miércoles, 31 de julio de 2013

Bulto redondo, bulto de tocino

¿Quien os creéis que sois.?
Os alimentáis de las migajas.
Brilláis gracias al brillo conferido por otros.
Vais donde otros van.
Portáis pasos, venerarais, y en ningún momento os veneran, ni os portan.
Sois bulto, bulto muy redondo, bulto de tocino.
Por eso os digo, ¿Que os creéis.?
Nada sois y siendo nada os iréis.
Uno nunca tiene la floración de la planta que no es.
Uno nunca da el fruto del frutal que no es.
Construcciones de barro toxico.
Laberinto de cantos cortantes, hirientes, ensangrentados.
No soy vuestra primera victima, ni seré la última.
Pero si será la última vez que brilléis con mi luz............

Urdimbre de besos, jardín de caricias

Me acaricia el oleaje de los besos de mi amante.
Me mece y cimbre la fuerza de su deseo.
Arremete y derrumba con su furia incontenible la muralla, parapeto de de mi ciudadela.
Preso estoy en la urdimbre de besos.
Preso estoy en el jardín de caricias.
Abonare las nuevas flores, alegría de mis nuevos días.
Me acicalaré para la tormenta y me predispondré al martirio de que mi corazón lo atraviese un rayo.
Por un rayo de amor vencido.
Por un rayo de amor liado.
Soy ya ciudadela rendida, entregada, cautiva.
Brota de mi costando dulcísima sangre para alimentar a mi victorioso amado.

Seres pardos, zafios bichos

Seres pardos que envidiáis el exquisito fulgor de las mariposas.
Libraos de ese lastre o nunca volareis.
Sois zafios bichos pero imagino que si existís es porque tenéis vuestro hueco en la cadena trófica.
Es un castigo vuestra presencia.
Es un castigo vuestra ponzoñosa nuciencia.
Más aguantaros es purgar en vida los pequeños traspiés que pudiera dar una elegante mariposa.
Mariposas que voláis al cielo rogad a Dios por los zafios.

martes, 30 de julio de 2013

Colipoterras sin floración

Colipoterras que nunca, nunca tuvisteis floración.
No os atormentéis espero que más temprano que tarde estercoléis las flores del mal del campo santo.
No existe la infelicidad eterna, pero uno decide eternamente ser infeliz.
Codiciáis alhajas que nunca os ornaran.
Envidiáis todo aquello de lo que natura os privo.
Cuando eternamente os durmáis estiércol seréis, y con vuestro óbito el mundo descansará, el fin del tormento del mundo naufragará en el mar del derretido tocino. 
Y sin brontosaurias el mundo volverá a ser feliz........

Lamer para desplomar

No es nada fácil batallar.
Pero con tesón divide y vencerás.
Ardua tarea la de lamer la basa de la torre para propiciar su desplome.
Las erosivas palabras son mi arma.
Son lentas, pero son persistentes y como eco resuenan machaconas en el valle.
Si algo quieres, en la precisa nave te embarcas.
La paciencia todo lo alcanza.
Y quien a Dios reza, termina por inclinar a su favor la desequilibrada balanza.
Estoy con Dios y nada, de nada me falta.....................

¿Con que soñarán los zafios.?

¿Como serán los sueños de los zafios.?
¿Con que soñarán las pajarucas y los mostrencos.?
Si pudiera saberlo entendería sus metas.
Sabría de sus anhelos.
¿Soñarán con frites.?
¿Soñarán con chorizos y tazones de uvas pasas.?
Ser o no ser ese es el dilema.
Dime con que sueñas y te diré lo que eres.
Dime con que no sueñas y te diré quien no eres.
Si en este mundo hay zonación, en el mundo de los sueños también.
Que no te traicione el mundo onírico.
Que no te traicione la vigilia.
Y que tengas muy felices sueños.................
Despiertos o dormidos los zafios son igual de zafios.

Duras e indelebles palabras

El afilado filo del verbo.
El desfiladero del certero tajo.
Borbotón de palabras.
Bruscas.
Abruptas.
Sin aparente control.
Me desangro en el léxico de la tortura.
En el jerarquizar desahogos que brotan cortantes.
En en enquistar traumantes experiencias.
Capsulas doradas de rimas hirientes.
Acuífero de dolor.
Noria que alivia la fuerza de tanta escorrentía tras los diques de la educación.
Quisiera ser alimaña, para luchar en el mismo campo, con las mismas armas.
Pero solo soy palabras.
Palabras de agonía.
Palabras de gloria.
Duras e indelebles palabras.

lunes, 29 de julio de 2013

Envidiosas patológicas de star

Peldaños de miseria. 
De rencores.
Ascenso a la codiciada planicie.
Peldaños para tropezar.
Asesinas de plantas.
Asesinas de gatos.
Envidiosas patológicas de star.
Nada tenéis y con nada al otro mundo os iréis.
Marcará el fiel del último instante todo vuestra iniquidad y maldad.
Me consuelo en la justicia divina ya que la humana no me va a consolar.

Manteca rancia y hedionda

¿Que os frena.?
Sin ética, sin valores, sin moral.
Con tan poca estética, con tan poco decoro.
No hay desmán, no hay robo, no hay crimen que no podáis perpetrar.
Sacos de tocino, buches de mierda de saltones ojos.
Reinas de la zafiedad.
Pendones verbeneros que coméis en la última hora, en la beodedad de vuestras presas.
Que majo podría digerir joder con vosotras sobrio.
Fulanas de manteca rancia y hedionda.
Fistulas anales, almorranas, chancros, eso sois vergonzosa y vergonzante calaña.
Pudridoras de belleza.

Empalizada de mentiras

Quiero rendir en la incredulidad.
Quiero dar frutos en el páramo seco de la desconfianza.
Cerco de cautelas.
Empalizada de mentiras.
Riego de orines ácidos.
Frió de traiciones.
Quiero continuar en pie tras tanta demoledora pedrada.
Quiero, quiero, quiero...... ¿Pero podre.?

La salvífica glicinia


Celosía de enredaderas de tardía floración.
Cerco verde para salvaguardar mi casa, mis asuntos, mis afectos y mis cuitas.
A salvo de las incendiarias, tras el cíngulo de frescura.
Tras la salvífica glicinia, tras la protectora higuera.
Ornan y flanquean mi lecho, diez canes de oxidiana y oro.
Nada me desvela, si ellos mi sueño velan.
Veo sin ser visto, la mano de la zorra.
Veo sin ser visto, al ladrón de limones.
Es impenetrable mi selva a la vacuidad.
Saldré de ni reconfortante letargo, cuando menos lo esperéis, cuando descanséis ociosos en vuestras alcobas de vicio tras el vulgar galope.

domingo, 28 de julio de 2013

Morir dando vida

Son los pequeños gestos los que cambian el mundo.
Son las pequeñas acciones las que mueven montañas.
Con un puñado de arena en cada una de nuestras manos, podríamos cambiar de sitio una montaña.
No creas nunca que estas perdido, esa es su victoria, hacernos creer que nada podemos cambiar.
Nada se hace en un día, una escalera son peldaños, sucesión de peldaños, de pasos hacia la coronación de la meta.
Metas de justicia, metas por las que merece la pena hasta morir.
Morir dando vida, una vida mejor.

Mi seguridad es su debilidad

Solo con la venganza veré aliviado mi tormento.
El diablo lleva las riendas del carro de mi fortuna.
Ya nada pinta la templanza en este dramático cuadro.
Mi seguridad, su debilidad.
Su seguridad, mi debilidad.
No vemos ya más allá.
Ruido de berrea.
Gritos de titiritera sarasa.
Enanas bufonas que no han superados los casting de la corte de Birmania.
Escaleras de rencor.
Escaleras en las que las flores fenecen ahogadas en ácido nítrico.
Como no temer el desorden de esta contienda.
Cifro mi alivio en cobrarme esta cuenta.

Ladrones de sudor

Acechan los ladrones de sudor.
Los que se encumbran pisando.
Los que jalonan su ascenso con un reguero de cadáveres.
Cúspides de muerte y usurpación.
Por el camino limpio, que poco se alcanza.
Envenenadores de ingenuos e ignorantes con ponzoñosas pócimas.
Campo de minas polvorín de soflamas.
Arengas que prometen pan, para robar pan.
Ni siquiera dais un paso al frente, allí colocáis la carne de cañón del hambriento, de el crédulo que confía en vuestra farsa salvífica.
Cuanta mentira encadenada, cuantas cadenas de mentiras.
Dignatarios sin dignidad.
Legatarios de la ilegalidad.
Escalera helicoidal de zancadillas.
Gorgojeos de rufianes y zorrones de alcobas de poder.
Toda muleta, machete o hacha vale para trepar.
Sin moral en la morgue del poder.............

sábado, 27 de julio de 2013

La estampida

Estado de catástrofe.
Lidiar con sarnosas zorras es lo que tiene.
Nunca se sale indemne.
Nunca se sale ileso.
Todo pesa.
Todo tarda.
Y la demora mina, erosiona.
Me lastima la sala de espera.
El húmedo olor de la envidia.
El salitre de la decepción.
La deflagración de los problemas.
Y al estampida de los que te prometen que te aman en el recibir.
Y te abandona en el instante que les toca dar.