lunes, 30 de diciembre de 2013

Huye al confín del orbe

Todavía estas a tiempo huye del atávico disfrazado de culto.
Huye del progre disfrazado de pijo.
Huye del pijo disfrazado de progre.
Huye del silente que se dignifica en no articular palabras, porque nada en la cabeza tiene.
Huye del lobo vestido de cordero.
Huye del loro que las frases de su amo repite.
Huye lejos, muy lejos del impostor y de su farsa para seducir a los necios.
Huye y no pares y llegarás donde estoy yo y los que como yo han huido, a los confines del orbe, a las esquinas del mundo, donde no somos ya nadie y por eso ya no se nos persigue.
Huye de todo aquel al que tu proyectes sombra.
Huye porque la soberbia del necio no soporta la torre de ricos sillares.
Huir es el sino del que tiene talante abierto, del que confraterniza sin tener en cuenta la casta.
Huir es el sino del que no aplaude baladronadas, del que no corteja al muerto de hambre que tras robar se sacia.
Huir es el estigma del inteligente, huir del fuego, del pirómano y de las incendiarias soflamas.


Manto blanco

Naturaleza muerta bajo la helada.
Manto blanco de invierno.
No madruga el sol en estos cortos días.
Mientras el humo enneblina el aire.
Fantasmagorías de árboles crespos.

domingo, 29 de diciembre de 2013

La amenaza de volver a matar

La vergüenza de caminar con la cara tapada, con el alma tapada, con la boca tapada, con el corazón en un puño.
Leyes callejeras para silenciar, para amedrentar, para hacer normal la represión, el forzar al exilio al diferente.
El terror de la tregua, de la amenaza de volver a matar si no se les da lo que piden.
Peticiones para expulsar de su tierra al que tiene un espíritu abierto y libre.
No solo el terror es matar, si no amenazar con volver hacerlo, tregua de extorsión.

El gato y el ratón

Si se deslizara la mano deseada por mi rostro.
Si la boca deseada besara mi boca.
Desear y ser complacido es un juego de ratón y gato.
Química de las desavenencias y de las disarmonías.
Cuando quiero no me quieren.
Cuando me quieren yo no quiero.
Si por quien me muero, muriera por mi. yo seria feliz.

Ejércitos de seres primarios

Miedo da la falta de sensibilidad de los seres primarios.
Ejércitos de básicos que a ordenes básicas responden.
Los lideres fabrican pueblos, ahorman masas.
Discursos para subyugar, para rendir y malear.
Jefes corruptos de pueblos corruptos en el robo de migajas.
El que no es de fiar en lo poco, ni lo es en lo mucho, ni lo es en nada.
Si creas cómplices jamás te denunciarán.
Redes clientelares para pescar adeptos.

La doble vida

Si hicieras de tu vida algo cierto.
No serias tu el primero en aplaudir tu farsa.
Dobles vidas.
Vidas dobladas.
Pliegues de ocultación. 

Toros tibios

Clavo las rodillas en el frío granito.
Lapida de descanso eterno de un cuerpo ya sin nombre.
Las glorias del mundo caducan.
Caducan los largos nombres.
Pido que rinda el punto de inflexión de mi vida.
Que mi exagerada calma torne en bullicio interior.
Pido pisar otros muertos, los muertos de mis sueños.
Ruego con fe y con pequeñez, un poco de venganza.
Se que no tendré la calma hasta que vea cobrado el delito.
Que daño perpetran los toros sin nombre.
Toros tibios y mansos a los que terminas dándole la espalda.


En los fieles limos

En la orilla de los limos del tranquilo pantano.
Leeré la coreografía del fiel amor de los pájaros. 
Unos te eligen para partir.
Otros te eligen para cortejar.
Aguas mansas de peligros y abismos.
Guardianas de torres y espadañas. 

Palabras que ruedan

Aun tildado de soberbia.
Sé que todo lo que escribo no es bueno.
Y que todo lo bueno yo no lo he escrito.
Palabras escritas que ruedan. 
De boca en boca.
De mano en mano.

La coraza de la cautela

Son aceradas las espinas del zarzal del desamor.
Pinchazos que se infectan y tardan en curarse.
Y una vez curados uno se habitúa a la coraza de la cautela.

Hienas

Hienas que vivís amparadas por la ceguera de la casa consistorial.
Cazáis en grupo y vuestros alaridos de grupo se escuchan lejos.
En esta fin de fiesta, de la fiesta de vuestro año de crímenes.
Pido al cielo lluvia de fuego en vuestros cubiles.
Y que os roan las entrañas vuestros propios deseos de ponzoña.

Fe ciega

Porque no podré sucumbir a la fe del simple.
A la tranquilidad que da centrarse en un solo camino.
Dominar treintaicinco palabras y pensar lo justo y en lo justo.
E ignorar que existe un mundo farragoso de proyectos e ideas peregrinas.
Y no sentir que he venido a hacer algo a esta tierra mal repartida y peor dominada.
Y diluirme en la masa sin forma, maleable, incauta y veleta.
Porque no podre sucumbir a la fe ciega del simple.

Minutos de transito

El vaho empaña el cristal.
Y la luz se vela y hace polvorienta.
Con el dedo indice escribo enigmas. 
Las suaves gotitas del néctar de la mañana,
enredan en la trasparente pizarra de los sueños.
Humea el café en el mármol. 
Desgastado de amasar en él, proyectos.
Minutos de transito para dejar de soñar despierto.

Mañana clara

El amanecer dorado en los espejos.
La luz que mancha en su rebote de claridad la pared.
El incendio en los pinares con los rayos que los inundan.
Se orean al sol en las cuerdas de la ropa los madrugadores gorriones.
Bostezos de gato y ladridos de perros para despertar a las escarchadas flores.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Miedo azul

Es tu mirada glacial un iceberg, profunda, heladora y con una gran trastienda.
Es tan poco lo que desvela la superficie y tanto lo que se trama en la penumbra de tu bello y mortal azul.