jueves, 26 de junio de 2014

Planea la hecatombe

Hemos convertido en supina virtud el ser previsible.
Atenaza la incertidumbre.
Atenaza la imposibilidad de ir construyendo una estrategia.
Que escala de valores tan mediocres hemos construido.
De que mediocridad tan grande nos hemos rodeado.
Vulgarmente anticipables.
Previsiblemente vulgares.
Planea lo fugaz.
Planea la hecatombe.

Nácar protector

Bálsamo tenebrino.
Oleos maléficos.
Besos opacos maquillados de placer.
Puñal de ternura.
Daga de caricias.
Parpados cerrados porque en la obscuridad nada se ve.
En la noche cerrada nada brilla el nácar protector que baña mi corazón.

Visir de los alelíes

Rayos de plata de luna nueva.
Exquisita y rotunda en un cielo de ausencias.
Nocturno paseo en jardín del Visir de los alelíes.
Bajo el crepitar de las hojas cenizas bañadas nata.
Si pudiera dormir.
Si pudiera descansar en los brazos de mi obsesión.
Sobre el pecho ardiente que baña la noche.
Si pudiera alcanzar este sueño que me mantiene en vela.
Cirios a San Antonio, a las Vírgenes  necias.
Estoy en el jardín a las puertas del cielo y su desdén me impide disfrutarlo.

miércoles, 25 de junio de 2014

Tragar sin rumiar

Traga sin rumiar la ignorante cabra.
Traga y traga y nada de lo tragado digiere.
Bello súbdito, dúctil súbdito, dócil servidor., 
Servil servidor defensor a ultranza del mentiroso señor.
Que espacio tiene la verdad si el mundo lleno de cabras está.

El desatino de rellenar

No rellenes lo que no ves con lo que ves.
Deja sitio para la sorpresa porque la realidad te va a sorprender.
No pienses que la luz se extiende en la sombra.
Tras el telón no hay como imaginas belleza.

La extravagancia



La juventud tolera todo tipo de extravagancia.
Pero la extravagancia tolera muy mal la senectud.

Los príncipes risueños que a solas lloran.

Como sufren las manos que airosas mueven el aire.
Síndrome de mariposa.
Sino de ademanes gráciles y graciosos.
Tormenta de burlas traídas y llevadas entre cacareos de alcahueta, por el envidioso que denosta mi ademan.
Es el cataclismo de nacer princesa en un mundo rudo.
Es el cainita bucle de ser el bello y bueno Abel.
Mover el aire no es ser necio.
Mover el aire no es ser inconsciente a tus desprecios.
Mover el aire no es ser insensible a la bilis de tus dardos de rechazo.
Es suave la brisa que genera al batir las alas la mariposa.
Brisa fresca de azaleas, de nardos, de rosas.
Generación de la gracia, que no graciosa.
Generación de tristes príncipes risueños que a solas lloran.
Un profesor en paro denuncia al Sepe por http://t.co/o5VYKMGgBE vía @hoyextremadura

martes, 24 de junio de 2014

Se os pega el lodo

Todo se pega.
Y preferentemente se pega el lodo.
Quien te vio y quien te ve.
Desahogados que esperan a ver que va pasando.
No es solo asco lo que dais.
Al estar tan enlodados dais más que asco.

La hija del desalmado

¿Qué es la verdad? Si no lo que está detrás de una maraña de mentiras.
Maquillada bestia, la hija del desalmado, la que en la algarabía rinde cuarteles.
Piernas cruzadas en el juramento.
Excusas sin descanso.
Explicaciones sin consuelo.
Las mentiras son cadenas que niegan la posibilidad de disfrutar del sincero.
Resquemor, urdimbre de suspicacias.


Capitán de amoríos

Dulce debilidad en las manos del fuerte.
Abrazo protector de soldado.
General de amores.
Capitán de amoríos.
Abandonado sobre el cuerpo que tanto me complace.
Pañuelo de nieve que ciega mis ojos con el veneno del placer.
Me zahiero en su furia. en el oleaje de sus bravos brazos.
Boca de cera cuyos sorbos no amargan.
Ungidos cabellos que sobre mi rostro me cierran la luz.
Soy débil ante el que mis manos han decidido que es el más fuerte.

Amo y nada me aman

Cómo freno la caricia, que en la insatisfacción con sarna ara mi alma.
Cómo reprimo el desatino de un verbo meloso, al que su desdén me lanza.
Cómo vivo con este desafuero que crece con el no riego y con urdimbre espinosa me corazón enzarza.
Cómo en este reino de urticantes camelias camino si mi amado esputa agria bilis a mis manos de alabanza.
Cómo he caído en esta poza de cieno donde me he enamorado del calor ausente del más frío invierno.
Cómo, cómo, cómo devano este enredo de hilos de bramante que me atan y condenan a besar sombras en los tórridos sueños de mi alcoba.
Cómo nació este río en mi, este torrencial regato que de mosquitos transmisores de delirantes fiebres infecta mi casa.
Amo sin que me amen.
Amo en el desprecio.
Amo en la demanda, en el implorar migajas.
Amo y nada me aman.

Insensato cielo de espantos y brisas secas

Estoy atenazado ante la sonrisa burlesca.
A veces el dardo del amor nos rinde al pusilánime que por nosotros poco siente.
Amor, amabilidad, ternura que al que cruelmente mueve mis hilos veneras.
Insensato cielo de espantos y secas brisas.
Sin centinela, ni vigía en la puerta de mi casa. 
El afortunado artífice de mi infortunio por mis reinos campa.


lunes, 23 de junio de 2014

Topografía del llanto

Es la alegría un paisaje.
Es la tristeza una orografiá.
Cristales, gemas de brillos y opacidades.
Minúsculos lagos.
Ríos de risas.
Ríos de pesares.
Llantos que dicen tanto.
Topografía microscópica del llanto.

Para el sistema soy MARICA

Con hilo de bramante cosería la boca a más de un cerdo.
Bocas que están muy prestas al improperio.
Bocas de funcionario que jamás deberían jugar al juego del insulto.
Se despacha en la mofa y en el guaseo, el gusano del sistema.
Parásito que indecente deja el insulto incluso en el escrito.
No mengua mi valía, mi amaneramiento.
Mas para el necio parece que si y así lo anota en la plaza donde vivo.
Que sabrá él de MARICAS, para tipificarme en un documento oficial como tal.


Todos los hijos son pocos

Encierro de brisa.
Brisa de relámpago.
Lloroso horizonte de indómita maleza.
Otra tarde funesta en la rutina de mis días.
Trinos y trinos, atronadores trinos de voraces gorriones.
Dardos furtivos que diezman los platos de mis saciados canes.
¿A quién le importa el fruto de mis manos?
Acaricio mis yemas en el suave lomo del felino que en mi regazo dormita.
Todo es poco, nada es suficiente. 
Lleno paredes con el ansia del que sabe que llega el invierno.
Cálido barroco, barroco protector que anula el blanco.
Blanco en las sienes del que ve, que todos los hijos para vencer el olvido son pocos.