La poesía desnuda

"Nada, cuando se desnuda el alma, es ficción, La poesía es, primerísimos primeros planos, estando desnudo."
Irsia Carolain Sprimbol

Con el pecho lleno de luciérnagas

Hay certezas que sólo se tienen una vez en la vida.
Diluvios que descargan y nos arrasan sólo una vez.
Cielos a los que renunciamos abrazando el rutinario infierno.
Nos trazamos dependencias que nos alejan de lo importante.
Que nos alejan del gozo y nos lanzan al narcótico dolor.
Renunciamos pensando que ese tren puede algún día volver.
Pero los rayos no caen dos veces con esa brillante furia en el mismo corazón.
Despedir es perder para siempre.
Negar que tenemos el pecho lleno de luciérnagas, es emparedar su luz.

Microtraiciones

Está el presente lleno de microtraiciones.
Aunque nos traslademos mil veces, las traiciones nos persiguen.
Nos buscan y afloran
hasta en los más fieles.
Hasta en los incondicionales que llevan nuestra misma sangre.
Traicionamos sin querer, o queriendo evitar que la franqueza del otro nos manche.
Es cierto que no son nuestras batallas, ni hemos sido llamados a librarlas.
Pero aun sin ser nuestras, no podemos ser equidistantes si sentimos por el sincero algo de amor.

Enlacados ñus

Susurra la embustera al oído del infante.
Plaga que la peste quiere extender al futuro.
En la pacotilla que puebla las primeras filas, nada se comprende.
Recio hedor a iletrada letrina.
Vulgar potasa que hambrea embadurnada con el brillo del tocino, el star que da la natura.
Hienas que gimen gorigoris, de embustera preeminencia.
Huele a cuadra la gloria.
Huele a estiércol el altar.
Trompetera es la corrobla de esa jauría.
El ruido infernal de la manada de enlacados ñus.

Ósmosis

Somos ricos y crecemos como hombres admirando a grandes hombres, bebo de las palabras de todos aquellos a los que sigo, soy un ser osmótico.

Sierra Fénix

Determinados momentos nos conducen a creer.
Determinados contratiempos nos fuerzan a blasfemar.
Chispas que todo lo arrasan.
Tierra arrasada que vuelve a brotar.

Gélido, álgido

En este gélido invierno
me abrazo a mi mismo,
para dejar de sentir
como corre el aire
entre mis brazos abiertos
que ya se han cansado
de tanto esperarte.

Hambre sin hambre

¿Cómo se puede ser alguien? Cuando no se es nadie.

Sólo es posible en la corrobla de los aspavientos.

En la plaza llena, en el remolino de fusca.

Fuerza de mínimos que se apelotonan.

Fuerza de nimios que en el exabrupto, el ruido de la pandereta y el gorigori, medran y desentonan.

Famélica familiaridad de acémilas, de tarascas y manatíes, de repugnantes bichos que ante el atrayente edor del frite se apelotonan.

Somos lo que dan de si nuestros codigos, somos la siniestralidad de nuestros toscos modales.

Hambre sin hambre que tocino hambrea.

Vivos que viven para comer, vivos que comen por comer y no comen lo justo para vivir.

La belleza eterna

La belleza eterna siempre reside en el corazón. Es la magia de las arrugas de la risa, de los plieges que sonríen, de la vejez de los que siempre miran al frente poniendo su mejor cara. Ojos alegres ante el infortunio, ante las crueles sorpresas que nos regala la vida. Bellos corazones que afrontan la finita existencia terrena sin ser lastimeros, sin ser una carga, escondiendo el dolor en las arrugas del arador tiempo. Escondiendo y sonriendo viven los Ángeles de bellísimo corazón de libérrima Paloma de la paz.

Vibrante

Vibrante

Me vibra la mirada y me vibran los labios
y así en ese multiplicarme,
poder atender el ansia que siento por tu placer.
Te miro despacio, para disfrutarte sin prisa,
disfrutarte sin verbos,
para disfrutar sin verbalizar el supino deleite,
para multiplicar tu visión
y con el espacio pleno de ti
ahogarme en la visión que nubla mi mente,
que nubla y pone norte a la pasión que siento por el color,
por los estanques cenagosos donde me pierdo.
Amor vibrante,
amor que me hace vibrar
y que  me derrite en la dulce paleta cromática de la desazón.

Fiereza lapidadora

Rostros violentados por los colores de la furia.
Por la fiereza lapidadora del carmín violento.
Azules iridiscentes de pasional luna llena.
Uñas férreas de sangre de rubí.
Somos calentura, calor que oxida purezas.
Pureza que se esfuma ante la torridez del sudor.

La violenta AGRESIVIDAD

El odio siembra violencia, 

siembra en el indecente la agresividad del frustrado, 

de quien cree que las metas las puede lograr con cualquier arma, 

con la más zafia de las armas, la agresión.

No debería tener rédito el terror, el atemorizar, 

el atenazar la corriente de opinión discrepante, 

amordazar al ser pensante que elige pensar diferente, 

que decide tener pensamientos libres.

Conocer empodera

No se es libre oyendo amenazas.
No se es libre si permites que el enlodado te atenace.
No se es libre sin información.
El saber da poder.
Conocer empodera.
Somos las batallas que abordamos.
Somos las causas pérdidas en las que creemos.
Pido fuerza al cielo y el cielo me da fuerza.
Nada persigo, nada que enlode mi alta meta.
Busco cerrar sanando.
No cerrar en falso.
Busco extirpar el cancer, la lacra.
A los que no creéis en mi os digo, yo si creo en vosotros.
Creo que estáis infectados de maldad, pero no sois malos.
Busco y encuentro, encuentro y construyo.
Con verdad, sin robar sudor.
Sin ser cáncer, siendo sólo luz diseccionadora.
Luz que aparta hojarasca de las cuentas y libera de cuentos el libro de los balances.
Me temen, porque la verdad nos hace libres, pero a ellos la verdad les condena.

Sin practicar

"Para ser una gran señora hay que dominar el arte de las grandes zorras, dominarlo sin practicarlo, porque si se práctica se deja de ser señora."
Irsia Carolain Sprimbol