Jarrones de hojas de plata.
La luz zigzaguea zascandileando en las paredes blancas.
Calendario sin hojas y olor a cadáveres malcocinados en la planta baja.
En el patio de los cacharros desparramados y las suciedades añejas.
Hambre de princesa mustia sumida en la orfandad.
Banda sonora de disputas tras freír las apestosas sardinas.
Cortinas corridas en los salones oscuros de los besos cochinos.
Que lejos queda la corte, que lejos quedan los príncipes.
Cada uno llora como puede la muerte de su padre.
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