Que adorable es la fiereza de mis fieras.
Adorable es su calor.
Adorable es su calor bajo esta lluvia.
Otoño de chaparrones que atenúan sus mil lametones.
domingo, 12 de octubre de 2014
Durmiendo como un solo cuerpo
Siempre termina aflorando la horripilancia.
Me estrechan los lazos que me salvan del abismo.
Durmiendo como un solo cuerpo en el estrecho calor.
Alimento para uno repartido entre todos.
Es mi victoria tarea compartida.
Pero ya no habita en este mundo.
Porque he decidido levitar por encima de la horripilancia.
Me estrechan los lazos que me salvan del abismo.
Durmiendo como un solo cuerpo en el estrecho calor.
Alimento para uno repartido entre todos.
Es mi victoria tarea compartida.
Pero ya no habita en este mundo.
Porque he decidido levitar por encima de la horripilancia.
Sindrome de Seudodavid
Hay algunos que se creen importantes, porque es importante el rival que elijen.
La magnitud del rival no nos hace grandes.
No todos los que se enfrentan a Goliat son David.
David solo hay uno y es el que vence a Goliat.
La magnitud del rival no nos hace grandes.
No todos los que se enfrentan a Goliat son David.
David solo hay uno y es el que vence a Goliat.
De ruina, ignorancia y fracaso
Los árboles se mantienen en pie por sus raíces.
El Árbol que descuida sus raíces con facilidad es tumbado por el viento.
De olvido están hechas las grandes ruinas.
De ignorancia los grandes fracasos.
El Árbol que descuida sus raíces con facilidad es tumbado por el viento.
De olvido están hechas las grandes ruinas.
De ignorancia los grandes fracasos.
Sin el pueblo, no hay meta
Si pierdes el vinculo, ya no haces pie.
No es nada somero el pantano de la enquistación.
El pantano donde ya no lees el diario del sentir del pueblo.
Y sin sentir no hay conexión dendrítica.
Estanqueidad que convierte en ínsula nuestra pretensión.
No es nada somero el pantano de la enquistación.
El pantano donde ya no lees el diario del sentir del pueblo.
Y sin sentir no hay conexión dendrítica.
Estanqueidad que convierte en ínsula nuestra pretensión.
sábado, 11 de octubre de 2014
Ángeles desalados
Es un oficio triste pero frecuente,
Cortar las alas a los pequeños ángeles.
Para crear un mundo de vulgar uniformidad.
Y lo peor es que las encargadas de cortar esas alas son las amantisimas madres.
Puede más el temor al estigma.
Que la certeza de que el mundo lo cambia el diferente.
Maledicente
Es tan maledicente la envidia.
Es mano que en el rascar extiende sarna.
Es caricia de lepra.
Es tan ciega que cree que hundiendo honras.
Borra la treta de su deshonra.
No se calumnia a la sombra.
Solo se lanza lodo a la pared encalada.
Solo se calumnia a la luz que nos ensombrece.
Al que camina delante.
Al que seguimos por atajos ansiando su paso.
Pero enredados en el circulo de robar.
Olvidamos que lo amputado nunca será muestro.
Tras calumniar ningún brillo nuevo se posee.
Porque los brillos nunca los heredan los envidiosos.
El enfermo futuro del envidioso, es mañana volver a calumniar y a envidiar.
Es mano que en el rascar extiende sarna.
Es caricia de lepra.
Es tan ciega que cree que hundiendo honras.
Borra la treta de su deshonra.
No se calumnia a la sombra.
Solo se lanza lodo a la pared encalada.
Solo se calumnia a la luz que nos ensombrece.
Al que camina delante.
Al que seguimos por atajos ansiando su paso.
Pero enredados en el circulo de robar.
Olvidamos que lo amputado nunca será muestro.
Tras calumniar ningún brillo nuevo se posee.
Porque los brillos nunca los heredan los envidiosos.
El enfermo futuro del envidioso, es mañana volver a calumniar y a envidiar.
Puñados de sal
Cayó la sal en la herida del doliente.
La llevó la mano del consuelo.
Envidia que enlutada acude a los duelos.
En el bosque del amor hay tanto árbol falso.
Tanta sombra de penumbra.
Tanta mano que con premura enjuga lagrimas de risa.
Tantos que se ríen de desgracias.
Tanta vida vacía que se llena y reconforta en la pena ajena.
Tanta mano amiga, que acude con puñados de sal, para provocar escozor en las abiertas heridas.
La llevó la mano del consuelo.
Envidia que enlutada acude a los duelos.
En el bosque del amor hay tanto árbol falso.
Tanta sombra de penumbra.
Tanta mano que con premura enjuga lagrimas de risa.
Tantos que se ríen de desgracias.
Tanta vida vacía que se llena y reconforta en la pena ajena.
Tanta mano amiga, que acude con puñados de sal, para provocar escozor en las abiertas heridas.
Proezas en ultramar
Los méritos del trampero.
Tela de araña que enjoya el roció.
Guirnalda de flores que esconde un lazo.
Hay que aprender a verlos venir.
Entre la fanfarria de frases prestadas.
Entre certificados y abales de proezas lejanas.
Urdimbre de victorias en ultramar.
Tela de araña que enjoya el roció.
Guirnalda de flores que esconde un lazo.
Hay que aprender a verlos venir.
Entre la fanfarria de frases prestadas.
Entre certificados y abales de proezas lejanas.
Urdimbre de victorias en ultramar.
Albedrío
Será el albedrío del valiente.
Arbitrio de vencedor.
No rige designios el derrotado.
No sigue ocupando los palacios el que huyo.
Arbitrio de vencedor.
No rige designios el derrotado.
No sigue ocupando los palacios el que huyo.
viernes, 10 de octubre de 2014
No todos están contigo
La desfachatez de los que se arriman a las ascuas.
Y hacen de su calor algo privativo.
Pescadores de réditos.
De aplausos de arena.
Del oleaje del irritado mar.
El dolor no es uniforme.
Es una quimera uniformar el dolor.
Uniformar la satisfacción.
No todos están contigo.
Pero no todos están contra ti.
Incluso hay corrientes en las que no existes.
Y hacen de su calor algo privativo.
Pescadores de réditos.
De aplausos de arena.
Del oleaje del irritado mar.
El dolor no es uniforme.
Es una quimera uniformar el dolor.
Uniformar la satisfacción.
No todos están contigo.
Pero no todos están contra ti.
Incluso hay corrientes en las que no existes.
Vestidas de domingo
Trataré a lo efímero como efímero.
Trataré a lo eterno como eterno.
Que no os ciegue la mentira vestida de domingo.
No es ella el sillar del futuro.
Sobre la mentira nada se puede construir.
Puedes incluso confíar hasta en las verdades ocultas.
Porque la verdad es firme y no se puede desmontar.
De grueso pico
Tras tanta infiltración a uno le pesa el hocico.
Belfos caídos.
Morros hinchados.
Bembas coloras.
Tanto más es más que vulgar.
Belfos caídos.
Morros hinchados.
Bembas coloras.
Tanto más es más que vulgar.
Verbos para causar dolor
Cuando las palabras matan.
O empujan al precipicio en el que tras despeñarse.
Uno sabe que va a morir.
Dardos del verbo.
Verbos envenenados.
Verbos para causar dolor.
O empujan al precipicio en el que tras despeñarse.
Uno sabe que va a morir.
Dardos del verbo.
Verbos envenenados.
Verbos para causar dolor.
La cárcel de los desorientados amores
La libertad también es una cárcel.
Una cárcel de margenes difusos.
Una insatisfacción que persigue lo que no se posee.
Y olvida disfrutar lo que se tiene.
Una cárcel de buscadas colisiones para menguar la libertad del otro.
Una cárcel que busca derechos en el pedregal.
Y a base de tanto buscar hace menguar las obligaciones.
Es la estrategia de enfrentar los derechos de unos y otros.
Olvidando que la libertad no crece en el robo.
No crece en la usura.
Ni en la superioridad moral.
Ni en la gloria de la casa matriz.
Ni en la desorientada orientación de los amores.
Una cárcel de margenes difusos.
Una insatisfacción que persigue lo que no se posee.
Y olvida disfrutar lo que se tiene.
Una cárcel de buscadas colisiones para menguar la libertad del otro.
Una cárcel que busca derechos en el pedregal.
Y a base de tanto buscar hace menguar las obligaciones.
Es la estrategia de enfrentar los derechos de unos y otros.
Olvidando que la libertad no crece en el robo.
No crece en la usura.
Ni en la superioridad moral.
Ni en la gloria de la casa matriz.
Ni en la desorientada orientación de los amores.
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