De pringosa manteca es tu amor, ese cacareo cansino y pedigüeño, que exige palabras preñadas de vacuidad, palabras que distraigan del vulgar norte, niebla para ocultar la ramplona debilidad de tu confianza. El sexo no es amor, quien ama de verdad no exige permanentemente sexo. El amor no es deseo, y menos aún obsesionarse con ser deseado.
lunes, 31 de enero de 2022
No es ser deseado
De pringosa manteca es tu amor, ese cacareo cansino y pedigüeño, que exige palabras preñadas de vacuidad, palabras que distraigan del vulgar norte, niebla para ocultar la ramplona debilidad de tu confianza. El sexo no es amor, quien ama de verdad no exige permanentemente sexo. El amor no es deseo, y menos aún obsesionarse con ser deseado.
La última misa
que cabalgaba en tu pecho.
Nos diluimos en los párrafos
que nunca nos atrevimos a narrar.
Nos hacemos invisibles
cuando nos acartona el tiempo.
Nos volvemos huraños
tras los trágicos zarpazos.
Es el sino de un corazón
que bombea arena,
arena que se escapa
de entre las manos.
Manos resecos sarmientos,
que ayer fueron parra fecunda.
Nos hacemos pobres
y nos volvemos invisibles.
El labriego mercar nos borra
porque ya no construimos proezas.
Pobres olvidados,
viejos arrinconados,
que esperan la última misa
con la que los despedirán.
Instantáneas
descansan las instantáneas,
de tu perdida gloria,
en el fondo de un cajón.
La vida,
nos entierra muchas veces,
pero la ultima es la peor.
Se borra nuestro nombre,
se olvida nuestra imagen,
y arde nuestra perdida juventud
en la pira que consume toda vanidad.
Humo, sólo hay humo,
tras las vidas lineales,
sin proezas.
Sólo los perros fieles
se hunde
en el olvido.
Cuando uno,
pierde el presente.
Y pierde los vínculos
con los afectos.
Cuando uno,
ya no reconoce,
ni distingue,
la mano amiga,
de la zarpa.
Y ya,
no somos conscientes
ni de nuestra
insignificancia.
Sólo los perros fieles,
soportan ese desdén,
ese cruel olvido,
ese inintencionado desprecio,
que es ahogarse
y fenecer
en el miasma
que es no saber
ni quienes
éramos,
somos,
hemos sido.
Nada
y me desestimas,
en este juego ridículo
que es querer
para después
aborrecer.
Nada necesito,
porque de este mundo,
en mi partida,
no me llevaré nada.
No es amar
demandar amor.
No es amar forzar
que esa palabra
brote de los labios
del amado.
No es amor
necesitar.
No es amor
poseer,
avasallar,
calcinar,
someter,
subyugar.
En las diferencias
está la libertad.
Ámame
con mis contornos,
dentro de mis limites,
con mis aristas,
con el dolor
de mis cicatrices.
Encerrar en una cárcel
al amado,
no es amar.
domingo, 30 de enero de 2022
Llega tarde
El tesón merma la frescura, opaca el brillo y el brío que nos embarga cuando se corona la cima a la primera vez.
La puerta que se abre con excesiva demora, no es que no sea gloriosa su rendición, es que se llega a ella, rendido y tras traspasarla no se siente amor, se siente furia y unas ganas infinitas de saquear y tomar por la fuerza, todo aquello que tras mil vilezas, por fin, se rindió.
Se muere al amar
y me hiere la saeta.
Se derrite el ingenio
en la fiebre de mis noches,
sabores que se atropellan
en las travesuras de la luna.
No hay faro
que me salve
de los escollos,
de los meandros,
donde el calor
nubla las exigencias
y derriba el aprisco
que impedía
que los chacales dispersen
la loca ambición
que persigue proezas.
El arrepentimiento
es un infierno,
que llega con el alba.
Calcino palabras
buscando la paz.
Caliento mis manos
abrazando el brebaje
que me hará olvidad
que se muere al amar.
miércoles, 26 de enero de 2022
Tropieza la nieve
con la sombra.
La ira se desmorona
en la arena
de la playa.
Puedo entrever
las fisuras
que desbaratan
tu templanza.
Yo sólo quiero
descansar
en la torridez
de tu cárcel,
en el amanecer
de tu desprecio,
en el amor
que sé
que no sientes.
Se retira el mar
y afloran
los escoyos,
los sargazos.
Tropieza la nieve
con la ruda bota
de la abrupta
crueldad.
La virginidad
es una estancia
que el primero
en entrar
avasalla.
Te quiero
y con tu maldito querer
abrazo una fiera piedra
que me hunde
en este helado y profundo
mar que es desear.
Te quiero,
y me desordeno y lio
en la cinta roja del desvelo,
de la falta de sueños
que me hace
zaherirme y pecar.
Te quiero,
en este angosto callejón
donde ladran mil perros
que me impiden
la claridad.
Te quiero,
y en este maldito mar
que no me permite respirar,
me desespero
por volverte a gozar.
Te quiero,
y no lo puedo
soportar.
sábado, 22 de enero de 2022
No estoy mejor solo
es desfallecer
en estas mañanas
de niebla,
donde la frialdad
hiere mis yemas,
que te buscan
palmo a palmo,
en la yerma
ausencia.
Agua salada
que brota
de mi desolación,
fiebre que tú
no calmas,
soledad,
traición.
No estoy
mejor solo.
No, nunca aprenderé
a estar solo.
Solo,
sin ti.
Sé lo que quiero,
pero no sin ti.
viernes, 21 de enero de 2022
La maldad germina en el pedregal que abona la tara
tus tobillos que no se rozan.
Te delatan tus rodillas,
que se juntan y rozan.
Taras arraigadas cuando eras virgen,
cuando nadie atendía tus urgencias.
Te delata tu farfulla, tu verbo pobre.
Te delata tu boca de ansia puta.
Todo lo que natura te negó,
te retrata y delata.
Las reglas
finas líneas
que contienen
el brío
de mi sangre,
caudal carmesí
que tu roce
desboca.
Me hiere
la lanza
de tu verbo
y no sangro,
la dolorosa
hemorragia
contengo.
Armado
con la inculcada
norma,
que me impide
mostrar
en publico
mis fisuras.
Mostrar
las heridas
de tu desdén,
el desprecio
de tu mirada,
que me castiga
por el mero
capricho
de probar
mi fidelidad,
mi esclavo
vasallaje.
Y mi
contención
insolente,
impasiva,
te altera.
Y la derrota
de tu hiel,
acentúa
tu aguijoneo,
que busca
mi sangre.
Pero el ejercito
de mis normas
recorre
sin descanso
mis adarves
y frena
toda fisura,
toda debilidad,
toda visible
derrota.
Y tú,
sin mi sangre
mueres.
Porque
en tus reglas
no hay victoria
sin heridas,
que mortalmente
sangren.
jueves, 20 de enero de 2022
Ser para ti
herido por las mismas zarpas.
Quiero que el infortunio
escribas sobre mi piel
los mismos malditos reglones
que a ti te atormentan.
Quiero que la mala vida
are mis carnes
y siembre
en tus surcos,
en mis surcos
la semilla de la desdicha
que nos hace colisionar
en las noches de las Parcas.
Quiero porque te quiero.
Sufro porque tu sufres,
y fundirme contigo, conmigo
tanto anhelo,
que me replico
para en el onanismo
colmar aun en tu ausencia
mi fatal desvelo.
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