Piso charcos de amapolas.
Mientras extraigo espinas de mis manos.
Es el daño colateral de tener un corazón abierto.
Siento tanto lo que siento, que sentir me duele.
Adivino el daño en los ojos esquivos.
Adivino en daño en el estrechar las manos.
Espinas en mis ojos, que tras enjugar mis lagrimas pasan a mis manos.
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