miércoles, 15 de octubre de 2014

Poco rencor

Quien llama a mi pecho, lo hace porque sabe que está abierto.
Buena memoria y poco rencor.
Poco rencor para negar.
Abrir y hacer pasar no es volver a tropezar. 

Llueve

Llueve, con el ansia de un cielo que se derrumba.
De un pantano que se ha quedado sin dique.
Llueve, con el dolor de una madre desconsolada.
Se acorta el mundo en el denso velo de lagrimas.
En la espesura del llanto del Altísimo.
Llueve, con furia de pesar contenido.
Llueve, hoy solo llueve.
Acosando al séquito de paraguas del entierro.
Llueve, entre campanas que doblan y un cura que con su capa pluvial se moja.
Llueve, mientras el miserere inunda el empapado aire.
No para de llover, mientras el hisopo rocía con agua bendita. la lluvia torrencial que no cesa. 

martes, 14 de octubre de 2014

Sabor salado de besos no dados

Con el barrido de la guadaña.
El pasto yace tumbado.
Mortalmente herido.
Es la vida abocada a la muerte.
Muerte que solo llega si hay vida.
Sabor salado de besos.
Que al cuerpo caliente no hemos dado.
Siempre hay partidas.
Partidas perdidas.
Abrazos truncados.
Pulsos perdidos.
Se enfría el cuerpo.
Sin el calor del alma.
Se quiebra en el gemido postrimero.
El tallo de la flor cortada.
La luz de la vida en la mirada lechosa.
El rubor de la infancia en la mejilla de cera.
Se enfría la mano en la que campea la alianza.

Sueños de sudor

El amanecer busca prisioneros.
Forzados a vivir.
Forzados a sentir despiertos.
Forzados al salario del sudor.
De sol a sol.
De invierno a invierno.
Con los ojos abiertos.
No se puede dormir.
Aunque si soñar despierto.
Sueños de prisionero.
Sueños del sudor preso.

Cautela

Los virulentos seres.
Amigos que nos enferman.
Almas sucias que enlodan el mármol blanco.
Es un acto innato, nacieron así.
Es un acto consustancial a su naturaleza.
No lo pueden reprimir.
Solo cabe distancia.
Aséptica prudencia.
E impedir que nos vuelvan a dañar.

Esperpentos

Cocerse en su propio jugo.
Hundirse en su propia mierda.
Tu padeces el cáncer.
Mendiga la cura.

Líbrate

En barrera.
En pendiente.
En empinada cuesta.
Caer solo es empezar a rodar.
Estigmatizado para tropezar.
Sálvate del devenir trazado.
Sálvate porque nada está escrito.

Corazón tocado

Nadie tiene un corazón eterno.
Nadie está seguro al lado de una alimaña.
El tiempo escapa y al escaparse nos hiere.
El tiempo que pierdes, ya no lo recuperarás.
No sabes lo que te espera tras las puertas cerradas.
No lo sabes, pero deberías salir de tu zafia estancia y dejar a el zafio atrás.

Visires cantores

Soldaditos de colores que me despertáis al día.
Visires de lejanos países que enjaulados os alborozáis.
Con los brillante rayos que surgen entre los nubarrones.
Trinos de gloria y algarabía en la mañana de silencio.
Tras el encierro tras los cristales saldremos a disfrutar del sol.


lunes, 13 de octubre de 2014

Sabores mutilados

Hay victorias que saben a mutilación.
De las contiendas nunca se sale indemne.
La victoria arrastra una corte de males.
Son los males los que provocan la contienda.
Pero no cesan tras ella.

La estrafalaria treta del fingido fervor

Escamado en la sordidez del cuarzo ahumado.
Del cristal manchado en el que leo.
Como tizna el mezquino.
Como el tuerto te tuerce el camino.
Como el avieso muerde al besarte.
Como con su abrazo te retiene.
Para que pierdas salidas.
Y permanezcas atado a su miseria.
Al pobre salario, del que tus idearios saquea.
Querer vampiro, que te necesita para ser lo que tu eres y no te ama.
Alianza de lata, vendida a precio de oro.
Vinculo que explota tu pasión de abnegada madre.
Pasión que engorda a la fiera.
Cautivo de la protección.
Bondad que exprime el falso.
Falso que te rinde con las lágrimas fingidas que piden caridad.
Perdido por lo fácilmente que das.
Rendido por lo fácilmente que te entregas.
Entregado a la treta del torcido corazón.
A la mueca titiritera del fingido fervor.

A la de los falsos nombres

Pon en cuarentena al amigo que se acuesta con tu enemigo.
Al amigo que se deja pasar la mano ladrona por el lomo.
Desconfía de la escoria que se abala en pliego de invenciones.
Desconfía del titiritero.
Oro que orina el verdín.
Mastaba de muerta de hambre que nunca se construyo para albergar a una reina.
Desconfía de la sonrisa artificial de jaca ladrona.
Desconfía del colmillo torcido que enderezo la ortodoncia.
Desconfía de la inventada parentela.
Del brillo falso de lontananza.
Brillo ganado en las anexiones forzadas, bajo el rédito de conocerte.
Ganado en la fanfarria de los vulgares fuegos de artificio.
En el querer ser lo que tu en el amigo esperas.
Tira lejos el corazón del mentiroso.
Porque no es ni siquiera su corazón lo que te ha entregado.
También en la entrega el traidor ha mentido.
Muerte chapada de falsa caoba.
Yeso dorado con el más falsos de los oros.
Ofrendas falsas del que tu interés persigue.
Decepciona tanto el interesado.
Hojarasca sin fruto.
Fruto toxico.
Amistad toxica.
Veneno inoculado con los besos cercanos.
Malvado que en la corta distancia blande certeros puñales.
Malvado sin talento.
Pajaruca sanguijuela.
Tanteadora de amantes.
Embaucadora víbora, que con cerbatana en tu casa se cobra mil presas.
Rastrera maleza que trepa y asfixia la esbelta palmera.

Tabula rasa

Es devastadora la sospecha.
Es demoledor confirmar.
Con la más absoluta de las certezas.
Con la más dolorosa de las probanzas.
Tabula rasa.
Hiriente tabula rasa.

Ya nada muele la ruina

La maleza termina haciéndose dueña de todo.
Es ella la ruina.
La ruina y la desolación.
Se hace inútil lo útil.
Se derriba lo erguido.
Se vence lo altivo.
Pilares que nada sustentan.
Tinajas hogares de sapos.
Todo el interior es higuera.
Y el canal nada ya lleva.
Sin noria las muelas ya nada muelen.
Sin techo en el interior con furia llueve.
Lluvia de olvido y desplomes.
Ruina de invasora maleza.
Ruina sin dueño.
Ruina hogar de garduñas.
Ruina que se prepara para vivir otro invierno.

La zorra no ladra

Saber ladrar, no implica morder.
Normalmente muerden los que nada ladran.
No se venga el que amenaza.
Se venga el silente.
Se toma justicia el blanqueado.
No hiede el muerto a cadáver.
Estrategias de distracción.
Solo se permite la cercanía, al que no se teme.
Y al que no se teme, no ladra.