sábado, 27 de septiembre de 2014

El olor de ayer

Cuando uno nace en una cuadra, por mucho que se refine siempre huele a cagajones.
La capa nueva no todo lo tapa.
No borra el dinero el sombrio pasado.
No borran los nuevos modales las arteras mañas.

Deseos censurados

Disfrazados somos libres.
Nos desinhibimos y damos día de asueto a los códigos aprendidos. 
Travestidos de una nueva esencia, somos más auténticos.
Quizás la careta social nos entumezca tanto.
Que solo somos nosotros, cuando desnudos de prejuicios.
Nos liberamos de la tumefacción del restrictivo corsét educacional.
Enfundados en la fantasía, aliviamos el pantano de los deseos censurados.

Las pequeñas horas

Si para mi hasta la más insignificante de las causas es una gran batalla.
Si cuido lo pequeño como si fuera enorme.
Si me desvivo por las causas que todos dan por perdidas.
Como piensas que tras encontrarte voy a consentir en perderte.
No pienso en días, pienso en pequeñas e interesantes horas.

Medio niño no vive

Nada digno viene del traidor.
Fuera de la ley se tejen las redes de la usura.
Con las campanas de gloria, se tapan los gritos del pueblo que vive en la miseria.
El que a sabiendas delinque es dos veces delincuente.
Os veo y no puedo creer que en el verbasco tengáis jaleadores.
Divide y vencerás y vosotros solos habéis empezado dividiendo.
En un entorno seccionado no cabe la paz.
Amenazar con dividir solo permite ver la madre que realmente quiere.
Medio niño no vive, solo vive si la buena madre cede.

De allende los mares

Deseamos con desafuero lo distante.
Deseamos con desafuero lo que nos distingue.
De allende los mares.
Exóticos brillos de guacamayos a la selva robados.

Nada nace hundido

Las ideas sencillas.
Lo sencillo que es idear. 
¿Quien no tiene un haz de luz?
Que ilumine su hogar.

Nade nace hundido.
Uno se empeña en hundirse.
Nadie nace sin luz.
Uno se empeña en apagarse.
Primero el arar, luego el sembrar y ya se recolectará.

El oficio de mendicante

Exaspera la mirada penetrante del pedigüeño.
Del que con nada se sacia.
Aunque bullera en polvo de oro no se aplacaría su ansia.
Muy bien aprendido tiene el oficio de mendicante.
Muy bien aprendidas las cuitas de ojos de cordero y zorra tramposa.
Es una ralea que se extiende en la complacencia.
Y en la molicie espera mana.
Nada enmienda dar, si no se acompaña con enseñar a con los propios medios conseguir.


viernes, 26 de septiembre de 2014

Surcos de pesar

Lloro sintiendo como mi aliento.
En la frialdad de mi alcoba.
Empaña la triste imagen de mi espejo.
Corta distancia que recorren mis ojos.
Analizando los surcos de mis ríos de pesar.
Hoy igual que ayer es otoño en mi corazón.

Vendado, que no vendido

Soy un ser vendado, pero no vendido.
Soy un ser que se pone en pie, tras haber caído.
Soy un ser zancadilleado, pero que nunca ha zancadilleado.
Si mi ideal no renta, sin renta camino con mi ideal.
Es mi meta mi camino, pero no vale para mi fin el corto atajo.


Uno ve un fruto y sabe como es el frutal

Si el camino de la gloria fuera la maldad.
Sería malo a rabiar.
Pero no es ese el camino.
Por eso estoico aguanto los empellones del zafio.
Por eso aguanto la zancadilla.
Por eso soporto con desdén incluso el plagio.
Lo que el mediocre se lleva entre las manos de mi corazón ha salido.
Y el cielo sabe que del mezquino solo salen mezquindades.
Por eso duermo tranquilo porque lo que de mi corazón brotó ayer, brotará mañana y siempre.
Uno ve un fruto y sabe como es el frutal.

Aunque viva diez veces, el miserable solo atesora miseria

Que miedo tiene el mediocre a la muerte.
Que miedo tiene a abandonar este mundo con un equipaje de miseria.
A llegar ante el altísimo con las manos vacías.
Aunque en su interior él sabe.
Que aunque viviera diez veces.
Con las manos vacías llegaría.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Sin pudor

Ciega la pirotecnia de la baratija.
El cascabeleo de la rima fácil.
El chisporroteo colorista de la cromática del photoshop.
Brilla lo mínimo, mientras se opaca lo máximo.
Ningún pudor tiene el ramplón.
Lleno de recato está el primero y mejor.

Murmullo

Murmullo de trinos en el bosque.
No cruje el suelo húmedo, en el que se descomponen las hojas.
Embruja la sombra espesa del dorado follaje.
Todo es fragor sin rumores, sin cacareos.
El campo no miente.
El pueblo si.

Altar de pajarucos

Deliciosa astucia.
Deliciosos agresores heridos.
Árboles de fuego.
Rezan los traidores en las primeras filas.
Las argucias del sebo. 
El bélico posar de la rabia.
Embriaga el hedor de cadáver, tapado con afeites de sarasa.
Es un parecer de fisuras.
Es un star de maquillados chancros.
Vale tan poco la verdad, que nadie la aplaude.
El pueblo se tira a los brazos del embaucador.
Brazos de grasa y tocino.
Besos de grasa y frite.
Astuta miseria de altar de pajarucos.

El pasajero talento

El pasajero talento.
En la desnudez rendimos imperios. 
Pero no es duradera la furia.
No dura siempre la gracia.
La fresca lozanía de los inocente años.
Hoy nos desean.
Mañana desearemos nosotros.
Desearemos en otros nuestra perdida frescura.