Hay gente que solo brilla cuando todo se apaga. El toxico pelo de la zorra, alborotado en los baños de potasa. Salero de cuartelera meretriz. Sexo de rancho. Petardo que en la traca primera y final alborota canes y gorriones. Brisa fétida de váter.
Deja el oleaje de la fiesta. Un espumajeo amarillento. En la piel del cansancio. Efluvios que ascienden sin victoria. Borrachera de almizcles, luz y colores violentos. Ceremonia de la confusión donde todo se desclasa. Uñas rojas de gavilanas rusas. Más nunca fue menos rentable. Deja el oleaje al descubierto. La patita enharinada de la astuta zorra.
Hay imagenes que encarcelan mil palabras. Hay palabras que encierran mil imagenes. Viajes en verso para ir y volver. Versos para dar vueltas. Versos para atar el aroma irrepetible del instante.
No me digas que la noche ha vuelto. Que el principio ha llegado a su fin. No rinde a la rosa el sable. Solo con desdén altanero la decapita. Ruleta de los desafortunados. Flores débiles codiciadas por su quebradizo talle. Día de gloria exprimido hasta el extremo. Prolongado en claridades artificiales, buscadas por los pasillos siniestros. No me digas que ya ha llegado la noche, con su estela de miserias. Que ya ha llegado mi marchito estadio de duelo. Que pronto olvida el devorador de belleza. El nombre del ángel caído, que ya la belleza ha perdido.
Te quiero en las atmósferas borrachas. Horror vacui de teatralidad. Es el marasmo de las artificiales orquídeas. Es en ellas y su saturada clase donde encuentro el orgasmo. Laberinto donde perdido me encuentro. Encuentros furtivos de dramática tensión. Bambalinas de flores nocturnas. Urgente placer en el camerino donde se traviste el ángel caído. Me puede la sombra, me puede el alcohol. Necesito perderme para encontrarte, para vencer el coset mi burguesa educación.
Hacemos tantos distingos entre los muertos. Los lloramos de formas tan diferentes. En el caso de que los lloremos. Muertos relevantes. Muertos irrelevantes. Varemos humanos. Varemos de ojos de pasta vítrea. Varemos de bellos tuertos. Perdemos medio mundo mirando el falso brillo del otro medio.
Luna llena de San Lorenzo. Luna rojiza de pasión. Luna de brillo. El brillo de la cercanía. Del hambre inmisericorde de amor. Amores de verano en la eclipsada lluvia de estrellas. Si dejáramos de buscar el amor en lo extraño. Nos daríamos cuenta de lo alcanzable que es la luna. Luna enorme y próxima.
Se torna verde el agua de los jarrones, cuando las flores devienen pochas. Salmo de musicalidad subyugante pero de profundidad supinamente hiriente. Denso es el caldo tras la lenta cocción. Denso es el cobro de la afrenta tras la maceración. Segundos de belleza y eternidades de ruina. Ni las brasas que cocinaron al Santo calman la sed humana de mi herida alma. Sinfonía interminable que mece las cenas frías. Rañar constante de perro dolido. Llaga de picor mortal. Hace daño rascar. Hace daño no rascar.
Ciegos desamparados por el que les roba la estima. Cierra la puerta de la ciudadela de la demasía, el que la demasía critica. Lazaretos de vivos que la caridad del populista enquista y desatiende. Que los males estén en el extrarradio. Defensores de pobres, pero no de los más pobres de los pobres. Pobres enfermos que no reciben del autoetiquetado como pobre ni apoyo, ni piedad. Turbia claridad de comunismo de elitista comuna. Solo salvaré a los míos, solo protegeré a los míos. Es mi único pensamiento salvar a mi troupe.
Los tonos del blanco. Los blancos muy sucios. Los sucios que eliminan el blanco. Sin referencia los últimos son los primeros. Desaparecido el primero, el primero es el último.
Tienen los ríos dos orillas, pero un solo cauce llamado razón. Y un cauce de razón solo tiene un horizonte, guiado por la Estrella de la Mañana. No hay pueblo sin Fe, no hay civilización sin credo. El hoy siempre es atormentado, pero siempre se sale de las tormentas, por los cauces referenciados, con los ideales de comportamientos, trasmitidos en esa liturgia de amor y códigos éticos que es la religión de un pueblo, cemento que liga diversidad y une fuerzas en la adversidad. Cáceres es Estrella, Estrella de la Mañana, Virgen que con su candela guía por el camino propicio. Que mejor modelo, que seguir el modelo materno, el modelo de la madre, el modelo de la madre de todos y madre nuestra. Eso es la Estrella de la Mañana faro referente con el que satisfactoriamente caminar, caminar caminar unidos por los adarves de las nuevas ciudadelas, por las nuevas metas de las nuevos tiempos. No hay crisis en el camino de las estrellas, en el camino que promueve que todas las gotas del cauce son iguales, son hermanas, son hermano prójimo y próximo que hace caudal. De esto tan sencillo y trascendente versa esta exposición de la figura de la fértil madre, de la figura de la guía paciente, de la referencia que tenemos que buscar en la sin macula, del modelo que debe ser el cauce propicio, el lucero del alba, la luz que marca el norte en nuestro hoy y en nuestras mañanas.
Voces vidriosas. Voces de su amo. Gritos de ámbitos muy raros. Caídos de los caballos e iluminados en la caída. Late el corazón en el repleto bolsillo. Voces malditas de embarrados. Voces que tiznan. Voces tiznadas. Voces vendidas. Voces untadas. Voces compradas. Voceros palmeros. Nada frena el graznido de la urraca ladrona, cuando su bolsillo siente herido.