jueves, 30 de mayo de 2024
lunes, 22 de abril de 2024
Reverendísimo Señor Obispo
No hay nada peor que encastillarse, encerrarse en los cuarteles de la pompa y el botado, oler a perfume caro y lucir la ridícula mueca de una solterona; así lo dice y critica el Papa Francisco, curia ebria de vanagloria que sólo sabe hablar de repostería, mantelitos bordados por las primorosas manos de las monjas y apedrear a los decentes con las taras y vicios propios, con las calenturas nocturnas que les sobresaltan y que aplacan yendo a la despensa en mitad de la noche a comer magdalenas.
El Reverendísimo Señor, Pietro Neto y Brillante de Porro, era la relamida estampa de todo lo criticado por el Santo Padre, una cincuentona con papada, de cutis tirante y mueca espantada, con el aire bobalicon de una añosa despelleja corderos que cree que el alba blanca tapa todas sus inmundicias. Que alejada de la fe estaba él y toda la corte de su satrapía, reino de antojos y de tardes de calceta.
Don Pietro, dejaba pasar los días escuchando con orejas de asno y sentado en su catedra, a los celos y a las envidia, consejeras típicas en los salones de la preeminencia. No llega lejos quien más trabaja, sino quien más difama y más se arrastra.
Dios a ninguno de estos necios le dio potestad para condenar, si se la dio para perdonar y acoger, para abrir las puertas del templo a todos aquellos que buscaban curarse, paro todos aquellos que reconocían sus faltas y decidían enmendarlas. La iglesia ya no es casa que sigue las normas de Dios, sino lupanar lleno de normas de hombres, normas discriminatorias que crean zonación, que crean una extraña jerarquía de hipócritas, de sepulcros blanqueados de bordadas casullas.
Don Pietro en sus largas noches no podía evitar tener el pensamiento donde tengo ahora la mano yo, tener el pensamiento en mi mano que se desliza sobre mi miembro buscando el placer, placer negado que la solterona compensaba engullendo magdalenas. Uvas maduras y suculentas que denostaba, al no poder alcanzarlas, drama de patética y sebosa zorra. Tras el atracón llegaba el sueño, pero no el descanso, porque la obsesión volvía a arar lo ya arado, volvía a anidar en su cabecita, pero ahora de modo más claro y vívido, ese es el poder del pecaminoso anhelo, martirizar sin tregua.
Yo jamás complací su lujuria, por eso su inquina, por eso él, recibía en las sala del palacio episcopal de modo recurrente a los celos y a la envidia, por eso sus orejas de asno escuchaban enjoyadas calumnias, historias sin pruebas que buscaban mi ruina y desprestigio, por eso siempre desee que cuando en la consagración alzaba el cuerpo de Jesús, la hostia le ardiera en las manos y derritiera su careta de blanca cera y surgiera su rostro de hipócrita y acicalada vieja.
domingo, 18 de febrero de 2024
sábado, 17 de febrero de 2024
Se tambalea mí firmeza
jueves, 15 de febrero de 2024
Rodar y rebozarse con lo más básico
Ruedo por las barras escuchando perogrulladas, razonamientos deshivanados. Palabras someras de gente muy básica. Que sencillo es el mundo para el que tiene pocas luces, para el que es feliz de un modo tan básico.
miércoles, 24 de enero de 2024
Entre espinas
sábado, 20 de enero de 2024
Así me lamento
Draeb Rab
El desorden de nuestras vidas
" Nuestra vida no se desordena, la desordenamos nosotros. Babel de sentimientos encontrados, que hablan distintas lenguas."
martes, 9 de enero de 2024
Nostalgia
lunes, 8 de enero de 2024
La Victoria está llena de rincones
domingo, 7 de enero de 2024
La decepción
"La decepción es una plúmbea losa que cae sobre la farsa aplastándola y borrándola del bello paraíso de los afectos. No se puede querer a quien te ha mentido tanto."
Irsia Carolain Sprimbol
viernes, 5 de enero de 2024
Brillos de vinazo
Que embriagador es el brillo de la pacotilla, es el vinazo con el que se calienta el populacho. No hay nada regio en el mal gusto, extendido mal que asola el mundo raso.
lunes, 1 de enero de 2024
La evidencia
domingo, 31 de diciembre de 2023
Feliz Año Nuevo 2024
Suelen las palabras caer en saco roto, caer en un pedregal, caer en el olvido. Por eso las fijamos sobre tablillas, escritas y colocadas en vía publica, en los cruces de caminos, en los acantilados del peligro, esos que desde su averno nos gritaban, SALTA.