miércoles, 27 de mayo de 2020
Me lastima
Me lastima el alba.
Con su luz rasante,
que despierta cóleras.
Y pierdo el pardo,
coraza de las sombras.
Me lastima la claridad.
Que hace aflorar.
mil cacarañas.
Me lastima el sol.
Y sus blancos níveos.
Referencia atroz,
de mis noches negras.
lunes, 25 de mayo de 2020
Pedernal furioso
Mi corazón, pederna furioso,
de insolente brio se desboca.
Y como soberbia roca,
que indómita se encabrita,
Hiere y destroza mi carcelero pecho.
En el aire flota mi esclavitud,
el tirano aroma de tu pelo.
El rayo de azul cenagoso.
Tu verbo, tormento de mi aliento.
A salvo me creía yo, a mis años,
de esta pueril contienda.
Mas sitiado está mi castillo roqueño,
y herida de muerte mi hacienda.
Vago con desesperación añosa,
la senda, que me negué en los años de brío.
Padezco en mis carnes achacosas,
el infantil anhelo, de que serás mío.
domingo, 24 de mayo de 2020
Vibra el verbo
Vibra el verbo airado,
en el aire calmo.
Vibra y solivianta al manso.
Palabras atesoradas en la cárcel de papel.
Y liberadas por la voz nítida
que las lanza a la batalla,
sobre el brioso corcel
del torrente broncíneo
del terciopelo de unas cuerdas
que vibran airadas.
No reprimas la embestida,
ábrete y disfruta de la voz sublime.
De la rima alambicada,
de la miel y la hiel.
jueves, 21 de mayo de 2020
La codiciada tersura
Cuando los efímeros talentos,
nos catapultan a la estelaridad del Olimpo,
olvidamos que son mudables,
caducas destrezas,
que una vez perdidas nos forzaran a rodar,
por la empinada pendiente de la elitista cima,
que nosotros de modo veloz,
por la codiciada tersura,
conseguimos disfrutar un precario tiempo.
Perdido el brío,
Zeus, sustituye la corte,
por una nueva y fresca hornada.
Ídolos de tierno barro, que mancilla el manoseo.
domingo, 17 de mayo de 2020
El sol de la zorra
Me invade la desidia de los días iguales.
Seriado aburrimiento sin horizonte.
Esperando el sol de la zorra.
Que nos abran la puerta de esta cárcel.
martes, 12 de mayo de 2020
El dulzor
Las partidas sentencian olvidos.
Se descorre el telón de la ruina.
Y el dulzor comienza a empalagar recuerdos.
Es así como las manecillas del tiempo.
Tejen la cárcel de los edulcorados y purgados recuerdos.
Y con la galana y nacarada coraza, encaramos el futuro.
Cristo, habita entre tinieblas, en las tinieblas de mi pecho.
sábado, 9 de mayo de 2020
Tito Áurico y el fuego
El fuego purificador convirtió sus problemas en humo. Se esfumó su malestar y sólo quedó de la hacienda un montón de ladrillos humeantes, y cálidos y reconfortantes rescoldos. Tito Áurico, no supo, ni quiso enfrentar aquel problema de otro modo. Porque la libertad con demasiada frecuencia, tiene un altísimo precio, y ese era, calcinar todos y cada uno de sus irresolubles lastres.
Desde muy pequeño sintió una atracción irrefrenable por el fuego, azuzada por su madre y su manía por quemarlo todo, por borrar en la pira, todo lo que le incomodaba u ofendía. Desde muy pequeño Aurea, le enseño a bloquear lo malo, lo negativo, la catástrofe, escribiendo en un papel sus pesares y tras doblarlo con mimo, arrojarlo al fuego y contemplar como convertido en humo y pavesas, el problema había desaparecido. Tito, nunca se llevó bien con su padre que jamás vio con buenos ojos la influencia de Aurea y toda su superchería, en su primogénito, en el único vástago que le dió aquella excéntrica mujer.
Justino Áurico Vastomonte Velasco, nunca se sintió cómodo en aquella familia, su madre tampoco se ahormo bien a la severa insustancialidad de los hacendados Vastomonte. La polvorienta maraña de recato y comedimiento de aquella casta, a Aurea, siempre le dió muchísima pereza.
viernes, 8 de mayo de 2020
Bel canto
Que atractivas son las vacuas promesas.
Son plomo en las alas del infante.
Reniego del servil, porque su dueño es el vil metal.
No me turba el desprecio, ni me aleja del preciado norte.
El manatí y su bel canto, nunca me impedirán ver el escollo.
Gélido iceberg de impotencia
Los precipicios generan sombras.
A sus pies crece la hierba.
Flores estercoladas con las flaquezas.
La debilidad, es un motor potente.
La calamidad arrasa.
Y el viento levanta las pavesas.
E inclemente, nubla el horizonte.
No es valentía, es desesperanza.
Es gélido iceberg de impotencia.
Témpano de hielo que agita el alma.
jueves, 7 de mayo de 2020
Nunca te diluyas
Menos con frecuencia es más.
La fuerza no necesita dispersarse.
El violento color debe ser domado y debe manchar lo justo, sólo así se logra la distinción y la clase.
Del mismo barro, pero tan diferentes.
Sutilezas que confieren altanero estatus.
Nunca te confundas.
Nunca te diluyas.
La fuerza no necesita dispersarse.
El violento color debe ser domado y debe manchar lo justo, sólo así se logra la distinción y la clase.
Del mismo barro, pero tan diferentes.
Sutilezas que confieren altanero estatus.
Nunca te confundas.
Nunca te diluyas.
miércoles, 6 de mayo de 2020
El nuevo orden
Retorcer la moral, es el primer paso para implantar un nuevo orden, es necesario que dejemos de ver como hasta ahora lo haciamos, tenemos que cambiar la percepción de nuestros nuevos actos y del mundo. Los amorales tiempos, llegan siempre de la mano de la degradación de los grandes principios, ejes vertebradores de nuestra sociedad.
La guionización es tan ingente, que hasta el aire etéreo, se somete a los dictados de la amoralidad imperante.
En esta partida, en la que queda muy claro que el suplantador va a hacer trampas, hay que neutralizar al libre pensador, al que es consciente de toda esta subversión y se enfrenta a ella y la retrata.
De la amoralidad no nace la democracia, porque la amoralidad no es un codigo de valores, sino la vulneración sistemática de cualquier valor.
Tampoco la amoralidad es el caos, porque en el caos no habría ninguna prevalencia, ni plan previo, y en este régimen tiránico, hay desde el primer movimiento de ficha, desde la apertura del juego, un diabólico plan, para utilizar el sistema, para acorralar e inmovilizar al disidente, como un ánimo espurio, de vulnerar este mismo sistema en su único y exclusivo provecho.
Los enemigos de la razón son muchos, pero socavados los principios de la razón y aglutinada la masa ingente de borregos, en el odio al ficticio y recurrente enemigo común y exterior al aprisco de los mansos y buenos que obedecen al nuevo orden, es ya muy fácil rendirlo todo y hacer ver como el patíbulo es el precio justo, que deben pagar los que osan opinar con criterios propios, sobre la maldita partida que va ganando el orden ficticio e impostor, con tramposas tretas.
Pieza clave en esta apologética batalla, son los voceros, los apesebrados difusores de las prédicas y bondades del orden nuevo, que desde sus televisivos alminares, inyectan soflamas abyectas y de parte, en las mentes de tierna manteca de los que confinados delante de la caja tonta, sólo estiman la telerrealidad oficial.
Esto, ya acontece, y ni que decir tiene que son pocos lo que detectan esta inmersión, esta confabulación, esta troupe de enharinados lobos, que nos encierran, en el aprisco del confinamiento, para impedirnos pensar y opinar.
lunes, 4 de mayo de 2020
Malditamente deliciosa
Malditamente deliciosa.
Es la rendija por donde se cuela la luz.
Es la necesidad que ya ni siento.
Vivimos en los recuerdos y sin recuerdos nos diluimos.
Es altanera la proeza de atesorar.
Marcos de plata para los soberbios instantes.
Lo que no suma, divide.
Lo que divide, resta.
sábado, 2 de mayo de 2020
Iluminé mi ciudad en la noche
Iluminé mi ciudad en la noche, para que el que me odie la bombardee.
Abrí sus puertas, para que mi enemigo no necesite entrar a caballo.
Y aún tierra calcinada, le sigo tiznando,
Como polvo glorioso, entro en sus pulmones y le mino desde dentro.
No se puede borrar la proeza, y quien lo hace, es un vulgar Eróstrato.
viernes, 1 de mayo de 2020
Me modela la mano que me acaricia
Ya no sé quien soy.
Soy el impacto de los que me perciben.
Son la percepción de los elegidos,
ante los que con sumo placer me allano.
Soy las guerras que pierdo.
Soy el mestizaje con mis iguales.
Soy la caricia de sus manos,
en el barro tierno de mi intelecto.
Soy su impacto, su surco, su labriego amor.
Soy quien me quiere.
Soy las lágrimas de los que conmigo se duelen.
Soy duelo y luto.
Soy el impacto de los que me perciben.
Son la percepción de los elegidos,
ante los que con sumo placer me allano.
Soy las guerras que pierdo.
Soy el mestizaje con mis iguales.
Soy la caricia de sus manos,
en el barro tierno de mi intelecto.
Soy su impacto, su surco, su labriego amor.
Soy quien me quiere.
Soy las lágrimas de los que conmigo se duelen.
Soy duelo y luto.
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