domingo, 19 de enero de 2014

No tengo familia

Yo no tengo familia y critico a toda sangre que lo hace mal.
A nadie me supedito, a nadie acaricio el lomo.
A nadie me vendo y nadie me compra porque no me callo.
Callos en el alma tengo de soportar el lacerante sin sentido de esta farsa.
El silencio de muchos y el ruido para tapar miserias de otros.
Vendidos los callados, vendidos los ruidosos.
Circo elegante o circo de pueblo, ambos buscan lo mismo.
Silenciar, perpetuar, aturdir, engañar y continuar con su asalto al poder y a los suyos beneficiar.
Importa muy poco el bien común, solo  importa el bien clientelar y propio.

Loritos de provincias

Cotorras de partido, loritos de provincias, obedientes y difusores de las consignas de la casa.
Sistema de castas blindadas, que sin la promesa de sumisión no te admiten.
Gobernados por sometidos, por cobardes que buscan el amparo de la sopa boba.
¿Genera tranquilidad este estanque? Caldo de cultivo del enriquecimiento, amasado en el manejo de la información y el poder.
No duerme tranquilo el justo, siente que no se hace justicia y siente que el atajo ilegal da más rédito que el camino honrado.
Nadie levanta la voz contra este sistema dentro de la red clientelar, de puestos que se rotan, de cargos que se nombran a dedo, de plazas que se entregan por méritos de sumisión, como pago a la camaradería del silencio, al complot, a la urdimbre tejida para con el sudor del pueblo, que cree que en democracia no se roba, medrar y beneficiar solo a lo propio, a mi sangre, a los míos, a mi querido partido.

sábado, 18 de enero de 2014

La falsa caridad

El negocio de la caridad.
Pedir para otros para quedárnoslo nosotros.
Negociadores del hambre, de la guerra, del éxodo.
Se dispersa el pedigüeño en lugar de agruparse y llegar lejos.
Amigos paramilitares y turistas de la falsa caridad.
Rendidores de voluntades con la lagrima. 
Que luego con los fondos no vais a consolar.

En el salón de las palmatorias

Salones de lucimiento.
Escaleras para subyugar.
Escenarios para desarrollar la opereta.
Aciago levitar para florear entre la nata.
Círculos cerrados para las primeras filas.
Entran pocos en la falsa gloria.
Entran pocos para repartir entre pocos.

Hipocorísticos

La tendencia de algunos a los hipocorísticos.
Es distinción o familiaridad.
Todo marca, todo distingue.
A veces es como llevar el nombre de un perro.
Pero otros solo ven en ello una tilde y se ven arrastrados por esta cursi tendencia.

Ballenas para las que van llenas

El patético circo del exceso de vanidad.
Ballenas para cinchar la cintura que va llena.
Seriedad para lo que no deja de ser el más vulgar de los brillos.
Ratas entrilladas dando zafios alaridos.
Entre orines y detritos hay algunos que hacen el ridículo ellos solitos.
Sala, salita, sarna, sarnita, tontas, tontitas.
Se arrastra a San Sebastian por la sucia barra y el más sucio diván.

La hidalguía del circense solar.

Los colores del sensacionalismo.
Las siluetas en boga.
Las tendencias trazadas.
Mundo de grandes fotos.
Que el publico aleccionado en el estar, en la cresta trazada de la ola, aplaude.
Emperadores mal vestidos, furcias reconvertidas, sarasas ampulosas de aire ducal.
Torres hidalgas, títulos de saldo y baratijas del último bufón en llegar a la compañía.
Destrezas de izquierdas, hábiles en borras destrezas, pasados lavados con la lejía del progresismo. 
Los nombres de ayer con las consignas de hoy.
Renovarse o morir, para mantener vivo el clasicismo de siempre. 
Nada se es fuera de la carpa, nadie existe si no reza en la arena.
Enanas cojas, altos varones con cojera, mercadeo de convenientes uniones para por detrás afilar los pitones.
Plantel que corta bacalao, cabezas y bella y rebelde hierba, osea todo lo que despunta sin pasar por el aro de la hidalguía del circense solar.

viernes, 17 de enero de 2014

Está todo memorizado

Desbordo flores negras del repostero de mi linaje.
Es el luto el color de las glorias de mi casa.
Velos negros encadenados, encierro de rosarios.
A obscuras por los pasillos sin tropezar porque está todo memorizado.
No se llora en publico, no se ríe en publico.
Solo se es discreto en publico.

La gangrena es legal

La gangrena es legal.
La gangrena que ataca a la cabeza es legal.
La gangrena azuzada contra la cabeza es legal.
Decapitar el cuerpo es legal.
Deslegitimar en la estratagema gangrenosa a la consensuada cabeza es legal.
Riega el cuerpo el incendiario fluido de las gangrenosas soflamas, que por lo que se ve, es también legal.

El epicentro

El epicentro está en la periferia.
Criticas débiles que toleran lo intolerable.
Cambia la lógica forzada por la algarada.
Y rige la corona el cuchillo de hojalata. 
Pataletas y bribonadas que cambian el centro.
Y llevan a orbitar al astro rey entorno al satélite del extrarradio. 

Derrocar al ganador

Coquetea el segundón. 
El perdedor en la pelea. 
Con la calaña que tras perder quiere cambiar las reglas.
Tras el forzar el cambio está la no asunción de la derrota.
Perdedores que quieren ganar a costa de, al ganador derrocar.

Un relámpago

Ha sido un relámpago tu sinceridad, por un segundo ilumino la estancia y en el mismo segundo la obscureció. No se te puede pedir, lo que ni quieres, ni puedes dar.
Dices y desdices y así confundes, se falso y así si sabre cual eres.

Tras el oficio de lo conveniente

Espina de amor clandestino, pecaminoso, turbio, prohibido.
Amor de bambalinas, de camerino y rebotica.
Sabor de besos a hurtadillas.
Amores bajo la mesa y de bar en el extrarradio.
Nada seguro, nada oficial, amor libre solo entre extraños.
Amor de mentiras para estar ausente.
Amor a la sombra de la torre del vasallaje.
Amor de igual y sin nombre.
Espina que nos hace sentir vivos tras el oficio de lo conveniente.

La opacidad

Las perdidas invisibles.
Las perdidas que los demás ni siquiera sabían que existían.
Ilusiones ocultas, deseos no confesados que cuando se desvanecen tampoco vas a contar.
Sueños que se evaporan y no los vuelves a soñar más.
Vivimos más bajo la piel que a flor de piel.
La cara oculta de nuestra luna esta llena de decepciones e inconfesables perdidas.
Por eso a veces dormir nos resulta tan difícil.
Si los demás vieran nuestro interior se explicarían lo inexplicable.
La opacidad del deseo y la no conveniencia de articularlo con palabras.
Ser transparentes nos hace débiles y nadie por esa razón quiere ser transparente.

La escorrentía de estar solo

He salido sin norte a sentir el frío del mundo.
El frío del sin amor, del sin casa, del sin perro que las manos al menos le lama.
He salido a sentir como empapa la lluvia, como empapa la niebla y el cerrado horizonte.
Sin abrigo he salido a sentir las lagrimas del mundo, su torrencialidad, su desorden.
La escorrentía de estar solo, que todo lo arrasa, todo lo descarna, todo lo anega, todo lo empantana.