martes, 11 de abril de 2017

A cámara lenta


No hay nada peor que un terremoto a cámara lenta.
Sentir que todo se desploma lentamente y que esa ruina es inexorable.
Víctimas de la voracidad del progreso.
Las techumbres se abren al cielo y los interiores son anegados por las lluvias.
Abrazo mortal de zarzas.
Habita el cuervo el salón de los damascos.
Anida la calandria en la imponente araña.
Barroco es el descuido, denso en texturas.
Fiesta y festín de los nuevos huéspedes.
Paredes soberbias de frescos que metamorfosea monstruosamente el verdín.
Orines celestes que harán de todo lo elevado tabula rasa.

Torpes manos


Lo trágico tiene mucho de cómico.
Hay mucho cómico que conduce a su pueblo por derroteros muy trágicos.
En los sufragios del circo se vota a la majorette de falda corta y manos largas.
Lagartas sin escrúpulos, arpías nada escrupulosas.
Rastreras truanas, calumniadoras mondongas.
Son nuestras torpes manos las que encumbran patrañas.
Marea de trompeteros que con sones marciales desfilan hacia la perdición.

Los dígitos de la inexactitud


Me curto en las refriegas de la calle.
En la calentura de un vulgo irreflexivo.
Marea sin victoria que cacarea lapidarios sinsentidos.
Con qué facilidad se priva al pueblo de las ciencias exactas.
Y en esa privación no ve con exactitud el robo.
Cuentas llenas de cuentos, cuentos con los que falsear las cuentas.
Desvirtuadas vocaciones de servicio, que nada tienen de serviciales.
Soy áspera esponja que evita la hiel.
Soy mercurocromo que evita que se infecten heridas.
Malos tiempos para airear en los balcones los dígitos de la inexactitud.
Sumas tramposas, que contentan a los iletrados tontos.
Santos sin cabeza, Santos descabezados.

lunes, 10 de abril de 2017

La cruz de la victoria


Me asola la furia de los desastres.
Lo inclemente que es jugar a sonreír y ganar.
Sonreír mientras se llora.
Ganar cuando se está perdiendo.
La cruz de las victorias.
Las punzantes espinas de la corona de la genialidad.

Reír en los duelos


La vida es angosta.
La vida es un redil.
Vivir es sortear.
La vida es una rifa.
Vivir es lidiar al toro corniveleto que  nos toca en suerte.
Armados para batallas que no damos.
Indefensos ante las guerras que se nos vienen.
La vida es esperar que venga.
La vida es salirlo a buscar.
Amores de instantes que manchan un todo.
Amores para siempre que no nublan ni un instante.
Vivir es reír en los duelos.
Vivir es llorar de alegría.
La vida es viento que se lleva la arena.
La vida es tierra que abraza tenar al amado, cuando la muerte se lo lleva.

Iguales


No hay nada más sublime,
que el amor entre iguales.

Lo tragico


Yo no soy quien para frenar tus tragedias.
Yo no soy el que prescribe lo trágico.
Enredos trazados en la cúpula celeste.
No existe la inevitabilidad, cuando uno no sabe que debe evitar.
Aferrados a la deriva.
Atados a un mar embravecido, que a cualquier destino nos puede llevar.

sábado, 8 de abril de 2017

Interiores barrocos


No hay nada más teatral que un interior, y no hay interior más teatral que un interior barroco.
El hombre siempre se ha caracterizado por crear espacios para la representación, escenarios donde representar sus actos, marcos abiertos o envolventes que refuerzan el discurso y lo elevan a planos no terrenos, a planos espirituales, ese es el fin de la arquitectura, ya sea perenne o efímera, ser fondo y dar forma a las liturgias del humano hombre mortal.
El barroco y su movimiento, su recargada ampulosidad, son el interior más subyugante posible para hacer de la palabra humana, incontestable misiva de Dios. El movimiento helicoidal de las columnas, que ascienden al cielo protector con su orden gigante, cuajadas de pámpanos y uvas doradas de fulgor. El barroco es cascarón soberbio de oro y estípites, de ménsulas de acantos, de querubines tenentes de astros y de linajes, y de Santos que se retuercen en los estertores regios de un cielo muy denso, pleno en potencias.
Nunca fue más teatral la casa de Dios, que con este arte antinatural y de follajes aberrantes. Más siempre es más y nunca es suficiente, para un Altísimo al que se le debe el todo, al que siempre es necesario representarlo en la demasía, porque la complejidad de lo inabarcable es exceso, es churrigueresca parafernalia, es inestabilidad que amenaza con el derrumbe, cuerpos que se adelantan, brazos de ángeles que quieren asirnos y llevarnos a esa gloria de pan de oro, que es la única que sacia en los brillos nuestra debilidad, no hay nada más eterno que ser estrella y deslumbrar, que ser fiel de esta congregación, de la grey del Dios del fuego eterno, Dios que es uno y es trino, Dios que es un dogma y que el arte irracional nos ayuda a abarcar.

Achocadas sardinas


Cuando al poder se quiere llegar por un atajo, 
cuando un atajo de segundones quiere llegar al poder. 
Cansa la lucha perenne contra los elementos, 
contra un ruido ambiente inflamado por la arenga fácil.
Desgasta la verdad la zahinidad imperante, 
los discursos de hambrientos de gloria que quieren asaltar el poder. 
Que quieren dominar un tablero en el que no son vencedores. 
Un tablero lleno de empates, callejuelas, 
emboscadas y reinas fulanas y traidoras, que se hacen la cama unas a otras, 
reinas pescaderas que inundan la escena con engobe de achocadas sardinas, 
para pillar en el revuelo, el voto de la necedad.

viernes, 7 de abril de 2017

Terror


Se diluyen los equilibrios presentes.
Se diluyen las soberanías.
Ya nada tiene cintura.
Desorden universal que aviva totalitarismos.
Que atrae desgracias.
Imbricados por las tragedias.
Atenazados por un extendido temor.

miércoles, 5 de abril de 2017

Próximos para alcanzar


Hay gente que trafica con la amistad, que se arrima buscando, que se acerca para alcanzar.
Somos seres vulnerables, indefensos ante el bien urdido engaño, ante la farsa de los afectos, ante la interesada caricia, ante la egoísta comprensión.
Comprendidos hasta que se consigue el fin, olvidados tras el logro, desdeñados cuando se ha alcanzado la meta.
Cruda realidad que nos rodea más de lo debido, más de lo deseado, más de lo que nuestra frágil alma puede soportar.
Interés e interesados que ahogan la fe en el prójimo, que asfixian la confianza, que hacen enloquecer al cuerdo, al que busca denodadamente un igual.

El no credo de los progres


Respetar no es consentir barrabasadas, no es guardar silencio frente al desmán, no es no censurar la conducta impropia.
En esta era, de ultracorrecciones de parte o de bando, que poco nos inmutamos con determinados atropellos, con la vulneración de los derechos de los que piensan distinto a nosotros. Manga ancha para el correligionario y sensibilidad extrema con la agresión sutil al afín.
Hemos universalizado de educación, pero que poco civilizados estamos, es un frágil barniz la comprensión, fina y frágil pátina, que presta se descascarilla y hace aflorar la fiera corrupia de la intolerancia.
Inmersos en tiempos de radicales y radicalismos, en la etapa histórica en la que más se habla de derechos humanos, derechos que respetamos y reclamamos para el que se solapa a nosotros en gustos e ideologías, y que avasallamos, como si eso fuera un derecho nuestro, en el disidente y discrepaste.
Distintos pero iguales, iguales pero distintos, sin primeros, sin ideologías imperantes, sin el imperio de la ideología cacareada como adecuada y correcta, sin la imposición de las normas de afines y la visión monocular y del no credo de los progres, que se creen enfundados por la razón, y no entienden y respetan que hay mil razones y que razonar es saberse colocars en el lugar de todas las partes.
Tienen mucho sesgo los conflictos, tienen el mismo sesgo que las visiones sesgadas, amigos de sus amigos, que se dedican a colocar a los que opinan distinto en los margenes, en las orillas del mundo, y los ubican allí, para despeñarlos, porque su grandilocuente verdad les permite censurar, lapidar, eliminar al que tiene una ideología diferente, a la que ellos etiquetan como anacrónica, obsoleta y rechazable.

martes, 4 de abril de 2017

Colapso


"Con frecuencia la maldad hiere nuestro corazón, colapsando los caminos del alma, dañando la manzana podrida que riega nuestro ruin ingenio."
Irsia Carolain Sprimbol

Más libres de lo que queremos ser


El hombre nace libre y elige estar o irse de las situaciones que la vida le depara, decide hacer o dejar de hacer en los conflictos que la vida le coloca. El hombre también busca su camino y camina en aras de conseguir metas. No somos marionetas, somos los dueños de nuestra fortuna o de nuestro infortunio, También existen los imponderables, el azar, pero aun así, nosotros podemos zafarnos de muchas calamidades, de muchas desgracias y llevar de muchas maneras, algunas de ellas muy positivas, la adversidad. El hombre sale al mundo para crecer y empaparse de sabiduría. El hombre abraza su destino sólo si se identifica con él.

Eutanasia activa no


Sólo morimos una vez, una vez sola dejamos de vivir.
Y ese transito lo deberíamos vivir con unos mínimos de conciencia.
Deberíamos vivirlo concienciados de que nos despedimos de nuestros afectos.
Conscientes de que decimos adiós al mundo terreno.
Serenos y atentos a ese cambio de estado.
Pero nuestro sistema de corrección nos narcotiza y nos duerme para que no suframos, cuando sufrir es estar vivos, sufrir es parte de la vida, morir como drástico cambio, es algo sufrido.
Los que estamos vivos, moriremos un día, más temprano que tarde y deberíamos sentir como se nos va la vida y como nuestro cuerpo que ha limitado nuestra existencia, que nos ha contenido, se vacía de nuestra alma y queda inerte, frío, sin vida.
Morir es una experiencia vital y como tal deberíamos vivirla, y aprendiendo de ella, aprendiendo que a la muerte no se la esconde, no se la relega a las salas del transito, a las inhóspitas habitaciones de los cuidados narcóticos y paliativos, porque vivir es morir y vivimos muriendo.