Se tambalea mi firmeza
en este mar de urgencias,
en este imperioso
no poder dejar para mañana,
ese mañana que aún no existe
y que sólo es
quemazón e inseguridad.
Ojos terrosos y almizcle verde,
el deseo es caprichoso
y desdibuja fronteras y orientes.
Arde el ahora,
arden las horas
e inflaman la vela
de la nao que va sin norte,
de la nao que busca encallar
en los arrecifes de fuego
de tus costas.
Se tambalea mi firmeza
en este mar de urgencias,
en este imperioso
no poder dejar para mañana,
ese mañana que aún no existe
y que sólo es
quemazón e inseguridad.
Ojos de acero
y almizcle que es veneno,
el deseo es caprichoso
y recrea jardines en los eriales,
en las escombreras.
Arde el ahora,
arden las horas
y el pudridero de los Reyes,
atestado de errores
y de coronas de hojalata,
me recuerda
que la quemazón
no acierta.
La nao que va sin norte,
la nao que busca encallar
en los arrecifes de fuego,
en el cortante coral