martes, 27 de mayo de 2014

Agua de sal

Tendencias fatales que desmenuzan la razón.
Historias marcadas por la deriva.
Nunca se pierde la esperanza de flotar.
Nutridos por los tropiezos.
Alimentados por los desaires.
Velas rotas que a cualquier sitio nos llevarán.
Abrasados sobre el agua de sal.

Las alabarderas cornejas

Es la danza de los grajos enharinados.
Torpes patanes que intentan pasar por blancas palomas.
Son inteligentes las sombras.
Tiene el lado siniestro sus destrezas.
Ansia la macula la perdida pureza.
Trapos lavados mil veces que se pasan antes de perder el cerco.
Me cercan las alabarderas cornejas.
Me sofocan con su torpeza las falsas mensajeras de la paz.
La paz de los días cortos.
La paz de tregua de las noches largas.
Estela de polvo, estela de harina. 
Dejan en la danza, los cuervos de las funestas misivas.

El maquillaje de las apariencias

Sé que no estoy solo.
Siento a mi vera a los compañeros de infierno.
Me abrasa la frialdad del hipócrita de relamida imagen.
Me enquista el que en las apariencias brilla.
Me denosta el que pregona bandos que no cumple.
No es la caridad besar al igual.
No es la caridad amar al fácil.
No es la caridad buscar en la caridad placer.
No temo arrimarme al rechazado.
No temo la compañía del estigmatizado.
No temo al que ha caído y la sociedad le impide que se levante.
No hay nada que manche más que la falsa moral.
Que la falsa decencia.
Que el teatral maquillaje de las apariencias.

Síndrome de Abel

Las mayores atrocidades te las dice el hermano.
El mayor daño te lo infringe el amado.
Sin coraza duermes con ellos.
Y en la paz del sueño es cuando te asestan las puñaladas.
Prerrogativas de próximo.
Que a quemarropa te ametralla con una munición que tu le has dado.
El sabe el sitio exacto donde está tu corazón.
El todo lo sabe y en esa corta distancia no falla.
Y acierta con el doble daño.
El daño de la herida y el daño del traidor.
Solo te puede vender el que te siente suyo.
Amores cainitas.
Síndrome de Abel.

lunes, 26 de mayo de 2014

Y la fiera llegó

Confianza erosionada.
Confianza castigada.
Confianza perdida.
Victoria de ausentes.
Retos desanimantes.
Trota el tiempo con su guadaña segando tuertos.
No lo ven venir.
No lo ven llegar.
Solo se sienten caer. 
Se sienten desplomar.
Y se duelen en escusas al perder.
Porque no sintieron a la fiera en la cacharrería entrar.

Prometeo

La ruina atrae las discordias.
Detrás de toda sombra está la luz.
Hay que saber ver y entrever.
Que poco nos preocupa lo que debería preocuparnos.
Que fácilmente desatendemos lo que deberíamos estar atendiendo.
Tras las noches cerradas llegan los días abiertos de sol.
Ni siquiera Prometeo sufrió un castigo eterno. 

La corte de Leviatán

Saciaré mi sed en los fluidos de tus ojos.
Sed de ojo por ojo.
Sed de diente por diente.
En la debacle donde han amputado mis manos, sentiré el pesar.
Sin la derecha.
Sin la izquierda.
Sola se abrirá el averno con la corte de Leviatán que acaba de llegar.
Sed de venganza hay en el pico de la graja.
En las garras de la corneja.
En el ejercito de córvidos
Marea negra de desafección.
Temo a los halcones que en el Irán se han formado.
Uno nunca muerde la mano, del que con tantos manjares agasaja.
Pero si pega un tiro a su cabeza.
Las manos reciben ordenes.
Las ordenes llegan a los voraces picos y a las arribadas manos.

domingo, 25 de mayo de 2014

La lechuza

Es la sabiduría una lechuza.
Es la lechuza una hechicera.
Hechizos de sabiduría.
Nudos de marinero imposibles de desatar.

Es helicoidal el ascenso

No hay nada de orgullo en las cavilaciones de la comadreja.
Palabras con demasiada sal.
Sin compostura y sin cumplir el precepto.
Me asombro en la distancia.
Me asombro con el bufado estilismo.
Bravura de bravucón. 
Colores nada atinados para un entierro.
Solo se muere una vez.
Y esto es morir dos veces en mayo.
Mes de flores y floridas plañideras.
Es helicoidal el ascenso.
Y es bien sabido que todo lo helicoidal marea.

Ciegos sin camino

En la azulada calcedonia veré tus ojos.
Eres mi alfil.
Mi alfil de ojos grises.
Desmesurada es la fuerza del sincero.
Desmesurada es la fuerza de su castigo.
Saben que brillas para ti.
Pero tu brillo les ciega.
Brillas para caminar.
Y ellos son ciegos que no tienen camino.

El color del ausente

Será blanco el color del futuro.
O el futuro será del color del ausente.
Caladeros de furtivos.
Furtivos que hacen suyos todos los caladeros.
En pocas manos.
En las peores manos.
Aislados, cercados, sin aire.
Nada hace el rebaño cuando lo asedian y atacan a la vez varios males.

Esperáis mis llagas como agua de mayo

Bajo una gran claraboya y bañado de sol estoy.
Sintiendo el escándalo de las voces.
Voces amplificadas en el eco del que sin digerir repite.
Nube de moscas negras y ociosas.
Esperáis mis llagas como agua de mayo.
Para en mi dolor alimentar a vuestras voraces pupas.
Nada taxativamente fenece.
Todo muere dando vida.
Dando a veces sustento a la más rastrera de las vidas. 

Es muy difícil morir

Es difícil vivir.
Pero es más difícil aun morir.
Morir no es querer morir.
Morir es un vagar por el tormento de pensar como morir.
Esperar la muerte es más duro que esperar un nuevo día.
Los tormentosos nuevos días se suceden pero la deseada muerte no llega.
Vivir es dolor.
Buscar la muerte es mortal.
Vago por los caminos peligrosos.
Vago por el borde de los precipicios.
Juego con los peligrosos placeres.
Pero mi ángel cada nuevo día me salva.
Y me veo obligado a continuar jugando.
Muere todo lo que yo amo y yo desesperado no muero.

sábado, 24 de mayo de 2014

Íntimos son tus tesoros

Qué esconden tus manos.
Qué tesoros guardas.
Qué celo pones en ocultar tus talentos.
Tesoros para los íntimos.
Íntimos son tus tesoros.

Son rubias las princesas

Todas las princesas son rubias.
Todas son rubias aunque sea por obra y gracia de la potasa.
El rubio hace que las mujeres parezcan ángeles.
El rubio convierte en ángeles a las arpías. 
Son rubias todas las arpías.
Son rubias igual que las princesas.
Son rubias las ladronas de aire.
Ser rubia son tres pasos de delantera en la conquista.
Rinden los ángeles rubios hasta al más pintado de los reyes.
Por eso se tiñe de rubio hasta más de una necia alcaldesa.