jueves, 27 de febrero de 2014

Como los calcetines

Hay muñecas muy feas, pero como todo es superable, hay gente por dentro mucho más fea.
Si a algunos le diéramos la vuelta como a los calcetines nos quedaríamos horrorizados.

Cerrada en falso

Soborna la grasa a quien fácil se vende.
Opción insalubre pero más rentable.
Almas enfermas en cuerpos saciados.
Todos vuestros males retratados en el nitrato.
Con punta seca gravaré delitos que en octavillas lanzaré al aire.
Rameras que fuerzan la ley para que se ahorme a sus traseros. 
Quien sentencia en la parte, cierra en falso la herida.

No sirve la paz por bandera

Hay batallas que no son elegidas, nos vienen impuestas.
Contiendas que si no libras te amilanan y arrinconan.
Nos obcecamos en pensar que ser humanos es ir con la paz por bandera. 
Y es un error, porque si la naturaleza nos dio uñas y dientes es para que las usemos.
Ganar está en estimar al rival y rendirlo con un poco de todo, bandera, uñas, dientes y hasta una pedrada.
No sirve la diplomacia con el gañan y para él una paz, es un papel con el que se limpia el culo.
Vale más el mástil que el trapo, pues después de todo con el palo se arrea y el trapo solo hondea.

He prometido a mis afectos

Venceré utilizando el rodeo.
Camino de circunloquios.
Pero he prometido a mis afectos que venceré.
No entraré por las puertas.
Accederé a los horribles interiores por las ventanas.
Pero he prometido a mis afectos que entraré.
No usaré la diplomacia reservada a los príncipes. 
Rendiré en el barro de la cochinera.
Pero he prometido a mis afectos que rendiré.
Unos son los caminos de nuestras metas, otros son los caminos de la bajeza.
Si los tengo que transitar los transitaré.
Pero he prometido a mis afectos que por cualquier camino la victoria les ofrendaré.

martes, 25 de febrero de 2014

Putas perras que odiáis a los perros

Putas perras que no queréis a los perros que asco me dais.
Gordas en los comistrajos de la miseria.
En los parpados azules de un enranciado querer ser.
En los modelitos de mercadillo, de licra y tejidos de segunda vulgar piel.
Buches voraces de olor a sardinas.
Bocas chupapollas de rojo puñeta de bazar chino.
Vientres estriados, almas llenas de estrías.
Hambre de filas, filas en las que solo se entra si se pasa hambre.
Es vulgar el star del tocino.
Y de la casa neta, de tanto y aburrido fregar.....................

cárcel de cuatro esquinas

Desgraciado el que no tiene méritos.
El que no tiene hacienda.
El que no tiene norte.
El que nada ha perdido.
El que nada ha ganado.
Reinas populacheras de la fregona.
Del estropajo.
De la escalera.
Vida de peldaños que nunca se ascienden.
Vida de barrio que es un mundo.
Mundo de miseria y de pobre calceta.
Cárcel de cuatro esquinas.
Cuatro esquinas tiene tu cárcel. 

Desgraciados los cerdos que nacen y mueren en la misma cochinera

No temo a las murmuraciones yo se cual es la verdad.
Y los que hoy ríen quizás mañana les toque llorar. 
No todo el mundo renuncia por amor aunque sea el amor a un animal. 
Difamar es muy fácil solo hay un requisito hay que tener fama.
Creen los necios que determinados árboles han caído y solo se han trasladado a un sitio mejor. 
Desdichados los cerdos que nacen y mueren en la misma cochinera.

En el festín de la carroña

En el festín de la carroña donde las crías aprenden las malas artes.
Días de sebo y gloria en la pobreza de luces de la cochinera.
No teme la comadreja el juicio, no teme no ir al cielo.
No siente remordimiento por ametrallar a un jilguero.
Siembran con malas artes el veneno de la cizaña.
En los chozos de aspavientos, vientos de frío y cólera.
Barrizal en el que revolcar las mantecas titiriteras. 

Penas que saben a gloria

Marchita el silencio el valle.
Glorias que saben a penas.
Penas que saben a gloria.
Tambores atronadores que abren heridas.
Traspiés que no terminan en caída.

La traca final

Mi fe no es ciega es razonada y tiene muy claro en quien creer.
Puertas que el destino quiere que se cierren.
Puertas que el destino quiere que se abran.
Es la soledad explosiva de la traca final.
Alarido de luz en la cerrada noche.

lunes, 24 de febrero de 2014

Todo va a la mar

La muerte llega a traición.
Aunque no cojas callejas recoletas.
Siempre nos espera un pleito. 
Agazapado en las cunetas, entre las zarzas.
Los que escapan de las levas.
La valentía que da el oro.
Y la cólera que genera estar relegado a la sombra.
Ni tras la custodia.
Ni tras el armiño.
Ni tras la piel de la zorra.
Ni Dios nos salva de la intriga.
Ni Dios nos salva de nuestro risible fin de vida de tragicomedia.


Querencias perras

Esquina de los vientos.
Vientos de venganza.
Da amores truncados en el odio de las zarzas.
Lazareto de mis ruinas.
Vidas de enfermos de desesperanza.
Querencias perras.
Dolor de piedras en el bajo vientre.
De espinas hondas en los pies.
De camino empeñado en el duelo.
De cerros inmisericordes que por promesa tengo que escalar.
Si solo caminara por mi ya me habría rendido.
Y mis huesos en el valle tus buitres ya habrían esparcido.



El amor nada somete


Uno se habitúa a la gratuita generosidad porque esta no pide ningún arancel.
Y la encuentra lógica y natural, la ve obligación.
Pero el receptor no se obliga, a resarcir esa dádiva, a compensar con generosidad ese gesto.
Más bien osado muerde la mano desnuda de poder y vestida de entrega.
Muerde la mano que da y besa la mano que empuña un machete.
Besa y lame las botas de quien lo somete.
La caridad ni ansía, ni quiere la cúspide, pero tampoco busca el desprecio.
El escarnio, que el socorrido despóticamente le propina .
No rinde el amor sin medida, no esclaviza la entrega. 
Sólo somete el temor y el arbitrario desprecio del dominador

Enrejado durmiente

Me despierta el amargo café al tímido sol.
Huye entre nubarrones.
Huye entre trinos proféticos de lluvia.
Huye entre avaros rabilargos.
No se levanta la niebla que se marida con el humo bajo.
La esquelética parra enrejado durmiente tamiza pobreza.
Y yo despierto de la sombra con un negro y amargo café.

Hijas de la vida

Me he refugiado entre las hijas de la vida.
Para a prender a vivir por dinero.
Para enfundar con descaro mi apocado espíritu.
Para practicar la voluptuosa usura.
Teatrillo de gemidos.
Necesito atender heridas y es cara la caridad.
Y plantar batalla a las huestes que al pobre saquean.
Necesito acercarme al mundo para aprender sus fisuras.
Nada es elevado, nada es solemne.
Todo renquea en el mismo sitio, en la obscura alcoba.
Vicios que abren puertas, vicios que salvan vidas.
Necesito aprender teatro para en la mentira piadosa salvar el mundo.