viernes, 8 de noviembre de 2013

Diván de halagos

Sin apoyos está el ornado, el nimbado.
Tumbado gustoso en el exilio reposa.
Diván de halagos de canes fieles.
Los únicos que decidieron partir siguiendo a su líder.
Acosa desde el abandonado reino y confín la enjoyada calumnia.
Ráfaga de frío que entumece.
Como no sentir desapego ante esta desmedida corriente a la que todos mis vengadores se apuntan.
A día de hoy ni yo, ni mis huestes de húmedos hocicos besadores, podemos estar en dos parte. 

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