Es la instantánea

El aire seduce al tiempo.
Se deja el tiempo seducir por el aire.
Es la instantánea la que vence al vértigo.
La que derrota lo efímero y grácil.
Y nos permite rememorar el segundo.
La décima perfecta.
El estado fugaz en el que flotamos.
El vuelo del tesón y la maestría.
La sublime magia de rozar la perfección.

Berrionda amoralidad

Las tormentas se generan desde aquí, pero vienen de fuera.
Vienen de lejos y también de cerca.
Vienen y asolan con la plaga de árboles torcidos.
Con la peste de serpollos.
Con la berrionda amoralidad.
No se priva de sol al cretino construyendo un muro.
Sino convenciendo al sol para que no salga para la parva de jumentos y cretinos.
Tanto interés
deja ver el verbasco del interesado.
Y sólo se lava el veneno del agua con mucha agua y torrencialidad.

Majaderas

Rapiña y pisoteo.
Riada de vándalos.
De alcahuetas porreras.
De caleidoscópicas y ajadas meretrices.
Ciclos de majaderas.
De risqueras patinadas por la miseria del chancro.
Airadas en la sinrazón.
Desazonadas porque sus pústulas les impiden tenerla.
Sarna de mamonas, de mamonas zanganas.
Verduleras perennes.
Zarrías mendicantes.
Arritrancos con la gracia de una bosta.
Extremismos de ansiosa envidia.

Salinidad

Me duele ser.
Me duele existir.
Sobrevivo a la salinidad.
Al mezquino plomo.
A la lluvia de piedras.
A la fulana que eructa maldades.
A la maldad que atufa las primeras filas de maldades.
Periferia que jamás será centro.
Descentrada loca de las periferias.
Bodoques engalanados.
Relamidos sarasas.
Manos guarras que manejan títeres.
Títeres que se dejan manejar por manos muy guarras.

Sal gema

Danzando con el resplandor.
Sintiendo la punzante sal gema en las plantas.
Las estrellas con frecuencia no nos quieren mucho.
Y con frecuencia nos odian tanto.
Somos los derroteros y las derrotas que el sino nos depara.

Mirada limpia

"Siempre es mejor reír que llorar, pero a veces es conveniente llorar, para con una mirada más limpia, reír,"
Irsia Carolain Sprimbol.
PD.
Nada provoca más envidia en un enemigo, que ver que tú posees una mirada transparente y limpia. Determinadas penas, son una preparación para la alegría. Ojos que siempre te ven.

Rayadizas de las letrinas

Nunca se puede despreciar a una parte, porque sí se hace así, eso ya no es el todo. 
Discriminadores a los que se les llena la boca de tod@s y sólo buscan el bien de su parte. 
Ratas que solamente persiguen el confort de sus cubiles. 
Vilezas de mentes de rayadizas letrinas, que con la calentura del porro y los psicotrópicos mandan al legítimo propietario del poder a la porra.
Pusilánimes zarrapastrosos, a los que la mugre ciega y aturde

Piedras

Penas que nada valen.
Penas que son de plomo.
Piedras que un dia apedrearon.
Piedras de bordes heridos.
Piedras artífices de heridos.
Envidiosos que arrojan piedras.

Emancipado

Emancipado y buscando la deflagración de la colisión.
Desmedido y sin las reservas de la pleitesía.
Con la libertad que otorga no tener ninguna mácula.
No ser servil, no caer en la vileza.
Mis manos limpias ofenden.
Mi corazón libre les enfermas.
Gorrión con fiereza de águila.

Parando el dolor

Parando el dolor.
Frenando la furia que en segundos atenaza.
La nieve perpetua del invierno de la tristeza.
Parando el dolor.
El alarido de impotencia.
El llanto que precipita a mis pies níveo y helador.
Parando el dolor que me impide caminar.
Parando el dolor con puñados de sal.

Arribadas y arribistas

Señores inconvenientes, que cifran su señorío en moverse por conveniencia.
Torpes que amparados bajo lastimeras capas de mugre, juegan a ser progres.
Tipos típicos, de brillos de frite, con olor a cebolleta y fritanga.
Somos tristemente lo que parecemos, la mierda que amparamos, somos la mierda en la que nos movemos, somos el apolillado harapo que nos viste.
Sofocos de sobrepeso, de sebos rosados, de sebosos babosos que vienen de lejos, vendiendo titiritera alcurnia, bodoquera fama, cacarañadas destrezas.
Presas fáciles de la ladilla, el chinche y la garrapata.
Varones sin dandy, de tufo nada fino, de caligrafías galanas de charco de nada principescas ranas.
Amigos de las rayas blancas, de las pastillas tóxicas, de descencerradores porros.
Fulanas que el mal star aquí en esta sierra orilla y que entre la orinada pacotilla buscan su brillo, de orientes amarillos y chafardeos naranjas.
Maridadas pánfilas de eructos febriles y papos viciosos, atufadas de vinazo y cuarteleras leches rancias.

Lacrimal orfandad

Moja la fina lluvia la cabellera de cielo.
La almibarada sonrisa de lanzas de pureza.
Calma de ciclos de noches.
De ciclópea resinación.
Se asientan sin masa los enormes desconsuelos.
Facetados cristales que multiplican pesares.
Lagunas estigias de hiel y sal.
Sin vida, sin poder ser habitadas.
Islas desiertas sin firma.
Islas bajo metros de lacrimal orfandad.

De plumas y oleaje

Son los estados de debilidad los que conforman nuestro perfil.
Curtidos en los arrabales de poniente.
En la playa de marros basálticos, donde el oleaje lame proyectiles.
Son los segundos de indefensión los que retratan el indómito vicio.
Plumas que a la orilla lleva la espuma del mar.

El necio viento

"Somos presos del valor, esclavos de la valía. Seres que nacen elevados a sabiendas de que el necio viento, tumbará su flor."
Irsia Carolain Sprimbol

Dédalos de espuma

Dédalos de espuma.
De furia salada.
Recovecos donde la pasión se desbrava.
Donde el amanecer se pierde.
Serpenteo de recelos y desconfianzas.

Las flores muertas

Búcaros para las flores muertas.
Flores para los bellos muertos.
Somos adornada tragedia.
Tragicómica
existencia.
Desestabilizadora impaciencia.
Días de niebla que desdibujan monstruos.
Monstruos que sólo salen a pasear los días de niebla.

De pares

La felicidad se construye con dos corazones.
Que sincronizan latidos.
Y se arropan en los temores.
Es par el amor.
Porque amar no es ser primero.
Amor es igual que rendirse y ganar.

El circulo de mi defensa

Duermen mis perros, rodeándome en el corto mundo.
Cerrando el circulo de mi defensa.
Cerrando el muro que me acaricia.
Son soldados sin órdenes.
Peones que son reyes.
Como no querer a quien tanto me quiere.
Como no amar a quien tanto yo debo.
Les siento en sueños espantando pesadillas.
Son mi calor, cuando días como hoy,
me cercan las nieblas y el sol nada brilla,

El alba nos desnuda

Los cuerpos que nunca tuvimos nos persiguen en los sueños.
Cuerpos que nos esclavizan y nos fuerzan a amarlos.
Rendidos ante las torres de la gloria ansiamos no despertar.
Sueños envolventes que al alba nos desnudan.
Arrojándonos a la calle del frío y el lodo.

Herido está el cerco

Mis sueños retrasaron el alba.
Perdieron el tino.
Se rindieron a la calma.
Herido está el cerco.
Herida la espadaña.
Precipicios donde se precipitan los estados.
Patíbulos en los que lo mismo que morimos, resucitamos.
Somos las lesiones que resistimos.
Somos los hombros fieles en los que lloramos.
Acerico de rayos delatores.
De luces hirientes que desvelan cacarañas.

Pastos con interés, pactos de interesados

Pastamos mansos en las praderas de la pasividad.
Pastamos pastoreados por los agentes a los que nuestra pasividad interesa.
Sólo el interés pastorea.
Solamente interesa pastar con un interés.
Que interesados son los pastos.
Que interesante es pactar.

Mínimos tras los máximos

No generan estanqueidad las cautelas.
De nada vale tener la piel muy gruesa.
Servicios imprescindibles que generan dependencia.
Franqueza en la firmeza, sinceridad que genera permeable margen.
Sin marginalidad, pues es mi epidermis vulnerable.

Eufemismos

Preciadas palabras que esconden miserias. 
Palabras eufemísticas y miserables.
Cuentos para tapar malas cuentas.

Plomo que araña

Vuelve a llover, con la triste banda sonora de ayer y de ayer.
Con la fineza hiriente de mil estiletes.
Con el corte preciso que abre misivas.
Cartas de perdido consorte.
Suerte de viento y aguacero.
Noche que se desmorona en llanto.
Plomo que araña baldíos.
Y rebosa macetas, pudiendo azaleas.
Llueve y se llena de verdín la piedra.
Y sangra maleza la llaga del sillar.

Febril cubicaje

Príncipe de las tarascas.
Príncipe de los nada principales.
Príncipe sin principios.
Príncipe de tristes finales.
Aire para el asma del sarasa.
Aire para el sarasa que sufre asma.
Sufrida desidia.
Abnegada torpeza.
Torpedos en la línea de flotación del que no tiene destrezas.
Alma de almíbar.
Alma de corrobla.
De corrala y conciliábulo.
Somos nuestros errores.
Somos las esquinas donde nos vendemos.
El viento que grita el hambre.
Somos triste y febril cubicaje.
Más que nos fuerza al menos.
Vil metal que retrata nuestro patético ingenio.

Torpes embreados

Somos la facilidad con la que tropezamos.
La torpeza con la que caemos.
Destrezas que nos pillan.
Pillados ante la falta de destrezas.
Bodoques que se arriman al fuego.
Que se arriman a las llamas.
Que se acercan embreados,
al infierno de sus trampas.

Nubloso

Sintiendo la devoción del frío mármol.
La traumática tragedia del sigilo en las pérdidas.
Retiro voluntario para bordar encíclicas.
Nubloso destino que no conoce de temor.
Promesas de cielo que nunca llegan.
Farfolla que protege un grano que ya nunca germinará.

Signamos

Son los rayos esquivos los que iluminan podridas manzanas.
Discordias de tinieblas.
Lenguas ásperas que lamen infectas las brechas del alma.
Signamos las vilezas con la misma fiebre que las proezas.

Búmerang

Recogemos la ira que sembramos.
Recogemos heladas las cenas que servimos.
Es de necios pensar que no nos llegará el oleaje que provocamos.
Cretinos que se sorprende de que les devuelvan la hiel que esparcieron.
Terminamos comiendo los frutos que ofertamos.
Nos apedrean con las piedras que apedreamos.

Rigidez

Rigidez no es una destreza.
El rígido siempre se quiebra.
Todo lo que nos envara nos debe permitir respiras.
Constreñido por los barrotes de lo amoral.

De pasividad y otros defectos

"No hay nada peor que vivir de forma pasiva, aspirar humo pasivamente, ser pasivo espectador del mundo, mantener actitudes pasivas en el amor."
Irsia Carolain Sprimbol

Medrar y legar

Empolvamos la codicia con el talco de la caridad.
Ansiamos la preeminencia justificandola en la humildad.
Lobos que en absoluto son pastores.
Competimos por ser los primeros en ayudar.
Ayudamos como si la caridad fuera un deporte en el que competir.
Hipócritas enharinados.
Somos miseria disfrazada de humanidad.
Somos hienas ávidas de primeras filas.
Somos alimañas que sólo buscan medrar y legar.

Terrones de azucar

Con frecuencia nos contenta el infortunio.
Nos contenta engolosinándonos con terrones de azúcar.
Y por unos instantes, dejamos de padecer.
Y por unos momentos, dejamos de sentir los zurcidos de nuestra lona.
Dejamos de sangrar por las restañadas cicatrices.
Dejamos de pensar que la desdicha volverá mañana.

Fardo de plomo

Acongojado está el silente.
El que se agarrota en el desdén.
El silencio mata.
Sin defensores.
Sin nadie que denuncie el linchamiento.
Es un fardo de plomo el desamparo.
Inocentes condenados.
Condenados que son inocentes.

Se desplomó añoso

Nieblas de remostosa mermelada.
Arde el roble que murió rendido.
El soberbio testigo que se desplomó añoso.
Tragedias cercanas en adviento.
Se cansa el alma de lo cercano.
Se cansa de volar en círculos.
Pacientes heredipetas que desfallecen con la lluvia.
Se resiste el roble, se resiste el legado.
Todo lo que vale se resiste.
Es muy resistente la valía
.

Con las piezas contadas

Nos perdemos en los lazos.
Nos atamos enlazados.
Nos amamos sin lazadas.
Nos movemos en los márgenes.
Con la coreografía del juego tasado.
Con la atadura de lo predecible.
Con el tiempo medido.
Con las piezas contadas.
Somos partida con idénticos partidarios.
Bandos que la guerra diezma.
Desbandads de cuervos que no volverás a criar.

Estados figurados

Hiere la equidistancia de quien se creía próximo.
Es tan relativa la cercanía.
Creemos sentir el aliento de alguien.
Creemos sentir su caricia.
Creemos sentir su defensa.
Vivimos imaginando.
Vivimos figurando.
Impulsos que sólo conocemos en teoría.
Pulsos que nos los brinda el destino.
No queremos anticiparnos al dolor.
No queremos sufrir imaginando.
La ira nos salva.
Nos salva el rencor.
Nos protege el temor.

La Repu delira

Es tan grande la fiebre de lo poco importante, 
que cree que sus desafueros calientan mis sueños. 
Delirios de patán que imagina, 
que su bodoquera mole enciende la pasión de mis noches.
Macilentos anhelos de vulgar grasa, 
que sólo sacia el hambre de la jauría de su envidia.
No temo al inteligente,
temo al corniveleto ignorante.
Nada enloda más la gloria,
que elegir como compañía a una guarra.

Fuego

Nadando en el fuego de tus ojos.
Calentandome en sus brasas.

Consignas

"Lo malo de las grandilocuentes promesas, son las frustrantes decepciones. Verbasco populista del embaucador."
Yoransel de Omatog

Atestada de zarrios

Nada me desordena más que la estulticia.
Nada me ofusca más que las amenazas del cretino.
Nada es más ramplón que los razonamientos sin razón del memo.
Mandriles rubios de potasa, tontos de destrezas en entredicho.
Cómo afrontar la batalla, si la  que se cree reina es un mondo peón.
Salas de saladores de llagas.
Casa consistorial
atestada de zarrios.

Humor acuoso

Trenza la lluvia cadenas de plata.
Anuda lágrimas de torrencialidad.
vidrio liquido que entumece la risa.
Seres de agua.
Almas de nubes.
Cierra la niebla el disfrute de las palmas.

Somos miseria

Algunos engullen cadáveres aún tibios.
Jabalíes que no son nada más que cochinos.
Impunidad para ametrallar angeles.
Somos miseria.
Somos cainitas miserables.

Intriga

Las ideas son frágiles.
Las ideas son viento.
Aire que rompe cristales.
No te debatir.
Temo la trampa.
Temo como urde el dolor.
No hay poder que frene la intriga.

Chafardera presencia

Me turba el tonto con su chafardera presencia.
Me turban sus lagunas de ausencia.
Su falta de puentes.
Su difuso cauce.
Su oscuro oriente.
Sin brillo va.
Sin tino corre.
Marco distancia con el hipócrita benevolente.
Me enquisto en la angostura del autosuficiente.

Cuervos que describen circulos

Soy denso alquitrán que se pega al turbio.
Soy denso delator de tuertos.
Batallas dadas para ganar la justa guerra.
Sólo persigo justicia.
Sólo busco zafarme del injusto.
Círculos de cuervos.
Cuervos que vuelan en círculo.

Las reglas perfectas

Me martirizo en las rutinarias exigencias.
Me encierro en el aprisco del justo.
Me pierdo desentrañando conciliábulos.
Me someto a las reglas perfectas.
Frio infierno que ansía crecer.
Doy vueltas entorno al camino recto.
Intento caminar recto estrangulando meandros.

Escarcha y humo

Mañana de escarcha y humo.
De pavesas que vuelan revoltosas.
De erial de frío.
Somos tragedia que restaña heridas.
Nada aplaca la berrea del desconsuelo.
La queja lastimera de quien se duele.
De quien siente los segundos inciertos.

Malditos orientes

Me derrito por las flores con nata.
Por el salitre azul.
Me derrito en los páramos.
En los laboriosos bancales de sierra.
Somos oriente maldito.
Malditos seres que brillan sin querer.
Tristes luciérnagas que atraen iguales.
Orillas alejadas donde llorar no molesta.
Desmantelo el entramado de mi pasado reciente.
Borro mis pasos para que tu puedas huella dejar.
Dejar huella sin sombra.
Hay algunos que brillan asesinando luciérnagas.
No permitiré nunca que me toque la hiena.
No me mecerá jamás la envidia.
Ni el robo aumentará mi caudal.

Cainitas

Vivimos en un mundo de hordas patibularias, de pescadores cainitas, tiempo de calumniadores, de rastreros seres que se agarran a la difamación para obtener el rédito político, que las urnas no les dan.
Asco da el panorama de gentuza que ha arribado a la representatividad, asco da ver a qué mezquina patulea representan.
Que de púlpitos tiene la zafiedad, que zafios son todos sus púlpitos. 
Descansa en paz Rita, donde gracias a Dios ya no te llega este oleaje de zahina mierda.