viernes, 15 de noviembre de 2013

Cocineras de corazones

Abundan las vulgares cocineras de corazones de ángeles.
Con guarnición de mentiras.
Festín de arpías.
Terror de ángeles.

Saqueadoras de cajones

Buscando una atmósfera que nunca tendréis.
Saqueáis cajones.
Cajones de muertos.
Gloriar de partidas.
Rapiña de carroña.
Quien pudo confiar en que velaríais los últimos segundo.
Quien en la ceguera de la necesidad ni vio vuestra rijosidad.
Damas apostólicas, asalta panteones.
Estúpidas que rompéis con la algarada de hacer botín el momento intimo del transito.
Sois tierras baldías.
Tierras de nimiedad.
Tierras donde escondéis y no dan frutos los tesoros del hurto.

Aun pasada la llave

Con los nervios deshechos.
Con palpitaciones.
Aun pasada la llave.
Para las calumnias no hay nada más sencillo que infectar las habitaciones.

Imaginarias en los balcones

Abismos de zarzales.
De urticante maleza.
De traspiés y tropiezos.
Círculos de gallinazos y quebrantahuesos.
Esperáis caídas sin cireneo.
Ladronas de brillo.
Aun sabedoras que ese brillo no os luce.
Airadas comadres que hacen imaginaria el sus terribles balcones.


Rumiáis maldades

Bestias conúpetas de profundos papos.
Donde cae una piedra y no hace ruido.
Mucha panza.
Poca redecilla.
Poco libro.
Mucho cuajar.
Rumiáis maldades.
Devoráis flores. 

El ingenuo

El nunca daría la vida por ti.
Que ingenua es la bondad.
Y que de palos recibe.
La entrega del ingenuo no es la entrega del tonto.
Pero para el listo es igual.

Presas del frescor

Joven de cabello ensortijado.
Que estas lleno de dobleces.
Atrae tanto la juventud.
Que tu victima no las quiere ver.
Presas del frescor.
De los prados verdes.

Papel de aguas

En el papel de aguas.
Relato lluvias.
Aguas en el papel.
Finas precipitaciones.
Papel que humedecen  mis ojos.
Lluvia que me impide ver.

Sobre la verdad luz

Entra oblicuo un rayo de sol en mi estudio y rompe mi cama en dos.
Como sabe el astro lo que ocurre en mi casa.
Sobre la verdad luz.
Designios de rey.
Designios de alcoba.
Entra en mi habitación el sol y me señala lo que ya se, que esta rota mi cama.

A mi imagen y semejanza

A mi imagen y semejanza.
Porque me enamoro de hombres.
Porque me enamoro de iguales.
Porque siento que me arden las entrañas solo con un semejante.
Semejante espíritu y deseo.
En alma y valores.
Formas iguales.
Amores iguales.
Iguales en cautelas.
Iguales en temores.
Iguales en procesos.
Iguales en dolores.
Iguales en recelos.
Idénticamente iguales.
Soy un hombres apedreado por sentir amor por sus iguales.

Cataclismos buscando el amor

Pescadores de hombres.
Hombres pescados.
Islas, ciudadelas de huidos del mundo.
Del sistema arterial del afecto.
De las redes fluviales.
De las redes de pensamiento.
De las redes de palabras que aturden.
De las imágenes que a veces no valen nada.
Náufragos de una soledad multitudinaria.
Náufragos de una multitud que naufraga.
Victimas de un oleaje hostil y domestico.
De las plazas de exhibicionismo y teatro.
Abonados a las redes virtuales de queja.
Al anonimato del llanto.
A la vorágine de necesitar.
Redes de necesidad con demasía pagadas.
Somos islas y vivimos en islas, islas de desamparo.
Islas volcán que no saben si en la erupción crecerán o desaparecerán del mapa.
Cataclismos buscando el amor.

Uno asimismo se engaña

La cara quizás no sea el espejo del alma.
Pero si es un charco donde se ve el fondo de las indómitas entrañas.
Los charcos someros no mienten.
Aunque el propio charco asimismo se engaña.

Esfuerzos

Esfuerzos para no perder los estribos, la cordura, la calma.
Remonto la ira día tras día.
Recobro la calma hora tras hora.
Delicado entramado que cimento en terrenos serenos, en estanque apaciguados.
No es solo lucha, también es defensa y organizar el combate.
Es decidir partidas midiendo fuerzas.
Es hacer cordura de osadía.
Es hacer osadía de cautela.
Es cabalgar sin que te descabalguen.
Es galopar erguido ondeando mi propio estandarte.
Estandarte de saber avanzar y saber replegarse.

Vara de dar palos

Vara de azucenas.
Vara de varear.
Vara de nardos.
Vara de dar palos.
Vara de mando.
Tu eliges tu vara y con ella temido.
Desmedida es tu ira.
Desmedida es tu rabia.
En la mano asida, estrecha en la palma.
Ni vareas, ni mandas, ni tienes azucenas.
Solo a palos espantas.
Pataletas de rabia.
Palos de ira.
Palos de rastrero.
Ira de rabia.

Tengo ojos de santo

Tengo flores en las manos.
También tengo ojos de santo.
Y una palmera alta, muy alta.
Esbelta, muy esbelta.
Tengo azul, amarillo y un hijo verde.
Tengo rojo, negro y violeta.
Tengo palabras y flechas en el corazón.
Tengo alas de ángel y coronas de reina.
Tengo de todo a mi alcance en mis manos.
Por eso no tengo envidia.
Porque solo envidia quien no tiene la creatividad.