Hoy no es mi día.
Mañana sé que tampoco.
Pero camuflado entre la maldad resurgiré.
Debo ser sombra, debo ser escombro, debo ser rendido rival.

El sol de mi decepción

Soy el blanco de tus risas.
Soy el que cada mañana te hace reír.
Soy el que en la arena del circo con tus desprecios cree morir.
Amor que caro te vendes.
Amor de ojos vendados.
Amor que elije amante de un modo tan desacertado.
Soy tus risas. aunque quisiera ser tu sol.
Eres tu mi sol pero solo traes a mis tristes ojos lagrimas de decepción.

Puñado a puñado podría cambiar de sitio el mar.

Nada se desdibuja el horizonte.
No emborrona el cielo ni una solo nube.
Día de claridad y gloria.
De esperanzas puestas en que algo bueno este día traerá.
Gorriones y más gorriones llenan esperando su comida el emparrado.
A todos alimento, viéndolos alimentados yo me doy por pleno y saciado.
Que bella es la vida, que bello es cuidarla.
Es tan fácil crear un pequeño vergel.
Un remanso minúsculo de paz.
Si pudiera mi mano extender este estanque de amor.
A las fincas aledañas, a los pueblos aledaños.
Llevaría en mis pequeñas manos.
Pequeños puñados de lo que los habitantes de las tierras necesitaran para ser felices.
Para hacer de su entorno un vergel.
Unos tienen tanto, unos derrochan tanto.
Unos tienen tan poco, unos serian felices con solo un poco.
Pequeños puñados de niño que sabe que si quisiera con sus manos y viaje a viaje podría cambiar de sitio el mar.

martes, 13 de mayo de 2014

Solo por ti mirado

Miradas veladas que te taladran, con más que fuerza.
Rinde el fulgor tras la red, con la que rindes y pescas.
Sombras metálicas de ser victorioso.
Animal de felina mirada.
Solo te miro a ti.
Solo por ti quisiera ser mirado.
Solo para ti rendido.
Solo por ti querido.

Palizas lejanas

Palizas bajo la luz tenue.
Tras los velos, que desdibujan atrocidades.
Solo nos llega el murmullo del llanto del desamparado.
Palizas lejanas, radiadas por voces neutras.
Caridad de lejos, que nada implica y que nada sacrifica.
Actos para modular muy bajita la voz de la adormecida conciencia.
Egoísta confort que tan poco o nada comparte.
Monstruos que en el extrarradio de nuestra calidez cercenan derechos.
Monstruos consentidos e incluso aplaudidos, por los monstruos que en nuestro estado de placer viven muy bien.
Palizas y ultrajes tras el cortinón de nuestro lujoso salón.