Amenaza el amenazado

El cercado se defiende.
El cercado construye cercos.
Amenaza el amenazado.
Se venga el dolido.
Si en el pedregal esparces odio, aun sin tierra arraigará.
Nadie olvida lo que a hierro en su corazón se ha marcado.

Con el fusil cargado

Con el fusil cargado camina el alfeñique.
Delicadezas de sectario.
Quietud entre los cerezos desnudos.
En vapor se deshace el ascendente.
Y ante el evanescente progreso teme.
Por la tierra ganada aun mar iracundo.
Sin firme bajo los pies es imposible el retroceso.
Es arena el populismo.
Es arena sin cal.
Agazapado en el vertical acantilado está el libre pensador.
Teme el disparo del que legitima el libre pensar.
Rígido parámetro del que si te distancias, a plomo mueres.

El pueblo solo se ata dispersando el voto

No se puede gobernar a golpe de amenaza.
No se puede atenazar un mandato con la espada de Damocles.
Venderse para pagar el empréstito.
Si solo no puedes, no esperes que salga gratis tener compañero de batalla.
El pueblo que dispersa en florituras su fuerza, paga caro el descriterio de esa mescolanza.
Ententes de tuertos, acuerdos de codicia.
Se aviene el ratero si se le consiente el robo.

Llego el gris para quedarse

Las culebrinas luces rompen el alba.

Grietas de luz que en flasazos adelantan el día.

Escurren los ángeles sus pañuelos de lagrimas.

Llego el gris para quedarse.

Se vuelven los castaños de ámbar, antes de desnudarse.

Trina mojado el gorrión en la borrascosa ventana de mi salón.

Temes mi reguero de pólvora

Si nada valgo, porque me tapas la boca.
Si soy tan poca cosa, porque con tus gritos me callas.
Si no tengo razón, porque mi razón silencias.
Si mi teoría tan poco importa, porque me impides propagarla.
Temes el reguero de pólvora, porque puede dinamitar al balsa de tu farsa.

Síndrome de ajada zorra

Que tu denostes el bocado deseado, no hace que el bocado ya no exista.
Sin ti sigue existiendo, sin ti sigue siendo igual de apetecible.
Cerrar los ojos al placer negado, no hace que se esfume el objeto de lujuria.
Síndrome de ajada zorra que ve verdes las uvas que no alcanza.
Flores que nunca estarán en ninguno de los jarrones de tu casa.

La pobre luna

Huele a parra húmeda.
Huele a lluvia oscura.
Es muy corto el universo.
Bajo la pobre luna.

El agua hirviendo

Es agua hirviendo la verdad.
La verdad escalda al mentiroso y desmonta su castillo de trilero.
Sólo despega la roña de la demagogia el agua hirviendo. 

Otros cauces de verdad

Cuando los argumentos entran en un barranco llamado paradoja.
Cuando el discurso está lleno de contra sentidos.
No es casualidad entonces que el peregrino discurso suene a hueco.
A hueco totalitario que cree que es el único río del mundo que sufre crecidas.
Llueve para toda la tierra, para todas las montañas que alimentan ríos.
Tener cauce, tener caudal es algo que toda corriente de pensamiento tiene.
Incluso publico y seguidores tienen las corrientes que no tienen ni argumentos, ni razón.
No hay mejor aliado para embarrancar que negar la existencia de otros cauces de verdad.

Hiladas

Es muy importante la cronología de las lecturas.
Como importante es la colocación de las hiladas de sillares en un muro.
Primero el cimiento, ya después ganaremos altura.

Las opiniones tienen un cauce, pero raras veces todo lo anegan

Si mi existir, estuviera condicionado a la negación por tu parte de mi existencia, 
yo no existiría. Más existo, porque no existir para ti, nada sobre mi existir decide.
Existo, porque algo superior que tú niegas, permite que tu necedad, no impida mi existencia.

Hay sabores totalitarios

Sorprende que el que se auto etiqueta como tolerante, sea tendente a la censura totalitaria ¿Es un amigo aquel que no tolera tu discrepancia? Evidentemente no.
Salsas empalagosas que en su remostosidad todo pretenden taparlo, anularlo para que su sectario sabor prevalezca.  
Más allá de nuestros conocimientos existe un enorme mundo de sapiencia, argumentos y razones que como mínimo desde la mediocridad que es nuestro microcosmos debe ser respetado. 

Argumentario

La fuerza está en la flaqueza.
El éxito en el tesón.
Todo drama tiene su comedia.
Tras la deflagración llega la ilusión con la tabula rasa.
Nada es terno, nada dura sin erosionarse siempre.
Oigo poco el ruido de la calle.
Pregunto poco al extrarradio.
Vivo en un escaparate pero no necesito ser comprado por el que me ve.
No soporto el hoy en blanco.
No soporto el blanco.
No soporto los diarios en blanco.
Pero todo lo he aprendido a soportar.
No creo en el lenguaje minimalista.
No creo en el minimalismo de la estética.
No creo en la antiéstetica del maximalismo.
El que posee puede abandonar.
El que poco tiene con ese poco se tiene que conformar.
No creo en las vidas escenográficas.
En la puesta en escena de todo.
Creo en el camino y sus recodos.
Creo que vivir es decidir.
Vivo sin consultar, no pregunto a nadie por como se debe vivir.
De las formas de vida de otros nada importo.
De la mía nada pretendo que exporten.
Camino sin colisionar. pero si colisiono creo que es para crecer.
En mi hoy hay gente presente, pero lloraré el tiempo justo, si deciden estar mañana ausentes.

En ti

Dejaré de ser yo.
Para diluirme en ti.
Para asimilar tu ser.
Para ser tu.
Para pensar solo en ti.
Para pensar por ti.
Para instalado en tu pensamiento.
Solo tu pienses en mi.

Solido y solvente

Solido y solvente es el ruido de la calle.
Solventa mucho en la noche negra el puñetazo en la mesa.
Lo soez urde tretas para devorar al indolente que en la indefinición no reacciona.
Ante el grito se actúa, porque si no se actúa, te vence el grito.