La meteorización del recuerdo

"Que es la memoria sino cajones repletos de caramelizados conflictos, repletos de intencionados olvidos y ficticios buenos momentos, mentiras piadosas para soportar el invierno. Sarcofagos de oropel donde se pudren los Reyes."
Irsia Carolain Sprimbol

Crudo

Nuestro intestino no digiere bien la crudeza. 
La cruda realidad no dura dos inviernos.
No existe belleza si no la sales a cocinar.
Irsia Carolain Sprimbol

Vuelan los cuchillos

En las llanuras heladas, con demasiada frecuencia, respirar nos hiere el pecho.
Ahogos de raso, de inmensa planicie sin ingenio.
Con el rictus de la derrota, cerca la manada de los ruines, al que despunta.
Vuelan los cuchillos, que siegan las cabezas que sobresalen, del lecho de Procusto.
El hielo del desprecio, impide que florezca la inteligencia.
Turbios son los espasmos de la torpeza, del miedo al que es diferente.
Animales vulnerables que en jauría arremeten violentos.
Cristales rotos que muestran el pavor, que sienten las alimañas a la transparencia.

El cordel

Quien soy yo para recriminar en ti tormentos,
cuando son los mismos pesares que aquejan mis sueños.
Tendidos en el cordel se mojan los gorriones,
se empapan los corazones de los que yo abandone.
Callejuelas sin sentido que traen a nuestra puerta,
la misma moneda con la que se pago.

Y llegó la tormenta

Y llegó la tormenta con su mano helada.
Y llegó la tormenta con su frío de piedra.
Y batallaron con ella las flores.
Y quedaron heridos sus pétalos.
Y la tierra parda se pobló de deshojada belleza.

El borbotón del desgarro

Brotan salvajes las palabras de dolor.
Brotan cortantes los borbotones del desgarro.
Laberinto de cactáceas que laceran en la desorientación mi piel.
Sólo con orden se abandonan los destierros.
Los márgenes malditos de las condenas de los señaladores.
Furcias aficionadas al dedo índice, que olvidan que también hay un dedo llamado corazón.

Tibio es el rincón

Tibia es la mano cruel.
Tibio es el rincón donde, para darte el zarpazo, te espera.
Silencio tras la algarabía de periquitos disléxicos.
Silencio que hace mudos a los testigos de piedra.

El rojo desangra

Lento es el color salvaje, el acerado filo que en rojo desangra.
Todo se escapa lamiendo, rozando de seda los escarpados márgenes.
Herir es tan fácil, tan gratuito, tan miserable.
Santos que se encaraman a la peana del asesinado.
Próceres que dejan de existir en el instante en el que defenestran a Dios.
Pizarrosos cantos rodados que hacen estéril el aluvión.

Huele a muerte

Se rompe el pecho.
Cuando sientes que huele a muerte la respiración del que amas.
Cuando sientes que sus frágiles uñas arañan otros reinos.
Cuando su mirada pesa y mira al infierno.
En el vagón de la tragedia, con el traqueteo del infortunio.

Balidos

"Mis poemas son fruto del bombardeo del mundo, no de los balidos de las cabras incultas y orondas que pueblan este corral." 
Irsia Carolain Sprimbol

La casquería

Me desmadejan las culinarias calidades de la tarasca.
Su insano vicio por la casquería.
Corazones que se cocinan cuando aun laten.
Cuando aún bombean la sangre azul.
Reguero de tinta que narra delitos.
Delitos sin clase de tarascón.

El pertinaz bucle de la miseria

El bucle de la miseria es pertinaz.
Es fácil caer en él.
Y muy difícil desembarazarse de él.
Años para lograr.
Segundos para perder.

Nudos en la garganta

Que poco temperamento tiene la tibieza.
Se coloca de perfil el que no quiere en ningún bando proyectar sombra.
Es la flexibilidad de la conveniencia.
Faenando entre las dos orillas podemos ahogarnos en el río.
Cuesta respirar rodeado por los dos círculos, el de los agresores y el de los silentes.
No desfila marcial el violento, si se hace ruido en el margen.
Ruido que impida que suene su marcha.
Autores y silencio cómplice.
Nudos en la garganta que por la paz hay que desanudar.

Caligrafía de fuego

Su alma se fue desvaneciendo en la escorrentía del desprecio.
Su delicada caligrafía se fue oxidando.
No hay misterios tras la tragedia, se puede seguir su rastro y remontar el cauce.
El la autopsia del delito.
Aguas arriba están las manos que estrangulan.
Desprecios a la fuente preclara.
¿Que os molestaba de su luz?
¿Lo hicisteis porque os hacía sombra?
Delicada caligrafía de fuego que retrata la zahinidad del gris infierno.
Invierno de sol violento que desvela con su cruel claridad, los rostros de los asesinos llenitos de cacarañas.

Apostoles

"La relatividad no necesita apóstoles, son necesario apóstoles para la rotundidad, para la firmeza, para sentar principios, goznes en torno a los que gire sin chirrían una sociedad que se descuajeringa, que hace aguas en el mar de los ausentes valores, donde la justicia es de bando, donde toda tropiela liberticida se puede justificar."
Yoransel de Omatog