lunes, 30 de junio de 2014

Estupor ante la maldad del zaino

Rosas galanas destrozadas por la fiereza de los mordiscos.
Sádica jauría de justificadores de diferencias, de catalogadores de taras.
Zainos bichos, que acosan a las bellas y delicadas flores de los jardines prohibidos.
Jardines de deseos proscritos, de deseos censurados, de deseos de laberinto y atardecer.


La mano que no existe.

Me desordena la mano que aun no existe.
La mano tersa y de fragante tersura.
Que difícil ser querido sin temer.
Atenaza el miedo a los estiajes del senecto amor.
Zozobra ante la mano que no existe pero sé que llegará. 

El beso jugoso de mi igual

Ni más que yo.
Ni menos que yo.
Solo busco el beso jugoso de mi igual.
Amor de espejos.
Amor de gotas idénticas.
Gotas idénticas que caminan en paralelo.
Gotas idénticas que confluyen sobre el transparente cristal.
Y ya como una sola gota sobre el azogue de plata van a morir a la mar.

El amor no es poder

El amor no es poder, por eso no se le invoca en las contiendas.
Es el odio el que siempre está presto a prender la alabarda.
Es el odio el que aglutina ejércitos de ansia.
Es el que mece tormentas en los mares de sangre.
En el pantano de las revanchas.
En la cenagosa laguna de la ignorancia.
En el alma negra de los muy abundantes Caines. 
El amor para medrar no sirve.
El amor es servir y sin preguntar a nadie, solo para eso sirve.

Es imposible desengañar

Justificarse en la reducción al absurdo.
Justificarse haciendo del gran problema un asunto trivial y risible.
Se acomoda la vista a la sombra viendo que ya nunca volverá a ver el sol.
Es fácil perder cuando es necio todo el tribunal.
En el sálvese quien pueda, al engañado es imposible desengañar.

La algarabía de los agapornis

Yo me despierto con un negro y amargo café.
El mundo vuela mientras yo duermo, nada para, nada me espera.
Bajo la parra la algarabía de los agapornis.
Como bellísimas damas que cuando abren la boca lo estropean todo.
Que pocas veces en el más bello envase se contiene la inteligencia.
Hoy mi día ha nacido tarde, pero no morirá más, para mi desazón se hará de noche a la misma hora.
Los días no se pierden, somos nosotros los que perdemos los días.
Hoy mejor que mañana, ayer mejor que hoy, no demores lo que quieras decir o hacer.  

domingo, 29 de junio de 2014

Dedos fuertes

Que fuerza tan grande tienen algunos dedos.
Que fuerza tan grande tienen algunos dedos al señalar.
Señalados por los dedos de los fuertes.
Señalados porque en realidad no somos tan débiles.
Debilitados por los dedos que se esfuerzan en hacerse fuertes en el señalar.

Camino en la duda

Temen mis pasos la noche cerrada.
Donde nada veo el firme.
Camino en la duda
Con dudas camino.
Es el firme de la vida, dar pasos sin saber si uno va a hacer pie.

Mi corazón llora al sol

Bailame morena que hoy al sol llora mi corazón.
Llora a la vista, sin estar escondido.
Llora en la plaza, bañado de tanta luz que como todo lo visible, lo muy visible, nada se ve.

El que vive no duerme

La mano huesuda apaña placeres.
Furtivos, robados, hilados en finos talleres.
Con lo que complace poco se crece.
El dormido no vive, el que vive no duerme.
Cierro los ojos y veo las manos de Cloto, Atropos y Laquesis.
Solo existe mi hoy, porque ellas me lo consienten.

sábado, 28 de junio de 2014

Todo se desquicia

Indómito desorden al que todo tiende.
Puertas al monte.
Monte con compuertas.
Embalsar angustias en el superficial orden.
Me trastorna lo fuera de sitio.
Fuera del sitio que yo he marcado.
Todo se desquicia.
Yo ya estoy desquiciado.

En un segundo

Los segundos transcurren iguales hasta que llega el cismático, el cataclismo del diferente.
Y se descorre el telón de la tragedia.
El insoportable asumir que el que se va, ya a este mundo nunca vuelve.
No lo ves venir, no lo ves ni irse. 
Pero sabes perfectamente lo que ese fatídico segundo en sus fauces prende.

viernes, 27 de junio de 2014

Horas de paraíso, días de infierno

Soy uno de los aparceros de tu ebúrneo cuerpo.
Soy poco, muy poco.
Y asumo poco a poco tus presencias y ausencias.
Horas de paraíso, días de infierno.
Para cuando se apiada tu cuerpo de mi hambre, ya me había habituado a vivir hambriento.
Bucle de despiadado complacer para recordarme lo que voy a volver a perder.

Plomo de zorrera

Pesado aire con el que nada hondean las blancas banderas.
Vendaval de humedades.
Plomo de zorrera.
Humo de azufres.
Deriva de gritos para aglutinar la sangre ya perdida.
Es la hemorragia tras la no respetada tregua.
Reclamo las reglas para mis partidas.
Impugno las reglas para tus jugadas.
Solo juego si siempre gano.

Perro flaco lleno de pulgas

Nacen en los avisperos tropeles de televisivos mesías.
Voces de fusca y ruido.
Bañados de multitud y tenebrinas arengas.
Todo se repite, todo ya ha sido vivido.
Pero en el pedregal del inculto fácilmente arraiga el cardo.
Hay que mover la silla al que la ocupa.
Hay que dejarla libre para que el nuevo salvador la ocupe.
Cuerpos jóvenes con ideas muy viejas.
Nuevas hordas que nos venden como nuevo el retroceso.
Perro flaco lleno de pulgas.
Pulgas salvadoras, pulgas presidentes, pulgas lideres, pulgas disidentes.