miércoles, 24 de abril de 2013

Para aturdir


Hay nombres que saben a áspera y agria hiel.
Infaustos nombres.
Sin esperanza.
Enredáis en los fuegos de artificio.
En el pringoso afeite que os redibuja.
Para tiranizar.
Para atenazar.
Para parasitar.
Para secuestrar.
La voluntad de la cúspide.
La voluntad del altísimo.
Calumniáis para aturdir.
Para anestesiar.
Para envilecer.
Condenaré todos los eufemismos que edulcoran tus crímenes.

Toneles de manteca

Sin legalidad.
Sin ilegalidad.
Muy de perfil.
Cleptomanas de honor.
Nada valéis y lo que valen los demás embarráis.
Exquilmadoras de honor.
Subsidiadas sin necesitarlo.
Y protegidas por el sistema a pesar de vuestra probada nuciencia.
Toneles de manteca que al rodar envestís con todo, apisonáis todo, violetas, rosales, calas. Jacos de Belcebú.

Ilustrada ceguera.

Tengo pánico al ignorante.
Al sectariamente ilustrado.
Al sesgadamente leído.
En las lagunas surgen las más infectas pandemias.
Libreme Dios de la patada de la mula ciega.
Libreme Dios de la patada de la mula que no quiere ver.

Una rendija de luz

Si a alguien se le acaba la vida, que no sea porque ha intervenido mi mano.
Rodeado de ángeles.
Sitiado por lobos.
En las mejores manos.
En las manos de la vida eterna.
Mi casa es un ciclo de vida.
De renacidas flores.
De flores que han sido felices mientras vivían.
A todos salvo, a todos intento salvar.
Designio de mi talante.
Es mi talante que intenta mudar designios.
A lo grande como grande.
A lo importante como importante.
A nada, ni a nadie dejo sin su sitio e importancia.
Salvo la vida que se aferra a las cosas.
Salvo las cosas colmadas de vida.
Salvo la vida de los que otros como un despojo a la calle arrojan.
Mi talante es salvar.
Cuidar vida, cuidar mientras hay vida.
Por eso ruego cada noche a mi Dios, que os salve y os permita salir del pozo de vuestras insondables bajezas.
Espero que pronto mi Dios os permita ver una rendija de luz.
De la luz de vida que sale de los ángeles que habitan mi casa.

lunes, 22 de abril de 2013

Costaleras ladronas

Siento el ardor en mi pecho.
Mientras me asedia una plaga de moscas.
En primera persona sufro.
Despreciable pozo de oscuridad.
De mentiras encadenadas.
Vago encadenado a tanta proclamada mentira.
Hurtáis honor.
Hurtáis honra.
Costaleras ladronas.
Sin brillo, sin clase, sin alma.

La luz más potente

Rendido en mi pusilánime confianza.
Me retiraré a la cumbre.
Y me ampararé en mis conocimientos de la orografía.
Serán los cerros mi salvación.
En la guerra de guerrillas te rendiré.
Danzáis festejando vuestros logros torturadores.
Almas hoscas.
Furcias que con matracas recorréis el llano.
Mastuerzas majaderas.
Predicadoras de calumnias.
Domadoras de hambrientos en el secarral de la envidia.
Adriestráis la tropa ávida de venganza.
Rechinan mis dientes en las largas noches temiendo vuestro asalto.
Aunque se que no llegará.
Vuestra orondez os impide trepar.
Mi sonrisa es de acero ante el bruxismo de pánico.
Envilecéis a los ángeles que pueblan el llano.
Mas, no os temo.
Desde mi atalaya proclamaré vuestros secretos para poder sobrevivir.
Sobre el facistol de mi cumbre esta la larga lista.
Temedla por que no hay luz más potente que la luz de la verdad.

domingo, 21 de abril de 2013

A tu vera

¿Eres tu el que sabe escuchar?
Envuelto en el perfume de la derrota.
Oriente de ámbar.
Resina de preservador olvido.
Sueño injusto.
Taracea de desdichada fortuna.
Enigmática carta que arrastra el viento, convertida por la mano envidiosa en pavesas.
A tu vera.
Siempre en la proximidad tuya.
Es diferente el dolor.
Si tu mano con caricias lo aplaca.

Aguas de plata

No hay malos entendidos.
Si no intención de mal entender.
La claridad de las bellas ruinas.
Sin techumbres.
Abiertas a la luz.
Hacerse entender es encontrar la palabra adecuada.
Nada falaz.
Nada doble.
Nada doblada.
Fácil, muy fácil es la claridad.
Si así lo pretendemos.
Muy claros seremos.
Transparentes como agua de plata que corre.
Como frase limpia.
Como almas limpias.
Como almas con ley.

Esclavo apego

Donde podría refugiarme yo.
Si me faltara tu amparo.
Hace tanto frío en las ruinas.
Se desmorona el mampuesto.
Se abren las llagas de los soberbios sillares.
Donde iría yo si tu me fallaras.
Planificaré la perdida.
Nada es eterno.
Aunque hay dolores que se eternizan.
Me redimiré del esclavo apego.
Del esclavo amor.
Del lesivo depender.
Del postrante frío.
Ruinas de piedras.
Ruinas del alma.
¿Dónde podría refugiarme yo?

Temiendo a tus piedras




He caminado pisando tus piedras.
Alma del camino.
Camino del alma.
Demasiada luz al amanecer.
Para ver tanta miseria.
Son mis palabras navajas.
Es mi pensamiento un machete.
Filo de acero.
Filo de camino de pedernal.
Enfilo la cuesta de mi sin libertad.
Piedras de gloria.
Piedras que apedrean.
Piedras que pronto se incendiaran.
Coge la patulea.
Camino de golpes.
Camino de baches.
Camino de dudas.
Con dudas camino.
Demasiada luz.
Demasiado cerca.
Demasiada cuesta.
Piso tus piedras y tiemblo.
Tiemblo de miedo al sol.
A la vista de todos.
Desnudo entre piedras.
Solo es esperar.
El golpe primero.
Al osado más fiero.
Será un segundo.
Y mártir se me abrirá la gloria.
Ciudad de piedras.
Ciudad de pedradas.
Ciudad de cuestas.

Sin ley

Con doble lazada te ataré a mi.
Mientras el sonoro río.
Susurra tu nombre.
Con aguas de plata.
Verde de dudas verdes.
Verde de plata sin ley.

sábado, 20 de abril de 2013

Embalsamador

Embalsamador que conservas nuestros frágiles envases.
Y nos permites estar apegados a la más fiel de nuestras posesiones. 
Más allá de la presencia. 
En una capsula de presente ausencia.
Los que no te pisaron en vida.
Te pisaran en la ausente presencia.

Morsas pirarañas


Sueño con expertizar rarezas.
Sueño con diseccionar rarezas.
Sueño con lebrilopes.
Tengo pesadillas con morsas pirañas.
Me sobresalto en sueños con raposas brujas.
Temo en la vida real a las zafias rubias descerebradas.

Nada trivial.

Intradós de penurias.
Chaflán de mis correligionarios.
Didascálico teorema de fisuras.
Toda excedencia, corresponde a una ausencia.
Pantagruélica cena de opíparos.
Formas extremas.
Extremos tan próximos.
Te sanaré con el fémur de una virgen.
Te enfermaré con el fémur de un asesino.
Voces de espíritus que invoco para condenar o redimir.
Atraídos por lo poco común..
Atraídos por lo nada trivial.

Sin valor


Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.

Cayó el capote en la arena.
Cayó en la arena de gloria.
Tu negra montera.
Cuando el negro morlaco.
Tu esbelto cuerpo de luces.
De muerte zarandeo.

Temiendo estaba yo el valor.
Y el valor.
Con filo certero
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.

Y entre oles y mantones.
Y los gritos del graderío.
Y mil y un ¡Dios mio.!
Mi corazón se lleno de frío.

Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.

A las cinco de la tarde.
Aquella feria de abril.
Llegó a mi vida.
La pena negra.
Y el negro y pesado luto.
Y a mi reja de alegrías.
Un negro pendón de luto por ti.

Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.

El valor de vivir sin ti llegó.
Y hoy solo es mi rutina.
Con negra mantilla.
Ir al campo santo.
A llorar por ti.
A llorar por mi.

Temiendo estaba yo el valor.
Y el valor .
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.

Y hoy espero el consuelo.
De que se apiade el altísimo.
Y me lleve de aquí.
Y me lleve a ti.