martes, 18 de agosto de 2015

La mira de la escopeta

Es un pueblo pequeño un enorme infierno.
Es la adversidad de las lenguas desatadas.
Es la perversa malicia sin freno.
Secarral donde todo está dañinamente enquistado.
Donde el iletrado ladino.
Sin redención se ceba. 
En la gema rara.
En la codiciada alhaja.
Que sin estimar los peligros de la tartárica orilla.
A ese pudridero arriba.
Cuatro paredes cerradas al mundo.
Cuatro paredes que sin conmiseración lapidan.
Al que entra y sale de esos cuatro tapiales.
Mundo angosto.
Mundo vil y servil.
Mundo encadenado al inframundo.



Saber estar

Ojos de piel de sapo.
Ojos de verde ciénaga.
De infecta charca.
Verde es la envidia.
Envidia de clase que se ve verde.
Verde por que no se alcanza.
Ojos verdes, verdes, verdes de infecta ciénaga.
No todo es llegar, la clave está en saber estar.

Gobernantes de las cenizas

Se satura el iris de cenizas.
Polvo torpedeado por la saña.
La hiedra herida ya no abraza las altas tapias.
Vergeles que han sucumbido a la contienda.
Y los bravucones gigantes de los eucaliptos.
Mueren a manos de las motosierras.
Monte cerrado que en la flama se ha abierto.
Abierto en canal para que escudriñemos.
La escarpada orografía de este escudo de enormes pedreras.
Geografía del fuego que salva y condena.
Caprichosamente o bajo las ordenes del que salva sus caprichos.
A vuelo de pájaro todo se sabe.
Todo se ve.
Es tan indiscreto el aire,
Sin trinos está la sierra y los gobernantes de las cenizas urden el unte.
Grasa que engrasará la red clientelar.
Que adormecerá en un nuevo letargo a la clientela.

domingo, 16 de agosto de 2015

Tiempos de madrastras

Vivimos tiempos de madrastras.
Vivimos tiempos de arteras mañas.
Vivimos como, poco importa el futuro.
Como importan poco los hijos de la madre patria.
Tiempos convulsos donde las madrastras del solar patrio todo lo denostan.
Tiempos donde lo único que importa es dilapidar.
Dilapidar acervo.
Dilapidar una identidad que la madrastra no siente.
Hijos en manos de malas madres que buscan desmembrar al infante.
Sin raíces y desarraigados vagan las señas.
Y precipitan hirientes las señales de bandos y contienda.
De nada se duele la verdulera, que por el fornicio y el vicio entro en la casa.
Y como chacha arriba y manirrota coloca a  la bastarda patulea.
Y da brindis al sol en el balcón de oriente.
En los jardines okupados por la chabacanería y las liendres.
No hay solar sin crisis. pero la más dura crisis que resiste un solar, es la crisis moral.
Afloran las fulanas y los fulaneos cuando el perro tiene pocas perras y lo devoran los chinchorros.
Arriban los buques de los serpollos mamones y ya la tenemos armada.

sábado, 15 de agosto de 2015

Las entrañas del travestido hombre

El estigma de ser de porcelana.
De haber nacido rara avis.
Exquisito manjar que no encuentra paladar.
Extraña alhaja que manosea el alcahuete.
Que manosea el vicioso curioso.
Curioso que arde en el infierno de los dispersos deseos.
Deseos doblados de angulo cerrado.
En las calles de las farolas fundidas.
De las apedreadas estrellas.
Oscura miseria de hambre de cálidas entrañas de travestido hombre.

Las carcajadas en la platea

"Siempre hay riegos, hasta en las tranquilas balsas se ahoga el temeroso.
Sino de tragedia que arranca carcajadas a la platea de los necios."
Yoransel de Omatog 

La libidinosa estulticia

Que libidinosa es la estulticia.
La blandura que de capotazos protectores proporciona al fiero nuciente.
Calma que aviva la tempestad.
No es cautela la indolencia, es solo indiferencia al dolor ajeno.
Improductivos marros que solo piensan en su hambre.
No todo lo aprobado es correcto, no todo lo correcto es aprobado.
Entretenidos picores que matan en la inacción de dejar morir.

El pueblo encendido arde bien

Los Dioses hablarán a través de las muescas del omóplato de una oveja.
Librados de luchas en la piedra de las hecatombes.
Azuzados a la lucha por el augur.
Nunca duerme el sirviente de los cielos.
Jamás duerme el que sirve al infierno.
Chamanes de pacotilla.
Cualquier pueblo encendido arde bien.


De bultos y abultamientos

"Por sus bultos les conoceréis, por sus abultamiento sabréis a donde van. Cuando tu vas la historia viene de allí."
Irsia Carolain Sprimbol

viernes, 14 de agosto de 2015

Descorazonador desentrañar

El arte de los auspicios. 
De los augures que leen las entrañas.
Palomas de la paz abiertas en canal.
Para ver en su último palpito el futuro de la ira.
No es taxidermia mi arte.
Sino descorazonador desentrañar entrañas.

Amar la extrañeza

"Amar sin fin, pero con un solo fin, amar la extrañeza, el extrañamiento, amar abriendo en canal las propias entrañas."
Hosky de Sarasuas

Acelerada caducidad

Flores de otoño.
Flores caricaturas de caricaturas.
Flores tristes tras la defenestración.
Habita el olvido entre neones de feria.
Habita en los cariños de urgencia.
Habita en las vespasianas sin tiempo.
Vestidos de color y fiereza.
De domingo eterno.
Acicalados para tropezar una y mil veces.
Tropezar con la misma soberbia.
De cabezas por un sorbo de recia virilidad.
Sorbos en los ángulos oscuros.
Sorbos en las salas de polvorientas palmeras.
Todo es ajado, exótico, corroído y antropológico.
Todo es acelerada caducidad.

jueves, 13 de agosto de 2015

Cuando el corazón duerme entre espinas

Cuando el corazón duerme entre espinas.
Bullicio de reyes en sombras.
Es la casualidad una gran ofensora.
Lacónico adiós de cauteloso olvido.
Todo se desarraiga en las lluvias primeras.
Y corre por la ladera el limo negro.
Lodos que tiñen, entre hojas de vida breve, el agua risueña.
Sin florecer se marchitó la mano hermana.
Sin fruto se va a dormir el roble el largo invierno.
Se calcinaron los caracoles del acanto.
Se calcinaron en un abrazo eterno.
Coronas de zarzas negras para el príncipe de los cuervos.

Las heridas teclas

Eterno monaguillo que solo sabe oficiar entierros.
Es mi vicio la triste sonata.
El quejumbroso órgano del coro.
Que llora cuando se acarician sus heridas teclas.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Cornada de corniveleto

Soy el obstinado insolente.
El menguante brillante.
El que muere en el carmín.
En la sombra azul.
El elefante que no sabe tomar el té.
El que llama a la lluvia de verdades.
El que os indigesta el ramplón disfrute.
El que os sitia en la esquina del mondo tablero.
Soy profeta que escribe torcido en el papel pautado.
Música sin ritmo o quizás solo con mi arítmico ritmo.
Soy tragedia con trazas de comedia.
Soy el impermeable a la sal.
Soy jabonoso marro.
Lechoso veneno.
Blanca seda para segaros el cuello.
Cornada profunda de toro corniveleto.