viernes, 5 de abril de 2013
Brumas
Hermoso monte de brumas.
Llueve eternamente y todo es liquen y suave musgo.
Verdín de degradación y comienzo de nuevos ciclos.
Materia en manos de los modeladores de materia.
Devenir de barro maleable, dúctil, quizás mejor.
Vueltas y vueltas en la salvaje y vivificante agua de luz.
Luz entre las nubes, en el rompimiento celeste del Paráclito.
Trinidad de aguas, de fuerzas, de lagrimas, de líquenes.
Ciclo irredento de cosechas y labranzas.
Roturador mundo de ríos de salvación, de ríos condenadores.
Silencios de orines celestes.
Constructores y degradadores por igual.
Nunca llueve a gusto de todos y menos aun del que sufre la escorrentía.
La alegría de la joven planta.
La tristeza del senecto arbusto.
Iniciando.
Finalizando.
Abono y cosecha, cara y cruz del ciclo de las fuerzas.
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